Aquella urbanidad Página 14
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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La escuela y el hogar eran los otros ámbitos en los que resultaba apropiado un silencio, quizá no tan drástico como el del templo, pero sí con escasísimas excepciones
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Modestia y continencia en la expresión no dejaban de ser otros tantos correlatos de valores morales acordes con el ideario de la vida cristiana
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La familia tampoco iba a escapar de la férrea huella de la jerarquía social, si bien las consecuencias lingüísticas de ese hermético y sistemático tópico adquirieron intensidad variable
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En las conversaciones con personas de autoridad se antepondría señor al título de nobleza, al cargo civil que ocupasen los interlocutores o al oficio militar desempeñado
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Las costumbres lingüísticas que la cortesía trataba de erradicar de los repertorios de grupos hegemónicos dentro del mundo urbano se fueron desplazando, bien hacia capas bajas del espectro social, bien hacia el mundo rural
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La función de la lectura permanece poco menos que inalterable a lo largo del tiempo, incluso hasta nuestros días, como medio de formación e información
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Las mujeres debían guardar mayor decoro verbal que los hombres, a buen seguro porque ellas eran las depositarias por antonomasia del decoro en sí mismo
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Hablar con otras personas requiere tener algunos conocimientos sobre cómo manejarse de forma correcta en una conversación
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Los gestos y acciones que hacemos a diario nos revelan, en gran medida, la educación recibida
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Dentro de casa hay que saber mantener una imagen y un comportamiento apropiado sobre todo cuando se reciben visitas
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La mesa es donde no puede ocultarse el menor defecto de educación, pues fuera aparte de las principales lecciones de saber trinchar, colocarse, hablar, servir y demás apuntadas, has de observar las cosas repugnantes de los demás para no usarlas t
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Si una parte de la cortesía consiste en decir a cada uno lo que le conviene, está claro que a fin de que no falte asunto a la conversación debes hablar a cada uno de las cosas que más le ocupan o más le agradan
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El joven no debe huir de la conversación de las mujeres honestas, porque solamente en compañía de ellas aprenderá a templar la efervescencia de la edad, y a dar finura y gracia a sus modales
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Hay hombres que leen para exponer sus ideas en las conversaciones, y otros para no parecer ignorantes de las cosas más triviales
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Los príncipes a quienes en los pasados siglos había causado espanto la potente nobleza, aprovecharos todas las ocasiones de mermar sus privilegios
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Para ser admitido en esas reuniones ya no fue necesario haber roto una lanza en honor de una princesa o de una dama, sino que bastó descender de ilustre y antigua cuna
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No toméis pues tabaco; pero si este gusto se os ha hecho una necesidad indispensable, ocultaos cuando debáis satisfacerle.
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La higiene sirve para conservar la salud, prolongar la vida, perfeccionar la constitución del hombre, y preservarle de las enfermedades
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A menudo se conoce, dice el Sabio, por lo que se trasluce en los ojos, lo que una persona lleva en el fondo de su alma, su bondad o mala disposición
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Para hablar bien y hacerse entender por los demás, es preciso abrir perfectamente la boca, y tener cuidado de no apresurarse al hablar
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Una Madreselva, puedo ofrecerte un tesoro, porque escondo en mi seno los lazos del amor
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La distinción de las tarjetas consiste en ser de muy buena cartulina flexible, sin adornos, de una letra sencilla
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Corresponde a la persona más cualificada de los presentes ser la primera en desdoblar la servilleta
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Al encontrar un conocido, la señora o señorita pueden saludar las primeras; pero no se pararán a hablar en la calle más que con personas de intimidad o de respeto
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En el paseo, muchas elegantes hacen tertulias animadas, pero hay que guardar en ellas gran compostura y evitar las conversaciones en voz alta y las risas extemporáneas
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En la mesa y en el juego es donde más pronto se conoce la buena o mala educación de las personas