Modo de conducirse en la calle. Parte segunda
En el paseo, muchas elegantes hacen tertulias animadas, pero hay que guardar en ellas gran compostura y evitar las conversaciones en voz alta y las risas extemporáneas
Cortesía al ir por la calle
Un hombre debe apartarse de la acera, lleve o no la derecha, para dejar paso a una mujer; pero ella no debe exigirlo si él buenamente no lo hace. El asiento en el paseo o en el tranvía debe ser siempre ofrecido a las señoras; por desgracia, es costumbre de galantería que desaparece entre el pueblo, pero que conservan las personas bien educadas.
Se dice que el deseo de igualdad de la mujer hace desaparecer la galantería, a la que, en efecto, no tiene derecho desde el momento en que abdica de su graciosa debilidad. Sea como quiera, la mujer no debe luchar por la posesión de un asiento ni de un puesto, sino caminar modestamente por la acera de la derecha, evitando meterse entre la multitud, y más aún si va acompañada que sola, pues su imprudencia puede dar ocasión a disgustos graves de los hombres que la acompañan.
Si hay que subir escaleras, el hombre debe pasar delante de la mujer y para bajarlas ir la señora delante. Hay en esto matices de delicadeza que las personas finas observan de un modo instintivo.
"Se dice que el deseo de igualdad de la mujer hace desaparecer la galantería "
Las señoras que salen para ir a comprar deben saber ya de antemano los comercios cuya seriedad les ofrezca mejor resultado, y llevar el presupuesto de precio y la intención decidida de lo que han de comprar, a fin de evitarse la conversación inútil y el gasto de tiempo.
En el paseo, muchas elegantes hacen tertulias animadas, pero hay que guardar en ellas gran compostura y evitar las conversaciones en voz alta y las risas extemporáneas. Es muy común dejar el coche y pasear seguidas del lacayo a distancia. Cuando estos paseos son por el campo, no se puede admitir más compañía que la de personas de la familia.
Para subir al coche, pasa primero la señora, y para descender el caballero se adelanta siempre a darle la mano.
Son vicios que es preciso evitar el pararse a hablar en sitios que interrumpan la circulación y molesten a los transeúntes, y el quedarse mirando con descaro a las personas que pasan, o con demasiada fijeza el atavío de las otras damas.
- Modo de conducirse en la calle. Parte primera.
- Modo de conducirse en la calle. Parte segunda.
-
8040
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Por enemigos que seáis de esta diversión, la urbanidad exige que alguna vez toméis parte; por ejemplo, no es dado el negaros a hacer la partida al amo de la casa.
-
La cortesía prohibe hacer revivir o echar en cara a otro los vicios que un largo arrepentimiento ha borrado.
-
Hablar con otras personas requiere tener algunos conocimientos sobre cómo manejarse de forma correcta en una conversación
-
Normas que deben seguir los comensales en los convites.
-
El comportamiento en las reuniones y tertulias. Los pasatiempos en sociedad.
-
Los cabellos no son un adorno verdadero, sino en tanto que están bien limpios y tengan aquella flexibilidad viva que favorece las ondulaciones.
-
Los puntos principales de los artículos sobre los modales, el mundo y la murmuración.
-
De la urbanidad en las maneras de los niños.
-
No es lo mismo hablar de las costumbres sociales que de la sociedad misma
-
Las señoritas de honor se ponen de acuerdo para vestir todas de un mismo color, con sombreros iguales o con mantillas blancas.
-
Las niñas no hacen visitas ni las reciben, sino que asisten a ellas acompañando a su mamá, a su papá u otra persona de su familia.
-
Todo hombre que tiene libre el uso de sus ojos, y de su mano derecha, puede escribir la forma de letra que le guste.