En qué consiste la verdadera Civilidad
La civilidad, no es otra cosa que la modestia y honradez que cada uno debe guardar en sus palabras y acciones

foto base Free-Photos - Pixabay
Los preceptos de la civilidad
Aquella urbanidad
La civilidad, no es otra cosa que la modestia y honradez que cada uno debe guardar en sus palabras y acciones. No consiste solo, a mi parecer, en la buena gracia, o en un cierto aire y atractivo, que es como natural en las acciones de muchos que tienen un talento particular de la naturaleza para agradar en todo, y no disgustar en nada.
Para adquirir este dichoso agrado, no hay preceptos ciertos, porque esta es una pura liberalidad de la naturaleza. Y como es cosa de poca importancia el agradar a los ojos del cuerpo, si al mismo tiempo no tenemos la dicha de complacer a los del alma, por esta razón no hemos de buscar solamente este embeleso exterior como el principio de la verdadera civilidad, sino que debemos aspirar a alguna cosa más sólida, que manifieste la buena disposición del interior, más bien que la superficial.
Te puede interesar: Aquella urbanidad. Artículos históricos sobre la urbanidad
En efecto, si gustásemos solamente de la buena gracia exterior, los que tienen alguna notable incomodidad corporal, pasarían por unos monstruos en la vida civil, en lugar que teniendo un alma bella, y bien cultivada, pueden ser sus acciones tan agradables como las de las personas más bien formadas.
Yo, considero, que para establecer las reglas de la verdadera civilidad, no era menester más que deducir bien las de la decencia; porque esta no es otra cosa que una cierta modestia y pudor, que debe acompañar a todas nuestras acciones; y sería muy a propósito el hablar de esta virtud, si yo me considerase capaz de ello; porque fuera enseñar a un mismo tiempo el medio de adquirir esta política y este agrado, que sabe conciliarnos tan bien el afecto y el aplauso de todos.
-
18181

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
El hombre que se ocupa en su trabajo y en sus aficiones no desarrolla vicios y corrupciones
-
Reglas sencillas de cortesía, de buenos modales y de instrucción para las niñas.
-
El hombre necesita vivir en sociedad, porque sin la cooperación de todos, ninguno podría conseguir ese conjunto de cosas útiles que hacen agradable la existencia
-
No tienen la voluntad ni poder de proteger a nadie.
-
Es necesario al quitarse el sombrero levantar las mechas que se hayan caído, restablecer los tupés.
-
En sociedad hay gente que presume de saberlo todo y presumen de llevar ventaja a todos los presentes.
-
Evitemos cuidadosamente que se nos oiga nunca levantar la voz en nuestra casa. La armonía debe reinar dentro de casa en todas las conversaciones
-
Como el que entra en el mundo se sujeta a recibir las visitas que se hacen, una modestia elegante y de buen gusto, son deberes que impone la sociedad.
-
En el juego está mal visto tanto una persona que no sabe ganar como otra que no sabe perder.
-
La urbanidad exige que cuando se está sentado se tengan las rodillas en su postura natural.
-
Por la corbata se juzga al hombre, o permítasenos decir, que la corbata es todo el hombre.
-
Cuando ven los niños a otro más acariciado, más alabado y más premiado por los maestros y los padres, se consumen de envidia y de rabia.


