
El paseo con otras personas.
El paseo con más personas requiere de cierta cortesía, atención y amabilidad.
Del paseo.
El joven que se pasea con un anciano sabe sin duda que su compañero no tiene mucha fuerza y agilidad en las piernas; debe, pues, moderar su paso para que el otro no se fatigue. La misma atención observará cuando vaya en compañía de una persona, a quien deba veneración o respeto. La cortesía exige que un caballero ofrezca el brazo a la dama que salga a paseo con él. Si hay más damas que caballeros, se ofrecerá el brazo a las más ancianas, y a las casadas con preferencia a las solteras. Si un caballero se pasea con dos damas, no puede dispensarse de dar el brazo a las dos.
Conducid la comitiva por donde fuere más de su agrado, y guardaos bien de oponeros a sus gustos e inclinaciones. Cuando se presente la ocasión, ofreced sillas a vuestros compañeros para descansar; pero no insistáis si manifiestan deseos de continuar el paseo. Si aceptan las sillas y éstas no se hallan en número suficiente, las damas deben sentarse, y los hombres permanecer en pie.
Existe también un decoro que observar con las personas que encontramos en el paseo. No se debe ofender ni a sus ojos ni a sus oídos. Guardémonos de llamar su atención con una inmoderada risa, ni nos permitamos libertades que acaso serían tolerables en un puesto que no fuese público. Si cantamos o damos brincos, nos exponemos a la befa de la concurrencia y alguna vez a disgustos de que solo podríamos acusar nuestra propia ligereza.
"La conversación debe agradar a quienes nos escuchan, pero no debe ofender ni perjudicar"
Entrando en algún paseo público, háblese de cosas indiferentes que no puedan perjudicar a nadie, a fin de evitar que sea mal interpretada la conversación por los que podrían oírnos. No procuréis por vuestra parte indagar curiosamente lo que dicen las personas que no son de vuestra comitiva.
Cuando se pasea en coche, berlina, etc. el caballero cortés da la mano a la señora que acompaña, para subir y bajar, y observa las mismas atenciones que deben guardarse en los paseos que se hacen a pie.
-
6398
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La regla general en la que se resume o condensa todo lo referente a la urbanidad de las niñas.
-
El método mas cómodo, grato y libre de inconvenientes para repartir los manjares, es prevenir que se saquen a la mesa ya trinchados
-
La urbanidad no es algo que solo sea aplicable fuera de casa; en la casa y en el juego también debe tenerse en cuenta.
-
Decía que la urbanidad se encuentra más cerca de la Estética que de la ética, en sentido estricto.
-
Debemos tener siempre mucha limpieza en la cara, ojos, narices y manos, ordenado el cabello
-
Las personas en cuya casa se celebran, se sienten en la obligación indispensable de abrir su puerta a todo el mundo, indistintamente, por lo cual sus casas vienen a ser como lugares infames y públicos.
-
Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
-
Al traducir la teoría al terreno de la práctica, al pretender dar cuerpo y forma a las ideas, al intentar convertir en realidad palpable la ficción soñada, surgen y se levantan tropiezos insuperables...
-
A nadie le gusta que le mientan o engañen, por lo que un mentiroso será mal visto en sociedad.
-
Antes de sentaros a la mesa debéis lavaros las manos si no las tenéis muy limpias.
-
Nunca hay que comenzar a jugar con una persona de rango muy superior sin que ella lo pida.
-
El que sabe puede empeñarse y obrar de fantasía; pero saber poco y arriesgarse es voluntario precipicio.