Del hombre de mundo entre los artistas.
Por lo regular, en la casa de un artista se exige más franqueza, y ninguna reserva diplomática.

Del hombre de mundo entre los artistas.
Esta es una situación muy diferente. Por lo regular, en la casa de un artista se exige más franqueza, y ninguna reserva diplomática; pero siempre reina el amor propio que necesita ser contemplado con la misma dulzura que el de una mujer hermosa. El amor propio es el alma de los artistas; son sus hechuras, y no son artistas sino por él; alabadles; con ellos es, con quien un poco de lisonja no solamente es permitida, sino que no envilece.
La compañía de los artistas ennoblece el alma, porque ocupados continuamente de cosas intelectuales, se sobreponen a muchas consideraciones humanas, que detienen, y algunas veces empequeñecen a los hombres; pero como siempre en este mundo los defectos van a la par con las buenas cualidades, este mismo amor propio produce los celos y la rivalidad. Jamás intervengáis en tales disensiones; son como las riñas de familia en las que no conviene tomar parte a uno de fuera. No alabéis, pues, en casa de una bailarina, a tal ni tal de su profesión; en la casa de un gran actor los talentos de Talma; a una operista no la recordéis los talentos de la Catalani y de la Correa; no porque los artistas no tengan bastante generosidad para oír los elogios de sus rivales, y que aun ellos mismos no se tributen una mutua justicia; sino porque siempre es poco acertado el excitar rivalidades.
Tampoco aventuréis vuestro juicio; un artista de talento conoce la parte débil de sus obras, y cuando las ve alabadas por un ignorante, padece; ni le agrada tampoco entonces oír alabar lo que merece alabanza, porque aprecia el juicio según el que lo hace.
Oíd mucho, y dejad a los artistas hablar del arte que profesan; lo hacen siempre con placer, y se consigue sorprender alguno de sus secretos; su conversación es tan instructiva como divertida. Si conocéis la pintura, la música y las otras artes liberales, respetad siempre al talento que no sobresalga tanto, y animad al genio que se ha engañado; pues por lo mismo debéis saber mejor que otro lo difícil del arte.
- 
			
										
7050

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
 
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
- 
			
									
								
									Una persona distinguida sabe en el interior de la casa, dentro de la intimidad y la confianza, guardar las reglas del buen tono.
 - 
			
									
								
									La primera de las reglas que han de tenerse en cuenta para contestar a las cartas es la de no aplazar la respuesta...
 - 
			
									
								
									El aseo revela hábitos de orden, de exactitud y método en todos los actos de la vida.
 - 
			
									
								
									La urbanidad es el modo de conciliar agradablemente lo que uno debe a los demás con lo que se debe a sí mismo
 - 
			
									
								
									No se debe exigir que todos sean buenos periodistas, pero sí que la forma de la letra sea clara y sin garabatos.
 - 
			
									
								
									En las visitas que se realizan hay que procurar no hacerlas demasiado largas; eso, de ordinario, resulta molesto o incómodo para los demás.
 - 
			
									
								
									No hay que tener la mano sobre la empuñadura de la espada cuando se hable con alguien, o al pasear; es suficiente hacerlo cuando hay obligación de sacarla
 - 
			
									
								
									Las diversiones son ejercicios a los que se puede dedicar algún tiempo durante el día, para descargar la mente de las ocupaciones serias
 - 
			
									
								
									El cumplido es una forma de elogio usada en honor de la cordialidad de dos personas
 - 
			
									
								
									Las teorías filosóficas mal digeridas y las extravagancias literarias de algunos autores desequilibrados, necios o eunucos de ingenio, les torcieron el camino a muchas personas.
 - 
			
									
								
									Cuando se escribe a persona distinguida, se pone el título así: Excelentísimo Señor, aparte.
 - 
			
									
								
									Una parte fundamental de la imagen, además del vestuario, es la higiene y el aseo personal.
 





