
Modo de asistir a las iglesias.
En la iglesia el comportamiento debe ser prudente y respetuoso.
Del modo de asistir a las iglesias.
Si es necesario estar con el mayor respeto delante de los Reyes de la tierra, ¿Cuánto más lo es en presencia del Rey del cielo en las casas destinadas a tributarle públicos cultos, como lo son nuestras iglesias?
Es preciso pues que no asistamos a ellas sino es llenos de la más profunda veneración, aseados y vestidos con decencia.
Al entrar debemos descubrirnos totalmente la cabeza de sombrero, gorro y redecilla, tomar agua bendita, santiguarnos con pausa, y permanecer mientras estemos allí arrodillados, a no ser que nos lo impida la falta de salud y fuerzas, orando con la mayor humildad y recogimiento, asistiendo con devoción y atención a los sagrados misterios, evitando toda conversación , toda mirada curiosa, y todo pensamiento que no se dirija a Dios. Y si alguna vez por estar largo tiempo nos precisa el cansancio a ponernos en pie o sentarnos, hacerlo con la debida circunspección, sin tener una pierna sobre otra, ni reclinarse en el respaldo del banco o estar en otra postura indecente, sino con todo el respeto que requiere aquel santo y venerable lugar.
Si se va de un lado de la iglesia a otro, y se pasa por delante del paraje en que está reservado el Santísimo Sacramento, o diciéndose Misa, se ha de poner una rodilla en tierra, y hacer una profunda inclinación.
Por último, al salir de la iglesia después de levantarse se ha de hacer igualmente genuflexión delante del altar donde esté reservado el Santísimo, y si está patente, con las dos rodillas, tomar agua bendita, y santiguarse como al entrar.
-
6276
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Jamás nos acerquemos tanto a la persona con quien hablamos, que llegue a percibir nuestro aliento. Es una falta de cortesía y una invasión de su espacio personal
-
No hay cosa más incómoda que recibir una visita en un momento de ocupación o cuando tratamos negocios interesantes o urgentes.
-
Los gestos y acciones que hacemos a diario nos revelan, en gran medida, la educación recibida
-
En los siglos VI, VII y VIII, la embriaguez llegó en algunos puntos a tal altura, que una ley lombarda ordenó que los jueces no fuesen al tribunal sino en ayunas.
-
En España, como en otras monarquías modernas, la etiqueta y la ceremonia se combinaban con las artes de la pintura y la arquitectura, las artes decorativas y la literatura y la música...
-
El mismo estilo que se usa cuando se habla, debe emplearse siempre que se escribe una carta
-
El hombre más perfecto no se escapa de algunos, y se casa o se amanceba con ellos. Haylos en el ingenio, y mayores en el mayor, o se advierten más.
-
Para mantener la cabeza cortésmente hay que tenerla derecha, sin bajarla ni inclinarla a derecha o izquierda.
-
Una Madreselva, puedo ofrecerte un tesoro, porque escondo en mi seno los lazos del amor
-
El aseo personal es de gran importancia tanto por motivos de higiene como por motivos de imagen
-
El que sabe puede empeñarse y obrar de fantasía; pero saber poco y arriesgarse es voluntario precipicio.
-
La primera cosa que se debe recomendar al que va a escribir una carta es la prudencia en lo que escribe.