
Cuestiones sobre la urbanidad. I
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
Cuestiones sobre la urbanidad.
¿Puede prometerse un opulento merecer el aprecio y consideración de sus semejantes por sus meras riquezas materiales?
¿Qué prendas hacen brillar al hombre en la culta sociedad?
¿Cuáles son las cualidades que sirven de base a la buena crianza, y cuáles son los vicios que se oponen a ella?
¿Qué medio es el más fijo para granjearnos la estimación ajena?
Para conducirnos bien en la sociedad, ¿qué extremos harto comunes deberemos huir?
La excesiva llaneza y la etiqueta refinada ¿son conformes con la urbanidad?
¿Qué exige la cortesía con respecto al lenguaje y a los modales?
¿A qué circunstancias tienen de acomodarse las palabras y acciones?
¿A qué personas cederemos la preferencia según su calidad, edad y sexo?
¿Tolera la urbanidad la exageración y el artificio en los modales y expresiones?
Cuestiones sobre la urbanidad
I | II | III | IV | V |
VI | VII | VIII | IX | X |
-
16336
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Una persona puede ser admirada y respetada por su comportamiento pero también por lo que tiene y por lo que es.
-
En confianza hay quien fiscaliza nuestros actos, quien curiosea nuestros muebles, quien lee por encima del hombro las cartas que escribimos...
-
Llámase urbanidad al conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras.
-
Aprender a manejar los cubiertos, el uso de la servilleta y comer de forma correcta los alimentos es algo imprescindible en la educación de cualquier persona
-
En las discusiones de sentimiento, la justicia y la cortesía ordenan que apeléis a la decisión de la mujeres, puesto que en estas materias su juicio es más exquisito y más seguro
-
La vanidad contribuye a hacer más activo el estímulo de la curiosidad, porque hay una satisfacción en poder decir, yo lo sé, yo lo he visto.
-
En la mesa se deben observar una infinidad de reglas para evitar toda grosería y falta de buena crianza.
-
No hay obligación de saber que los tapices llamados de los Gobelinos fueron y son muy estimados; pero sí hay obligación de no confundir a los Gobelinos con el partido político de los Gibelinos...
-
Ningún convidado debe mostrar repugnancia, ni menos negarse a cualquiera exigencia directa o indirecta del amo de la casa.
-
El no saludar en los pueblos es señal inequívoca de enemistad o incultura. El saludo no se le debe negar a nadie
-
Algunos, dándose cuenta de su responsabilidad, cuando están en conversaciones más que frívolas, al acercarse los pequeños llaman la atención: "Cuidado, que hay ropa tendida".
-
Al entrar en la sala de baile, no se debe abandonar a las señoras para pasar a la pieza de juego.