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Los hermanos y los amigos de nuestros hermanos.

Hay que ser amables con los amigos de vuestros hermanos, y nunca ofender a vuestros hermanos.

Ediciones de la Sección Femenina, Departamento de Cultura. 1.955
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Convivencia Social. Formación Familiar y Social. Tercer curso.

Muchas niñas tienen hermanos de su edad, más o menos.

Pero es frecuente que las chicas de catorce a quince años, o dieciséis, tengan bastante desprecio por sus hermanos de edades parecidas. Nunca se les ocurre decirles, por ejemplo:

Esta tarde vienen María y Teresa a casa, ¿por qué no te quedas con nosotras y luego nos acompañas a dar un paseo?.

Y me diréis:

Es que nuestros hermanos nos dicen que somos idiotas y que tal y que cual...

Pero, bueno, a los chicos hay que rogarles un poco para que sean amables... A su edad, ellos son más bruscotes que nosotras. Sin embargo, en el fondo, les encanta que se cuente con ellos, y que se les considere con categoría para alternar con nuestras amigas.

Pero son tímidos y reaccionan protestando y diciendo: que no.

Hacerles un hueco.

Si no les hacéis un lugar, un hueco, a vuestros hermanos en vuestro grupo y entre vuestras amigas, él buscará otras muchachas con las que divertirse y pasar el rato, y nunca serán tan simpáticas ni tan recomendables y serias como vuestras amigas. Pues ya dijimos que ibais a elegir a vuestras amigas, entre las mejores.

Los amigos de tus hermanos.

Hay que ser amables con los amigos de vuestros hermanos, y nunca ofender a vuestros hermanos, diciendo que sus amigos son tontos, o gordos o ridículos. Pues, ¿os gusta a vosotras que critiquen a vuestras amigas?.

No seáis tampoco demasiado fáciles para admitir como amigos al primero que llega. Por eso os recomiendo como los mejores, y para empezar a tratar muchachos, los amigos de vuestros hermanos.

"Hoy todas las jóvenes hablan de "sus amigos", escriben a "sus amigos", pasean con "sus amigos"... ¡Con qué irreflexiva coquetería prodigan la palabra amigo en sus relaciones con los muchachos!.

Un joven te saludó amablemente una vez, y al encontrarlo de nuevo le acoges como amigo. ¡Cuidado!. No confundas al simple conocido con el amigo".(Monseñor T. Toht, "La Joven de porvenir").

Si están vuestros hermanos en vuestra pandilla, sus amigos serán verdaderos camaradas vuestros. Y nunca seréis una de esas pandillas de chicas a las que acompañan los muchachos sólo con el fin de divertirse, y de las que se alejan luego "tomándoles el pelo".

Haceros respetar.

A los muchachos, para pasar el rato, les divierten las chicas alocadas. Entonces, si tú ves que tu amiga, por ser alocada y atrevida, tiene éxito, te entran ganas de imitarla. Pero no lo hagas..., el éxito de la chica alocada será efímero. Tendrá un momento o muchos momentos de popularidad, pero de todo ello saldrá desprestigiada. Buscar a vuestra edad el aprecio de vuestros amigos, pero no tratéis de conquistar. Sois muy jóvenes para ello. Haríais el ridículo en vuestro intento.

Lealtad.

Por otra parte, los muchachos, a veces, no son todo lo leales que debían ser en su trato con las chicas. Con vosotras, muy galantes, muy entusiasmados con las más modernas y atrevidas, y cuando están entre ellos o cuando os vuelven la espalda, ¿qué dicen?.

Estos fragmentos de una poesía debían ir en un tratado de buena educación para los muchachos; ved cómo los juzga:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis...

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

. "Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad,
lo que hizo la diligencia".

. "Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?.
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis"...

(Sor Juana Inés de la Cruz, 1651-1691).

Respeto.

Cada una de vosotras tiene que ser alegre, modesta y culta y amable; y eso basta para haceros respetar de vuestros amigos, camaradas y admiradores.

Pero, ¿qué duda cabe que la compañía de vuestros hermanos y hermanas mayores, o de algún miembro de vuestra familia, define más vuestra seriedad?. No es que tengáis que ir siempre acompañadas. Pero tampoco tenéis que huir sistemáticamente de la familia.

La familia.

A vosotras parece que os aburre la familia y que estáis deseando huir de ella. Lo que más os divierte es salir solas con vuestras amigas.

Pero a lo largo de vuestra vida, veréis que todo lo auténtico en cariño y protección viene de la familia. Si no sois vosotras amables y acogedoras, ¿cómo van a serlo vuestros hermanos y hermanas con vosotras?.

La familia es vuestro soporte social, vuestra compañía natural.

Avergonzarse de la familia es indigno. Huir de ella demuestra, por vuestra parte, un carácter independiente, poco afectuoso y poco agradecido.

¡Cuánto complace a vuestros padres compartir vuestra alegría!. Ver, conocer, tomar parte en alguna de vuestras diversiones. Veros disfrutar, y que les salpique un poquito de vuestra juventud.

Nada es tan grato a la madurez como ser, en cierto modo, público y confidente de la juventud.

 

Nota
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