
El aseo y el cuidado del cuerpo.
Una parte fundamental de la imagen, además del vestuario, es la higiene y el aseo personal.
El aseo y el cuidado del cuerpo.
¿Exige la urbanidad que el niño cuide del aseo de su persona?
El hombre ha de ser limpio, pues el desaliñado causa asco a los demás, los retrae de rozarse con él, y da indicios de tener poco arreglo en todas sus cosas.
¿Cómo cuidará Vd. de su limpieza y aseo?
Para esto me lavaré las manos y la cara cuando me levante de la cama, además las manos al ponerme en la mesa, y cuantas veces sea menester durante el día
¿Cuidará Vd. del aseo en su ropa de porte?
Evitaré romper y manchar el vestido, así porque hacer lo contrario es prueba de suciedad, como por consideración a mis padres que han de costearlo.
¿Es costumbre limpia la de no cortarse las uñas?
La moda ha autorizado algunas veces el dejar crecer las uñas, mas esto siempre será una costumbre asquerosa. Deben cortarse con frecuencia y limpiarse aun después de cortadas.
¿El arreglo del cabello es parte de la limpieza?
La compostura no afeminada del cabello es parte de la urbanidad y del aseo, porque el cabello aborrascado prueba mucha dejadez y da idea de suciedad.
¿Puede ser vicio el aseo?
Cuando pasando de los términos justos degenera el aseo en aquella afectación y pulcritud nimias que hacen al hombre esclavo del vestido, entonces es un defecto.
¿Se desdeñará Vd. de llevar un traje remendado?
Con respecto al vestido debo considerar que la fortuna de mis padres no permite llevarlo siempre nuevo, y que el mejor adorno exterior del hombre es la limpieza, a la cual no se opone la humildad del traje.
-
16364
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Cuando tengas autoridad o derecho para mandar a otros hombres y verás que las órdenes que expidieres con señorío y dulzura al mismo tiempo serán con agrado y aplauso recibidas.
-
Si tenéis que alabar a una mujer sobre su belleza, frescura y dulzura de sus miradas, o sobre el conjunto de sus facciones, no lo hagáis jamás a expensas de otra.
-
En estos actos, a los que por deberes políticos, asisten personas de pueblos humildes, que sólo están acostumbradas a comer en la modesta mesa de su hogar...
-
Los naipes tienen existencia legal, engordan el tesoro público, ocupan brazos en su fabricación y el placer de los unos se convierte en fuente de trabajo para los otros
-
Todos los principios son informes, y queda después la imaginación de aquella deformidad: la memoria de haberlo visto imperfecto no lo deja lograr acabado.
-
No se crea que este tratado sea un estimulante del lujo, ni un catecismo de imitación de los extranjeros.
-
Al encontrar un conocido, la señora o señorita pueden saludar las primeras; pero no se pararán a hablar en la calle más que con personas de intimidad o de respeto
-
El hábito es una segunda naturaleza, y lo que nos parezca imposible al principio, nos será sumamente fácil con el tiempo.
-
En una visita el tiempo se nos antoja más breve o más prolongado, según que nos cautive o nos enoje la conversación de la persona que nos recibe o a la que hemos recibido
-
Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
-
Es el momento de las conversaciones íntimas; se cuentan los lances de la noche pasada.
-
Cualquiera acción o dicho que voluntaria e ilegítimamente nos roba la estimación ajena o nos expone al desprecio, se llama injuria.