
Deberes para con los superiores en general.
Las niñas deben tener respeto a sus padres. abuelos, hermanos y, en general, a todo el mundo con el que se relacione.
Urbanidad con los superiores en general.
¿A qué personas debe mirar una niña como sus superiores?
A sus padres, sus abuelos, sus tíos, sus maestros, las personas constituidas en autoridad, los sacerdotes, los ancianos, y en general a todos los que ya han dejado de ser niños.
¿Qué deberes impone la urbanidad para con los superiores?
El de tratarlos con el mayor respeto, y atender y seguir las indicaciones que nos hagan para nuestro bien.
¿Qué debe evitarse en el trato con los superiores, especialmente con los que no pertenecen a la familia?
La excesiva familiaridad, que podría disgustarles; y la adulación y lisonja, que hace despreciable a quien la emplea.
-
8268
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las tertulias y encuentros amenizados por un músico u orquesta.
-
Los bailes son sin duda de su agrado, por el gran partido que de ellos saca la belleza. No es cuestión baladí organizarlos para una dueña de casa
-
Debemos tener siempre mucha limpieza en la cara, ojos, narices y manos, ordenado el cabello
-
Un hombre, pues, que recibe en su casa a otro, debe tener cuidado de que todo el mundo esté cómodamente, y nada encuentre en qué reparar, ni en su conducta ni en sus costumbres.
-
La diversidad de usos en la mesa debe atribuirse a las diferentes ideas de comodidad y de cortesía.
-
Por cortesía, se debe tener siempre la boca limpia, y para ello conviene lavarla todas las mañanas; pero no se debe hacer en la mesa o delante de otros
-
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
-
El arte de conversar supone crear un equilibrio entre el tiempo destinado a escuchar y el destinado a charlar.
-
La alegría moderada en las conversaciones pasa fácilmente de uno a otro ánimo y es acogida con favor por todos.
-
Nuestros vecinos merecen respeto, consideración y afecto, porque viven muy cerca de nuestro hogar
-
El mentir o cambiar una cosa, que es lo mismo, para disculparnos de lo que hemos dicho o hecho, y para evitar el peligro o la vergüenza que pueda resultarnos, manifiesta la gran cobardía y doblez de nuestro corazón
-
Los amigos grandes son para las grandes ocasiones. No se ha de emplear la confianza mucha en cosas pocas, que sería desperdicio de la gracia.