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Modo de conducirse en la mesa.

El plato, ¿dónde lo deberemos colocar?

Manual o Breve Compendio de Ciencias y Artes, con las principales reglas de Urbanidad y Cortesía del Cristiano para instrucción de la Juventud Española
Se lee en 5 minutos.

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Cuando nos presentamos en la mesa, ¿deberemos ser los primeros en sentarnos?

No por cierto, y menos en desdoblar la servilleta ni en poner la mano en los platos, debiendo aguardar siempre a que las personas superiores nos den ejemplo.

La silla en que nos sentamos, ¿cómo deberá estar?

Ni demasiado cerca, ni separada de la mesa.

Y sentados que seamos, ¿qué deberemos practicar?

Deberemos estar derechos sin arrimarnos de pechos a la mesa, ni apoyar los codos sobre ella, ni extender los brazos, sino cuando mas poner encima las manos.

Y el recostarse atrás sobre la silla, ¿es descortesía?

Si señor, lo mismo que el enredar con los pies, el apoyarse sobre los que esten al lado y el darles con el codo.

El plato, ¿dónde lo deberemos colocar?

A una distancia moderada de manera que no se caiga cosa alguna de la comida fuera de él, y que al mismo tiempo no tengamos que estar doblados, sino un poco inclinados cuando tomemos alguna cosa líquida volviéndonos a enderezar inmediatamente.

Y el pan, ¿en qué lado le deberemos poner?

Siempre a la izquierda, y partirse con el cuchillo conforme se vaya necesitando, comiendo la miga con la corteza, sin separarla.

Y el cubierto, ¿con qué mano lo deberemos manejar?

Con la derecha, y con él se pondrá la comida en la boca; con los dedos no se cogerá cosa alguna que sea húmeda o grasa, y nada se ha de tomar con la punta del cuchillo para llevarlo a la boca, sino valernos de la cuchara para las cosas líquidas y del tenedor para las otras. Las cosas secas son las que se pueden tomar con los dedos.

Luego, ¿será tembién cosa indecente lamerlos?

Si por cierto, y lo mismo el limpiarlos con el pan y después comerlo, o el fregar con él, los platos de la salsa que en ellos haya quedado. Tampoco se deberá soplar el caldo ni otra vianda para enfriarla. Los huesos, las espinas de los peces, las cortezas y los huesos de la fruta, los deberemos tomar de la boca con los dedos, poniéndolos a un lado en el plato.

¿Deberemos comer con demasiada lentitud?

No por cierto, porque en este caso incomodaríamos a los otros; pero tampoco lo haremos con demasiada prisa o voracidad, sino moderadamente, procurando antes de tomar un bocado tragar el otro, y que estos no sean tan grandes que llenen enteramente la boca.

Y al masticar, ¿qué deberemos evitar?

El hacer ruido con los labios, con la lengua o con la boca. Tampoco deberemos oler las viandas antes de comerlas, y mucho menos poner las narices sobre lo que han de comer los demás.

¿Será porquería e indecencia dar a otro lo que esté sobre nuestro plato?

Si señor, y mucho más lo que ya hayamos probado, o el vaso que se haya llevado a la boca, el pan que hayamos tocado o el cubierto que ya hayamos usado. También se deberá evitar el tomar con el cubierto que ya nos haya servido alguna cosa de la fuente que esté para todos, o sacar de nuestro plato para darlo a otro; es aún peor tomar con nuestra cuchara o tenedor cualquiera cosa de la fuente para ponerla en la boca debiendo primeramente traerlo a nuestro plato con una cuchara o tenedor limpio.

¿Deberemos tocar los platos antes que el dueño de la casa nos convide?

No por cierto, a no ser que tengamos con él la mayor confianza, procurando entonces hacernos plato con la mayor discreción para no excederse en lo que tomemos, pues más vale en caso de duda, pecar en tomar de menos.

El amo de la casa, ¿debe instar a los convidados para que coman y beban?

Si por cierto, pero sin forzarlos ni importunarlos, cuando alguna cosa no les guste y digan que tienen bastante. Los convidados por su parte no deberán manifestar repugnancia o disgusto acerca de manjar alguno por malo que sea, a no abstenerse de él sin decir nada, y el dueño de la casa no deberá alabar plato alguno por bueno que sea.

¿Podremos adelantarnos a pedir de beber antes que las personas de más autoridad que estén en la mesa?

No por cierto, ni menos llenar demasiado el vaso, ni echar en él más licor que el que se ha de beber de una vez, a no ser que el uso permita tenerlo delante de sí con lo que haya quedado. También es menester evitar el beber con el bocado en la boca o aprisa, de modo que nos atragantemos o lo derramemos; y antes y después de beber se limpiarán los labios con la servilleta, repitiendo lo mismo siempre que se tome alguna cosa líquida, y cuidando de no hacerlo con el mantel.

¿Hay alguna cosa más de que nos debamos abstener en la mesa?

Si señor, tal como rascarnos la cabeza, escupir, y en cuanto sea posible toser y sonarnos; pero cuando esto sea preciso, deberemos volver hacia fuera la cabeza, de modo que el pañuelo no toque a los manteles, poniéndolo al toser también delante de la boca.

La servilleta ¿para qué deberá servir?

Principalmente para enjugarse los labios y los dedos; pero no para limpiarse los ojos, o la cara, debiendo cuidar de no mancharla dejando caer en ella, caldo, salsa o vino.

Por último, ¿hay alguna otra cosa más que observar en la mesa?

Si señor, y es que nunca deberemos sacar conversaciones que causen naúsea, muevan disputas, ni reñir a los criados, sino entretenerse con asuntos serios y agradables, y no hablar con la boca llena, acabando de comer al tiempo que los demás, y aún será muy conveniente el no ser de los últimos.

 

Nota
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