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Errores de etiqueta en Navidad que te pueden hacer quedar como un mal invitado ante los anfitriones

Comportamientos que te hacen quedar mal con los anfitriones y cómo evitarlos siguiendo nuestros consejos

Se lee en 6 minutos.

Los anfitriones trabajan para que todo esté perfecto para sus invitados
La Navidad también sus reglas de etiqueta cuando eres un invitado. Los anfitriones trabajan para que todo esté perfecto para sus invitados

Cómo tener una buena Navidad sin molestar a los anfitriones, aunque ellos no lo digan

Todo el mundo sabe que la Navidad, tiene un encanto especial y un fuerte componente comercial. La Navidad es sinónimo de reencuentros familiares y sociales. Nos encontramos con familiares y personas que no solemos ver durante el resto del año. Pero también es una época del año en la que pueden salir a relucir pequeños gestos o descuidos que, sin mala intención, pueden estropear una buena velada, o al menos deslucirla un poco. Nos referimos a esos gestos sutiles que, desde la perspectiva del anfitrión, se perciben como una falta de cortesía o consideración, más que como un error grave.

En algunas casas, las cenas navideñas se estropean por pequeños detalles muy repetidos: el móvil encima de la mesa, un comentario a destiempo, llegar "a ver qué hay" o comportarse como si el anfitrión tuviera que ofrecerte un servicio de catering. Pero hay otros comportamientos que molestan de forma sutil, aunque el anfitrión no diga nada.

Llegar sin un pequeño detalle o con un invitado sorpresa

A los anfitriones, aunque no lo digan, les suele molestar que el invitado aparezca con las manos vacías. Aunque te digan: "No importa, no esperábamos nada", seguramente en su interior están pensando lo contrario. ¿Qué le costaría traer un pequeño detalle".

Los regalos para lso anfitriones son habituales, aunque no sea Navidad
Llevar un detalle para lo anfitriones es un gesto de cortesía, no solo por ser Navidad. Los regalos para lso anfitriones son habituales, aunque no sea Navidad

Otra cosa que les descuadra a los anfitriones es llegar con algún invitado extra. Les trastoca todos los planes en cuanto a los sitios de los invitados, la cantidad de comida y bebida, etc., etc.

Si quieres quedar bien: Lleva un obsequio sencillo y apropiado: un vino, un dulce, unas flores, algún tipo de turrón o algo pensado para la casa. Un buen ejemplo seríaalgo como esto: regalar un “pack” infalible: una botella de licor + algo dulce + una tarjeta en la que has escrito unas cuantas palabras. No es el precio del regalo, sino el gesto.

Si quieres llevar a alguien más, lo correcto es preguntar antes. Casi, con toda seguridad, no te van a poner ninguna pega. 

Convertir la Navidad en un plató para redes sociales

Sobre todo a los de más edad les molesta tanta "actuación". Cuando una reunión familiar se convierte en una sesión de fotos constante: “Esperad, otra”, “No empecéis todavía”, “Repetimos el brindis”. Además de cansar a todo el mundo, les desconecta del momento. Disfruta el momento y deja que disfruten de la velada los invitados.

Tres consejos para no cabrear a todo el mundo:

* Pide permiso antes de grabar o subir fotos donde salgan otras personas (especialmente cuando hay niños o personas mayores).

Establece un "momento foto" que sea breve (por ejemplo, al empezar) y luego guarda el móvil.

* Si quieres un recuerdo bonito, propon hacer una foto de todo el grupo y listo.

Una fotografía puede ser. Un sesión fotográfica, mejor que no.
La mesa no es un plató de televisión. Una fotografía puede ser. Un sesión fotográfica, mejor que no.

Por ejemplo, en vez de grabar todo el tiempo en la mesa, haz una foto rápida del plato sin personas y vuelve a la conversación. Es como ir a un concierto: una foto para recordar, sí; mirarlo entero a través de la pantalla, no.

Los buenos modales en la mesa

Aunque estés en tu casa o en casa de unos familiares, los buenos modales no se quedan en la puerta de casa. Masticar con la boca abierta, hablar o beber con comida en la boca o gesticular con los cubiertos como si fueran armas son acciones que debes evitar. Puede parecer una tontería, pero a los demás les puede llegar a resultar incómodo y peligroso.

Haz esto mejor en su lugar:

* Mastica con la boca cerrada y habla cuando hayas tragado.

* Deja cubiertos sobre el plato mientras hablas (no en el aire).

* Evita "señalar" a la gente con un cubierto en la mano.

Deja los cubiertos en el plato si quieres hablar 'con las manos'
No se gesticula con los cubiertos en la mano. Deja los cubiertos en el plato si quieres hablar 'con las manos'

Por ejemplo: si estás contando una anécdota y te emocionas gesticulando, deja los cubiertos en el plato antes de mover tus manos como si fueras un soldado armado luchando. Te van a entender igual y en la mesa todos van a estar más seguros.

Entrar en "modo juez": opinar, corregir o preguntar de más

Hay preguntas invasivas ("¿y tú para cuándo... vas a tener hijos, adelgazar...?") que pueden ser muy molestas. También están los consejos no pedidos, los chistes incómodos o reabrir temas antiguos "polémicos". En Navidad, este tipo de acciones pueden escalar y llegar a verdaderos enfados y discusiones.

Si quieres preguntar u opinar, puedes optar por hacer esto en su lugar:

* Cambia preguntas personales por una "curiosidad amable": “¿Qué te ilusionaría hacer este año?”

* Si alguien suelta un comentario poco apropiado, no lo alimentes: redirige la conversación o guarda silencio. Salvo que sea algo más que poco apropiado y sea muy ofensivo.

* Si hay algún malentendido, acláralo rápidamente y, si toca, pide disculpas si hace falta.

Un ejemplo práctico: Si tu cuñado te provoca con un tema sobre política, responde con algo neutro y cambia de tema: "Entiendo tu punto de vista. Oye, ¿al final dónde vamos a comprar el roscón de reyes este año?"

Complicar el menú con "requisitos" caprichosos

Una necesidad médica real no es un capricho. Querer cambios en el menú y exigir que el anfitrión los haga va mucho más allá de la cortesía. No es lo mismo "no le pongas pasas al guiso que no me gustan" que "por favor, recuerda que soy alérgico a los frutos secos y puedo acabar en el hospital".

Si tienes algún problema con algún alimento, avisa con tiempo a los anfitriones. También, puedes ofrecer una alternativa para no cargar al anfitrión con toda la responsabilidad. Por ejemplo, "soy celíaco, yo llevo el pan y un postre sin gluten para compartir. ¿Te parece bien?". Eso es ofrecer una colaboración y no hacer una imposición al anfitrión.

Ser "invitado turista": no ayudar en nada

Como decía mi abuela, a todos nos gusta llegar a "plato puesto". Es decir, llegar, sentarte y quedarte ahí mientras otros cocinan, sirven, recogen y friegan. Esto no funciona así, salvo que sea una prohibición expresa de los anfitriones.

Por el contrario puede colaborar haciendo algo como:

* Ofrece una ayuda concreta: "¿Prefieres que ponga la mesa o que vaya partiendo el turrón y preparando las bandejas con los dulces?"

* Al terminar de comer: "¿Quieres que vaya retirando los platos o llenando el lavavajillas?

Por ejemplo: si hay mucho trabajo en la cocina, no preguntes "¿necesitas algo?" (suele generar más tensión). Di: "Yo me encargo de preparar las ensaladas y cortar el pan" y hazlo. Bueno, siempre que haya confianza con los anfitriones.

Piensa en la Navidad como en visitar una casa ajena: tu objetivo no es "hacer lo que te apetece", sino adaptarte a las normas de la casa. Si dudas, aplica esta regla: pónselo lo más fácil posible a los anfitriones. De esta forma, todo irá mucho mejor.

 

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