¿Por qué la gente hace preguntas personales? No entrometerse en la vida de los demás
Qué estrategia podemos seguir cuando nos hacen preguntas que tratan de invadir nuestra vida privada. Cómo combatir las preguntas indiscretas
Consejos para mantener a salvo nuestra vida privada
Las preguntas intrusivas son aquellas que son demasiado personales o que no son de la incumbencia de la persona que las hace. Este tipo de preguntas pueden ser molestas, incómodas o incluso ofensivas. Si alguien nos hace una pregunta de este tipo, es importante saber cómo debemos responder sin perder los buenos modales. Hay que ser firmes y contundentes, pero a la vez debemos hacerlo con toda la amabilidad posible.
Ahora bien, vivimos en una sociedad en constante evolución y algunas de las preguntas consideradas personales han pasado de ser una línea prohibida que no se debía traspasar a una línea cada vez más difusa entre lo correcto o lo incorrecto. En la época de nuestros padres y abuelos, hablar sobre dinero, salud, religión, política o asuntos emocionales estaba mal visto. Incluso, incomodaba a los presentes si alguien sacaba alguno de esos temas y hacía preguntas a los demás.
Pero, como acabamos de comentar, la sociedad evoluciona y las normas sociales han cambiado. Nos encontramos en una época en la que la divulgación de la información es global, donde las personas comparten sus secretos más íntimos en todo tipo de redes sociales y sistemas de mensajería. Los comentarios personales están a la orden del día. Pero, todo esto, ¿justifica las preguntas personales o demasiado intrusivas? La respuesta es, NO. Debemos establecer nuestros propios límites y decidir qué consideramos como preguntas inaceptablemente intrusivas y tomar las medidas oportunas para evitar situaciones tan incómodas cuando se trata de invadir nuestro espacio personal, nuestra intimidad.
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Cómo podemos hacer frente a este tipo de preguntas y situaciones: consejos y estrategias
Límite personal. Cada persona tiene un límite diferente con respecto a su intimidad. Hay personas a las que no les importa contar su vida, pero creen que los demás también deben hacerlo. No es así. Nadie está obligado a responder preguntas personales, salvo al médico. Podemos compartir únicamente lo que nos sintamos cómodos compartiendo, pero sin enfadarnos. Si nos hacen alguna pregunta de este tipo podemos usar alguna de estas estrategias:
1. Desviar la atención
Una forma de desviar la atención sobre una pregunta personal es utilizar el simple método de cambiar de tema. Lo haremos de la manera más educada posible. No importa si la transición es un poco brusca; reforzará nuestro rechazo a la pregunta intrusiva. Podemos cambiar de tema haciendo una pregunta a la persona o simplemente hacer un comentario sobre algo que está sucediendo a nuestro alrededor. Solo una persona muy maleducada insistiría en volver a la pregunta original para que le respondamos.
2. Utilizar el sentido del humor
El sentido del humor es un 'arma' perfecta para responder a una pregunta de este tipo. Por ejemplo, si nos preguntan cuánto ganamos, podemos responder con un "¡no me pagan lo suficiente!"; si nos preguntan cuánto costó nuestro automóvil, podemos responder que "¡demasiado!" o "mucho menos que el tuyo". Todas estas respuestas no revelan absolutamente nada, pero son una manera de responder amablemente sin revelar ningún detalle.
3. Provocar desinterés por la respuesta
Lo que los expertos denominan depreciar la pregunta. Por ejemplo, si alguien nos hace una pregunta que realmente no queremos responder, podemos contestarle algo así: "¡Oh, creo que te aburrirías mucho si intentara responder a esa pregunta! Mejor hablamos de otra cosa.
4. Utilizar los elogios o responder con otra pregunta
Los elogios pueden ser unas poderosas herramientas para evitar responder a una pregunta personal. Por ejemplo, si nos preguntan por el precio de una prenda de vestir, podemos responder con algo así: "seguro que mucho menos que la que tú llevas ahora".
Si no estamos cómodos respondiendo a una pregunta intrusiva, podemos preguntar a la persona por qué la hace. Esto puede hacerle reconsiderar su pregunta o, al menos, darnos una idea de sus motivos para hacer esa pregunta. También podemos hacer otra serie de preguntas similares, directas, sin rodeos:
- No quiero hablar de eso.
- No creo demasiado apropiado que me preguntes eso.
- Pienso que no es un tema de tu incumbencia.
- ¿Por qué me preguntas eso?
- Lo siento, es demasiado personal.
5. Decir mucho, sin decir nada
Las respuestas vagas son una buena manera de evadir preguntas personales. Las respuestas vagas y no concluyentes envían señales claras a la otra persona de que no estamos dispuestos a responder su pregunta intrusiva.
6. Ponerse en el lugar del otro: devolver la misma pregunta
Es frecuente que algunas personas no se den cuenta de que las preguntas que hacen son intrusivas. Sienten curiosidad, quizás en exceso, por las cosas personales y emocionales. Pero, podemos hacérselo ver poniéndoles en nuestro lugar. Salvo excepciones, la mayoría de las preguntas muy personales o intrusivas no son del gusto de casi nadie.
Ha quedado claro que las preguntas demasiado personales pueden invadir la privacidad de las personas, amén de hacerlas sentirse incómodas. La confianza también tiene sus límites. Lo mejor es no hacer este tipo de preguntas, sobre todo si estamos en compañía de otras personas.
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