
De gorras, sombreros y buenas maneras
Ni la confianza, ni la amistad pueden permitir que se salten las normas de la buena educación
foto base MabelAmber - Pixabay
Los sombreros están de moda... pero no sus reglas de uso
En sitio cubierto, hay que estar descubierto
En su novela Cádiz y sus misterios, Antonio Redondo narra cómo uno de sus personajes, de visita a casa de unas amigas, cometió una falta de educación cuando, al entrar en la sala, depositó su gorro sobre la mesa, con una actitud que ni la confianza, ni la amistad, podían permitir, puesto que las normas de comportamiento y urbanidad establecen que, como mucho y siempre por iniciativa del anfitrión, nunca del invitado, el sombrero se podría dejar en una silla, aunque lo natural sería haberlo dejado, al entrar en la casa, en el perchero, que para eso los percheros tenían una balda superior plana, donde dejar gorras y sombreros.
Desde hace ya tiempo recuerdo ese episodio de la obra de Redondo y echo de menos la reedición del Manual de las buenas maneras de Ángel Amable, u otros tratados de urbanidad, que se antojan necesarios ahora que se ha puesto de moda otra vez el uso de sombreros.
Imagino que ustedes, como yo, habrán observado que cada día hay más hombres que se unen a esta moda, pero que, lamentablemente, no saben darle el uso adecuado, sobre todo cuando entran en un establecimiento público, donde olvidan la regla de buena educación que dice "en sitio cubierto, hay que estar descubierto", norma, por cierto, que sólo es aplicable a los hombres, no a las mujeres, a menos que el sombrero sea excesivamente grande, engorroso e incomode a los acompañantes.
Te puede interesar: Historia y origen del uso del sombrero (con vídeo)
A la mala costumbre de no descubrirse al entrar en un lugar cerrado, se une, en el caso de tabernas y cafeterías, la falta de educación e higiene que supone dejar el gorro sobre la barra o la mesa, en el mismo lugar donde otras personas están comiendo o bebiendo, que mirarán la prenda depositada al lado de su plato preguntándose por la capacidad de sudoración de su dueño, o por la frecuencia con la que se lava el cabello, puesto que no hay que ser un lince para saber que el sombrero, la gorra o el casco de motorista que han dejado a tu lado en la barra, no ha pasado por la lavadora en mucho tiempo.
Es cierto que es un problema de los servicios prestados por los locales de hostelería, donde es prácticamente imposible encontrar percheros -no ocurre igual en otras regiones españolas-, pero eso no justifica la falta de cortesía de ocupar parte de la barra con sombreros, bolsos o chaquetones, incomodando al resto de los clientes.
Así que ya sabe, si le gusta usar sombrero, gorra o boina, hágalo, pero recuerde que es de educación quitárselo al entrar en un lugar cerrado, como es de educación no dejarlo en el mostrador incordiando al vecino.
Te puede interesar: Normas de uso del sombrero masculino. Etiqueta para los caballeros
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las equivocaciones con los nombres de las personas son mucho más habituales de lo que creemos
-
Quienes utilizan sillas de ruedas son personas, no cosas. Las barreras arquitectónicas en las ciudades son cada vez menores, pero aun quedan muchas
-
Los sibaritas son las personas que disfrutan del lujo y de los mejores placeres de la vida
-
Ayer me levanté con ganas de romper un poco el protocolo.
-
En el siglo XIX van a surgir las primeras disposiciones escritas sobre protocolo promulgadas en la Gaceta de Madrid
-
El hombre tiene siempre una gran resistencia a todo lo que sea atarse y coartar su vida y su libertad.
-
En ocasiones, el arrepentimiento puede ser mucho más 'rápido' o temprano que el perdón. Se arrepiente uno de algo, pero necesita tiempo para asimilarlo y llegar a perdonarlo
-
La peor plaga que padece hoy la humanidad es la de la grosería. Hoy el todo vale se confunde con lo guay, lo moderno mola y el insulto pone
-
Ir bien vestido puede darnos un aire de elegancia. Peri so sabemos caminar correctamente o estar de pie con una postura correcta, esta elegancia se verá empañada por esta forma de actuar
-
Los regalos tienen como finalidad sorprender y agradar a la persona que los recibe. Por este motivo, deben ser adecuados al momento, el motivo y el destinatario de ese regalo
-
La política es un negocio difícil. Es como si acabaras de llegar a una orquesta, alguien te diera una flauta y al día siguiente te pidieran que tocaras a Stravinsky.
-
Los movimientos de las manos deben estar acorde con la mirada y la forma de hablar en cada momento.