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El habla y la pronunciación. Tono de voz. Conversar

Como se habla y como se pronuncia es importante cuando se quiere comunicar o transmitir algo

Reglas de Cortesía y Urbanidad Cristiana
Se lee en 4 minutos.

Cómo hablar y pronunciar bien las palabras
Hablar bien. Cómo hablar y pronunciar bien las palabras

Urbanidad y conversaciones. El tono de voz y la pronunciación

Aquella urbanidad

Como el habla se hace por la boca, los labios, los dientes y la lengua, parece ser éste el lugar en que se hable de ellos.

Para hablar bien y hacerse oír de los demás es preciso abrir bien la boca y procurar no precipitarse al hablar, no diciendo ninguna palabra atolondradamente o a la ligera; esto impide, sobre todo a los de temperamento activo, pronunciar bien.

Al hablar procúrese tomar un tono de voz natural y pausado, bastante alto para poder ser oído de las personas con las que se habla, puesto que sólo se habla para hacerse oír. Con todo es mal educado gritar al hablar y emplear un tono de voz tan alto como si se hablase a sordos.

Una cosa a la que se debe prestar mucha atención al hablar es que la voz no tenga resabios de dureza, aspereza o altivez, sea cual fuere la persona con quien se habla; hay que hacerlo siempre con naturalidad y benevolencia.

Hablar por la nariz es ridículo. Para que la mala disposición de la nariz no dé ocasión de hacerlo, hay que procurar que no esté obstruida y que esté siempre muy limpia y sin suciedad.

Los que cecean o desean corregirse de este defecto deben procurar fortalecer su voz apoyando esforzadamente sobre las letras o sílabas que no pueden pronunciarse bien; esto les hará, por lo menos, la pronunciación más fácil.

Es importante para el futuro que los niños se apliquen a corregir estos defectos ya que después es casi imposible dejar la costumbre contraída de ciertos modos de hablar y, aunque se dé uno cuenta en edad más avanzada de que resulta inconveniente y desagradable, ya no se puede dejar para tomar otra.

Es malo hablar solo; ordinariamente no debe hacerse, pudiendo convenir únicamente a un hombre apasionado o loco, o a alguien que medita algo para sí y toma decisiones que le conciernen y medidas para ejecutarlas.

Entre lo más importante al hablar está el hacer sonar bien todas las letras y sílabas y pronunciar separadamente todas las palabras. No olvidar el pronunciar la consonante final de una palabra, cuando la palabra siguiente empieza por vocal; no se debe, en cambio, pronunciar la consonante final cuando la primera letra de la palabra siguiente es también una consonante.

Dos clases de defectos deben evitarse en la pronunciación: los unos conciernen la pronunciación en sí misma, los otros el modo de pronunciar.

Respecto de la pronunciación en las charlas ordinarias, es necesario que sea igual y uniforme, que no se cambie de tono a cada momento como un predicador. Es necesario asimismo mantenerla firme, evitando bajarla al final de las palabras; es más, hay que tomarse la molestia de pronunciar más fuerte el final de las palabras y períodos que el principio, a fin de ser oído correctamente. Es también necesario que sea entera, sin omitir letra ni sílaba que no se pronuncie del todo bien. Es preciso, finalmente, que sea totalmente exacta, que no se cambie ninguna letra por otra.

"El arte de la prudencia consiste en saber cuándo hablar y cuándo callar"

Hay varias clases de formas de pronunciar muy deseducadas; los hay que pronuncian de manera floja, lenta y lánguida; la gente que habla así es muy desagradable y parece que siempre se está quejando. Esta pronunciación delata en ellos cobardía y flojera en su conducta; este defecto es más frecuente, y también más tolerable, en las mujeres que en los hombres, pero no hay nadie que no tenga que esforzarse en corregirse del mismo.

Hay otros cuya pronunciación es pesada y tosca, sobre todo entre los aldeanos; corregirán este defecto suavizando el tono de la voz y evitando apoyar tan fuertemente las palabras y las sílabas.

Hay algunos cuyo modo de hablar es duro y brusco, lo que es deseducado en extremo; para corregirse hay que hablar siempre suavemente, atentos a sí mismos, mostrándose simpático a los demás.

Otros tienen una pronunciación aguda y precipitada; el medio que pueden utilizar para cambiarla es emplear siempre un tono firme de voz y entrenarse en pronunciar todas las sílabas distintamente y con atención.

La pronunciación francesa debe ser al mismo tiempo firme, suave y agradable. Para aprender a hablar bien hay que empezar hablando poco, decir las palabras unas tras otras con moderación, pronunciar distintamente todas las sílabas y todas las palabras y, sobre todo, no conversar ordinariamente más que con personas de lenguaje castizo y que pronuncien bien.

 

Nota
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