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El momento de la verdad. Empezamos. Hablar en público
Para mantener la atención del público lo mejor es hacer pausas breves, utilizar anécdotas o contar curiosidades
foto base jarmoluk - Pixabay
Una mirada al público. Es hora de empezar a hablar
Los comienzos son muy importantes para captar la atención del público. Debemos empezar nuestra exposición, hablando con un volumen adecuado, con una vocalización clara y con un tono de voz agradable. hay que desenvolverse con naturalidad, y creyendo firmemente en lo que decimos. Esto hará que el público también se lo crea.
Como en muchos ámbitos de la vida, debemos ser un poco "psicólogos" y ver cómo reacciona el público ante nuestras primeras palabras. Este pequeño 'test' inicial nos puede servir para hacer algunos cambios. Podemos modificar, en la medida de lo posible, el tono de voz, el ritmo o variar la cadencia de nuestras palabras. El objetivo es lograr que nuestra exposición atraiga y mantenga la atención del público. Lo menos aconsejable es acelerar o "correr" demasiado para terminar antes. 'Meter prisa' para acabar pronto es un error.
Cómo mantener la atención del público
Para mantener la atención del público lo mejor es hacer pausas breves, utilizar anécdotas o contar curiosidades, pero procurando no utilizar la primera persona del singular -yo-. También debemos descartar las frases hechas y los tópicos. Hay que tratar de ser los más originales que nos sea posible.
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Según los expertos, es mejor utilizar un lenguaje directo que indirecto y la voz activa mejor que la pasiva. En la medida de lo posible, debemos evitar estadísticas y utilizar demasiados datos numéricos que confunden y aburren al público.
Siempre debemos mirar al auditorio -público- y nunca al suelo o a los lados. Mucho menos, mirar a la parte de atrás, aunque haya otras personas. Tenemos que ser correctos con los oyentes, y pedirles perdón si nos equivocamos o cometemos algún error.
Una sonrisa inspira confianza y ofrece un aspecto más atractivo, siempre que lo hagamos de corazón. Debemos evitar risas forzadas y modales poco naturales. Cuidado con la risas si lo que estamos contando es sobre temas muy serios; no hay que confundir la cordialidad con la falta de seriedad.
No dejar los agradecimientos para el final. Una forma de 'ganarse' al público es comenzar con unas palabras -muy breves- de agradecimiento para generar una actitud positiva entre el público.
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