Cómo gestionar las conversaciones difíciles (con vídeo)
Tenemos que pensar antes de reaccionar. Un buen truco es tratar a la otra persona como si fuera un niño grande

RTVE - Para todos la 2
Cómo mantener el tipo en las conversaciones y situaciones difíciles
Cómo podemos gestionar una conversación complicada o que se sale de tono
Casi todo el mundo ha participado en alguna conversación que ha acabado con voces, gritos o tensas discusiones. Cuando estamos discutiendo con alguien el cerebro programado para sobrevivir nos "grita", huye o ataca. Es difícil mantener la calma en ese momento y ser razonables. Pero debemos intentarlo.
Imaginemos que cruzamos la calle y vamos algo distraídos. En ese momento pasa un coche a nuestro que casi nos atropella, pero instintivamente damos un paso atrás. Gracias a nuestro cerebro emocional hemos podido salvar la vida, porque ha tomado las riendas de la situación cuando ha visto que estábamos distraídos.
Escucha, no retes a la persona que está enfadada
Este mismo comportamiento tiene nuestro cerebro cuando nos invade una emoción intensa. Por ejemplo, cuando discutimos con alguien.
El psicólogo estadounidense Daniel Goleman lo ha llamado el secuestro emocional. El cerebro programado para sobrevivir, nos 'grita' huye o ataca, como si tuviésemos un coche o un león delante de nosotros.
Estrategias útiles para calmar a las personas en situaciones difíciles
¿Cómo podemos calmarnos en las situaciones difíciles? Saber llevar una conversación complicada
1. Mantener la calma, seguir en 'modo conversación'. Ya sabemos que 'dos no discuten, si uno no quiere'. Hay que tener cuidado porque los humanos nos contagiamos las emociones.Hay que dejar el "modo batalla" a un lado. Tenemos que pensar antes de reaccionar.
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2. Tratar a la otra persona como si fuera un niño grande. Tenemos que ignorar el drama, el motivo de la discusión. Igual que esperamos a que a un niño se le pase una rabieta. No hay que intentar ser racional cuando una persona está en pleno 'secuestro emocional'. Dice el doctor Albert J. Bernstein que si nos comportamos como un maestro de educación infantil, es que lo estamos haciendo bien.
3. Ralentizar la conversación. Por favor, habla más despacio. Es una estrategia que utilizan muchos profesionales que se enfrentan a situaciones de tensión. No digas lo que tiene que hacer. A las personas enfadas nunca les gusta que les digan lo que tienen que hacer. Esto funciona porque rompe el bucle de la discusión.
4. Hablar con el cerebro racional. Hacerle preguntas. Por ejemplo, ¿qué quieres que haga? Esto le hará tenerse que parar para pensar la respuesta a nuestra pregunta. Esto es una forma de seguir calmando su cerebro. No tratemos de justificarnos ni de explicar nada. Solo haremos preguntas para que la otra persona pueda expresar lo que siente.
Elsa Punset, colaboradora habitual del programa de RTVE " Para todos la 2 " nos da una serie de útiles consejos para quitarle tensión a una conversación acalorada y manejarla con sensatez.
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