
Miradas inconvenientes. Mirar por encima del hombro ¿No son gestos de mala educación?
En un transporte público se puede mirar a muchos sitios pero hay algunos a los que no debemos mirar
protocolo.org - FP Pro
Leer por encima del hombro, mirar lo que hace en su portátil ... ¿no es de mala educación?
En algunos medios de transporte, y con la proliferación de pequeños ordenadores portátiles, tabletas-pads y libros electrónicos, amén de los avanzados teléfonos móviles, es habitual que algunas personas vayan leyendo sus mensajes, chateando o haciendo cualquier otra cosa con sus dispositivos móviles.
¡Por favor! no debemos mirar de lado o por encima del hombro de una persona. Es de mala educación, es una indiscreción y es una falta de civismo. Antes eran los lectores de periódicos los que 'sufrían' estos gestos tan poco educados. Ahora, son los nuevos gadgets tecnológicos los que padecen la 'enfermedad' del mirón indiscreto.
Si hablamos de un periódico o un libro, de los clásicos, de los de papel, el comportamiento es igual de incorrecto. Nada de mirar de reojo, o leer por encima del hombro. Si queremos leer el periódico lo compramos, o esperamos a llegar al bar o a la oficina, si lo tienen.
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El espacio personal no debemos invadirlo bajo ningún concepto, por muchas facilidades que nos dé la persona que está leyendo de forma distendida y despreocupada. La mirada también puede ser una forma de 'invasión', dependiendo de cómo se mire y a dónde se mire.
Pero no solo hablamos de miradas a objetos. Mirar de forma descarada el escote de una señora -o de un señor- u otra parte de su anatomía, mirar fijamente a una persona que tiene un defecto físico o algún tipo de malformación, mirar sin ninguna prudencia alguna peculiaridad en la indumentaria de una persona, etc. son gestos de mala educación. Por mucho que nos llamen la atención no podemos ser tan maleducados.
Las miradas, como las palabras, tienen su 'música'. No podemos cerrar los ojos ante todo lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí podemos mirar de una forma prudente y apropiada. Los gestos nos delatan, y no siempre miramos con deberíamos hacerlo. Con prudencia y sin 'intimidar' a otras personas.
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