
El cabello y el tocador al levantarse.
Para sacar los cabellos de los algodones se aguardará a que estén ya fríos, porque si no se tomase esta precaución no se rizarían.
Del tocador al levantarse.
Si durante la noche se ha transpirado por la cabeza, y los cabellos estuviesen húmedos, no se ha de quitar el gorro o el pañuelo sino algunos minutos después de dejada la cama; y de todas maneras no se han de quitar los algodones inmediatamente.
Para sacar los cabellos de los algodones se aguardará a que estén ya fríos, porque si no se tomase esta precaución no se rizarían. Quitados los algodones, se irán desenredando con las puntas ralas del peine poco a poco para no arrancar o romper los cabellos; después se pasa el peine fino que debe ser de madera y bien hecho, es decir, que sus dientes tengan una fuerza igual.
Peinados suficientemente los cabellos, se acabará de asearlos con un cepillo de cerdas delgadas, ni demasiado blando, ni demasiado duro. Para acepillar los cabellos deben estar divididos por mechas como antes de poner los algodones.
-
7203
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Cuando la persona que llega merece cierto honor, siempre hay que dejar de hablar, o el juego, o cualquier otra cosa, y todos deben levantarse.
-
Los juramentos y blasfemias están entre las mayores faltas que se pueden cometer contra las leyes de la cortesía
-
Aunque la urbanidad no establece nada referente al tiempo que uno debe estar acostado y a la hora en que debe levantarse, con todo es educado levantarse temprano.
-
El sombrero le sirve al hombre para adornar su cabeza y también para evitarle algunas molestias que tienen que ver con la climatología
-
El equipamiento de las habitaciones de una casa, sus muebles y enseres. Su cuidado.
-
La urbanidad no es algo que solo sea aplicable fuera de casa; en la casa y en el juego también debe tenerse en cuenta.
-
La imitación cuando es burla no es un comportamiento correcto ni educado. Hay que imitar a las personas urbanas y de buena crianza.
-
Gran asunto de la cordura, nunca desbaratarse: mucho hombre arguye, de corazón coronado, porque toda magnanimidad es dificultosa de conmoverse.
-
Algunos consejos generales sobre lo que más favorece a las personas en el ámbito social para hacerse agradables a los demás.
-
En la iglesia el comportamiento debe ser prudente y respetuoso.
-
Cuando se quiere dar o devolver alguna cosa a otros, hay que entregarla con prontitud.
-
De la urbanidad en las maneras de los niños.