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Desde los buenos días hasta las buenas noches: los buenos modales no tienen horario

Educación familiar: hábitos diarios para aprender que los buenos modales son necesarios para vivir en sociedad

Se lee en 4 minutos.

Una buena comunicación familiar facilita, en gran medida, poder ayudar en la buena educación de los hijos
Hablar con los hijos es una buena forma de educar y conocer sus problemas e inquietudes. Una buena comunicación familiar facilita, en gran medida, poder ayudar en la buena educación de los hijos

La importancia de los buenos modales para educar con respeto y empatía

Tenemos la sensación de que vivimos en una época en la que el tema de los buenos modales parece estar pasando a un segundo plano. O al menos, observamos que cada día se les da menos importancia en la educación de los más pequeños. Ahora parece que todos quieren ser estrellas de las redes sociales sin importar lo que haya que hacer.

Estamos viendo, a medida que pasan los años, que cada vez es más habitual ver gente hablando por teléfono mientras come, enviando mensajes de texto durante una conversación o interrumpiendo a los demás para expresar su opinión. Sin embargo, los modales son importantes. Enseñar a los niños buenos modales desde pequeños les ayudará a sentirse más cómodos y seguros de sí mismos en cualquier situación social. También les ayudará a causar una buena impresión en los demás. Además, los buenos modales son importantes para un buen desarrollo de sus habilidades sociales y favorecerán que sus relaciones con los demás sean más cordiales y respetuosas.

La infancia es una etapa de aprendizaje, y los padres son los encargados de encauzar el camino de sus hijos ofreciendo buenos consejos y dando un buen ejemplo. Los niños aprenden por imitación, así que es importante que los padres tengan buenos modales y un buen comportamiento desde que se levantan hasta que se acuestan. La incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace puede confundir a los niños.

Debemos hablar con los niños sobre la importancia de los modales y explicarles por qué es importante comportarse de forma educada. También debemos corregir a los niños con cariño y paciencia cuando cometen un error. La técnica de reforzar los buenos comportamientos es muy eficaz. Cuando los niños tengan buenos modales, es importante elogiarlos e incluso darles alguna pequeña recompensa.

¿Dónde ha quedado la cortesía y los buenos modales de los más pequeños hacia los adultos?

Lamentablemente, estamos viendo y comprobando día a día esta pérdida gradual de acciones tan simples como un gesto de cortesía al dejar pasar primero al entrar en un sitio, a ceder un asiento en el autobús o el metro, a pedir disculpas cuando tropezamos con otra persona, etcétera, etcétera. Algunas personas argumentan que los modales son demasiado restrictivos y que no es necesario seguirlos al pie de la letra. Sin embargo, lo importante es tener unos modales básicos y comportarse de forma educada y respetuosa con los demás.

En la mesa, los malos modales causan una pésima impresión

La entrada en escena de la tecnología, sobre todo los teléfonos móviles-celulares, ha complicado aún más el comportamiento educado y amable en la mesa. Este nuevo 'comensal' está mucho más presente de lo que debería en la mayoría de las comidas. Mensajes, llamadas, notificaciones, selfies... todo vale, o al menos eso creen algunos.

El problema es importante, pero aún mayor cuando estamos con niños. En las situaciones sociales en las que hay niños presentes, debemos ser escrupulosamente prudentes. Un mal ejemplo se fija en la memoria de los niños con mucha más facilidad que cualquier otro. Todos los humanos, según dicen los expertos, tenemos ese sesgo negativo que nos hace recordar más lo malo que lo bueno.

Es nuestra obligación recordarles algunas cuestiones básicas que deben tener en mente cuando están en la mesa. Sobre todo cuando están fuera del entorno familiar, aunque en el entorno familiar es donde mejor podemos corregir este tipo de faltas de comportamiento. Los buenos modales son importantes tanto en situaciones formales como en las más informales, como cuando estamos con amigos o familiares. Es posible relajar un poco ciertas reglas o comportamientos, pero sin olvidar el buen comportamiento y el respeto con los demás.

Los padres no se pueden comportar como niños, sino como adultos.
El comportamiento de los hijos depende en gran medida de las correcciones y consejos de los padres. Los padres no se pueden comportar como niños, sino como adultos.

Algunas cosas que deberían recordar los peques cuando están en la mesa:

- Saludar a todos antes de sentarse.

- Esperar a que todos tengan su comida antes de empezar a comer.

- Comer y masticar con la boca cerrada.

- No hablar con la boca llena.

- No eructar ni sorber la sopa.

- No meterse el dedo en la boca, en la nariz o acciones parecidas.

- Usar los cubiertos correctamente.

- No jugar con los cubiertos o los alimentos.

- Pedir las cosas, por favor, y dar las gracias.

- Pedir disculpas si se comete un error.

Es necesario dedicar un tiempo determinado al día para conversar con nuestros hijos. Este pequeño gesto fomenta las buenas relaciones familiares y las buenas maneras. Qué mejor manera de empezar el día que charlar a la hora del desayuno. Pero, ¿y si no es posible? Tenemos el resto del día para hacerlo. Al mediodía, a la hora de la merienda, antes de acostarse. Solo hay que hacer un pequeño esfuerzo y buscar ese hueco a lo largo del día. El resultado merece la pena.

 

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