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Buen provecho. ¿Una falta de educación? ¿Por qué es una falta de educación?

La expresión de cortesía 'que aproveche' está siendo puesta en cuestión por, a nuestro entender, cuestiones puramente banales. Siempre se están buscando formas de diferenciarse de los demás 'creando' modales ficticios que nos hagan parecer más distinguidos

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Un camarero sirve la comida y desea buen provecho a los clientes
Buen provecho Que aproveche. Un camarero sirve la comida y desea buen provecho a los clientes

Decir buen provecho -o que aproveche- no es una falta de educación. Pese a quien pese

"Buen provecho" es una fórmula de cortesía. Se ha puesto de moda vilipendiar esta expresión, aludiendo a justificaciones absurdas y sacadas de contexto. La propia Real Academia Española lo define "como un deseo para que algo sea conveniente a la salud o el bienestar de alguien, cuando come o bebe".

El buen provecho verbaliza un deseo: que las personas a las que se les dice, disfruten de la comida. El deseo de que les siente bien y les produzca bienestar ese momento que pasan en la mesa -o incluso fuera de la mesa-. Solos o acompañados.

La respuesta a un eructo, ¿y qué tiene que ver eso ahora?

Una de las justificaciones más extendidas es la del eructo.

1. Buen provecho era la respuesta que se daba a una persona que eructaba en la mesa o después de comer algo.

2. Provecho -provechines y otras expresiones similares- era lo que deseaba -y desea- la madre al hijo cuando lo inclinaba sobre su espalda para expulsar gases.

Contestar con la boca llena

Otra de las curiosas justificaciones es la de contestar con la boca llena. Error. 

El buen provecho se desea al empezar a comer, no cuando estamos comiendo. Si alguien se acerca a la mesa, y nos desea buen provecho, o no, dejamos de comer por un instante para atenderle. Por lo cual, no vamos a tener comida en la boca para conversar o contestar. Querer relacionar la comida en la boca con la mala educación del "buen provecho" es buscarle tres pies al gato.

Por último, algunos autores comentan que tiene que ver con la escasez de alimentos en épocas pasadas. Cuando la comida escaseaba y los burgueses tenían de sobra, deseaban "buen provecho" a las personas del pueblo que veían comiendo. Era una forma de indicar que los menos pudientes aprovecharan para comer cuando había alimentos, cosa que no siempre ocurría. Una forma un poco ofensiva e insultante de dirigirse a las clases menos favorecidas.

Las reglas de cortesía y de etiqueta social evolucionan. Que en el pasado se utilizara esta expresión por una razón determinada no justifica que en el contexto actual tenga el mismo sentido y significado. Que, de hecho, no lo tiene. Como hemos visto en su propia definición.

No sabemos si quienes afirman esto de la mala educación, de utilizar la expresión "buen provecho", "que aproveche" o "bon appètit" -si somos un poco más snobs-, tiene algo que ver con la moda, con la susceptibilidad de algunas personas o con crear dudas sobre quién es más 'fino' o más educado -las clases más altas casi siempre han tendido a menospreciar este tipo de costumbres populares-. Hay personas a las que les gusta estar por encima de los demás. Los buenos modales no son una moda ni son una forma de 'elevarse' por encima de los demás. Evolucionan y se adaptan a su tiempo y a su época. Desear algo bueno a alguien, aunque sea a la hora de comer, no puede ser de mala educación. Como mucho, no es este el caso, puede ser inoportuno.

Estamos a favor del buen deseo a la hora de comer para todos los comensales. O aunque no esté sentado a una mesa. Cuando saludamos a un obrero, dependiente, almacenista, oficinista... que está comiendo su bocadillo, su empanada o lo que sea, ¿qué le decimos?: ¡Qué aproveche! o ¡Buen provecho!

 

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