Vivir en las redes sociales. Consejos para disfrutar de las experiencias
Experiencias vividas o experiencias compartidas. Conectar con las experiencias en vivo
Las redes sociales han transformado de forma notable la forma en que disfrutamos de nuestras distintas experiencias: viajes, conciertos, comidas, etcétera.
Cada día es más habitual ver a personas que sacan sus teléfonos y capturan cada momento de su vida en forma de vídeo o fotografía. Puede ser en un concierto, en la mesa, haciendo cualquier tipo de deporte, en la habitación de un hotel, en una playa, etcétera, etcétera. ¿Es una falta de educación? Puede serlo, depende del contexto y las circunstancias.
Estas personas que viven pegadas a sus pantallas capturando cada momento de su vida para compartirlo en las redes sociales, ¿se están perdiendo algo? Seguramente, sí. Pasan más tiempo mirando a sus pantallas que disfrutando de la experiencia, de la comida o de la compañía. No podemos olvidar que cuando no prestamos la suficiente atención a las personas que nos acompañan estamos siendo maleducados.
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¿Qué impulsa a las personas a grabar y fotografiar cada instante en lugar de disfrutar del momento?
Algunos afirman que este tipo de comportamientos son una forma de conectar y participar con otras personas. Capturar esos momentos efímeros y compartirlos en las redes sociales les permite revivir la experiencia una y otra vez. Pero, ¿esto es realmente una experiencia compartida, un negocio o una simple distracción digital? Seguramente, hay un poco de todo esto.
Todas estas personas que están de forma contínua pegadas a sus teléfonos y cámaras viven los momentos a través de una pantalla de un teléfono en lugar de disfrutarlo con su mirada directa. ¿Estamos perdiendo la esencia misma de la experiencia en vivo al enfocarnos tanto en capturar y compartir en lugar de vivir el momento presente? Es posible que también tenga mucho que ver la 'dependencia' de los likes y de la aceptación en las redes sociales. Los seguidores pueden llegar a ser muy 'tiranos y despiadados'.
El uso excesivo de teléfonos durante diferentes momentos de sus vidas pueden resultar 'invasivos' también para las personas que les rodean. En cuantos selfies habremos salido en un concierto, en un restaurante, en un parque de atracciones, etcétera. El problema puede surgir cuando se comparte este tipo de fotografías y vídeos en las redes sociales. Hay que tener mucho cuidado con lo que se publica cuando puede implicar a terceras personas.
¿Es hora de reflexionar y encontrar un equilibrio entre capturar recuerdos y vivir el momento?
¿Acaso pensamos que viendo un vídeo o fotografía es lo mismo que recordar la emoción del momento vivido? No ha avanzado tanto la tecnología para recordar con tanta emoción una puesta de sol tomados de la mano, una canción de amor abrazados, un relajante spa sin estar pendientes de nada, etcétera. Podemos capturar momentos, pero no emociones. Una experiencia en vivo no tiene reemplazo digital. Las fotos y los vídeos nos pueden traer muchos recuerdos, bonitos, tristes, alegres... pero el contacto físico nos deja emociones que no se pueden grabar con ningún dispositivo digital. Al menos, de momento. Es hora de soltar el teléfono celular (móvil) y abrazar o dar la mano a la persona que tenemos a nuestro lado para escuchar esa canción que tanto nos gusta, contemplar esa puesta de sol irrepetible o darse ese cariñoso beso que recordaremos toda la vida.
El fenómeno de vivir para las redes sociales, de vivir para los demás, plantea preguntas interesantes sobre las experiencias en vivo y la interacción humana en la era digital. Es comprensible que queramos capturar recuerdos y compartir nuestra alegría -o tristeza-, pero la esencia de cualquier experiencia en vivo radica en la conexión y la inmediatez que se experimenta en persona en ese momento único e irrepetible.
Recuerda, es posible captar un momento, pero te puedes perder una experiencia emocional que no se volverá a repetir.
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