Elegir un calzado apropiado ¿chancla, sandalia, zapato, playera o calzado deportivo?
Lo mismo que ocurre con la camiseta, el calzado puede ser poco apropiado para ciertos lugares
Cada lugar y cada momento tiene su tipo de calzado
El calzado, no así la ropa, tiene una funcionalidad casi puramente práctica, siendo la parte estética algo menos importante que en el caso del vestuario, aunque no por ello deja de ser fundamental en la imagen de una persona.
Los zapatos, como las prendas de vestir suelen cambiar con la época del año y con las condiciones climatológicas del lugar donde se viva.
Una chancla de verano no es nada apropiada para acudir a un restaurante, al teatro, a un museo o a cualquier otro tipo de local cerrado, o para realizar cualquier tipo de actividad urbana. Además del aspecto estético al que antes hemos hecho referencia, está el aspecto higiénico o práctico: un zapato abierto, y en época de calor, puele dar algunos problemas de "olores desagradables"; también puede ser poco seguro ante pisotones, tropiezos e, incluso, ante pequeños accidentes: la caída de un vaso, de una botella, de un plato, etcétera.
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Una regla casi universal
Se puede aplicar una teoría un poco generalista, pero ciertamente efectiva. Local cerrado zapato cerrado o semicerrado, tipo sandalia. Local abierto o al aire libre puede admitir calzado abierto sin llegar a tipos de calzado exclusivamente creados para utilizar en la playa, la piscina, etcétera, como las chanclas o cholitas.
Este esquema pueden darse ciertas excepciones, tanto en uno como en otro lugar; tanto con un calzado como con otro. No es lo mismo la terraza de un bar en una ciudad, que la terraza de un chiringuito a pie de playa o junto a una piscina.
También hay que saber combinar el vestuario con el calzado. No es correcto ir vestido con un traje formal y utilizar un calzado playero abierto, como unas sandalias o unas deportivas, por poner un ejemplo. Todo tiene que guardar una cierta armonía y ser apropiado al lugar y a la época del año.
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