
¿Cómo y cuándo enseñar a los niños a poner la mesa? A qué edad debemos empezar a enseñarles a poner la mesa
Desde muy pequeños hay que tratar de ir enseñando a los niños a participar en ciertas tareas cotidianas de la casa. Una de ella es la de poner la mesa
protocolo.org - FP Pro
¿Cuándo enseñamos a los niños a poner la mesa? Aprender de forma gradual
Los niños deben aprender a colaborar en las distintas tareas de la casa a medida que se van haciendo mayores. En este caso nos vamos a centrar en el tema de poner la mesa de forma correcta.
El primer paso debe ser la observación. Cuando son demasiado pequeños puede ser peligroso que manejen copas y platos. Por lo tanto, les pondremos a nuestro lado para que miren y aprendan. Si nos preguntan, les responderemos con una pequeña explicación.
A medida que pasa el tiempo les podemos ir dejando que coloquen algunos elementos de la mesa. Los menos peligrosos o delicados. Las servilletas y los platos, pueden ser un buen comienzo. Cuando ganen habilidad y soltura les podemos dejar que coloquen copas y cubiertos. Cuidado con los cuchillos. Si cortan mucho, como un cuchillo chuletero, puede ser mejor no dejarles que pongan este tipo de cubiertos más peligrosos hasta que no sean algo más mayores.
Te puede interesar: Cómo utilizar los cubiertos en la mesa de forma correcta
Cada niño tiene su edad, no hay que forzar su aprendizaje
Los niños, como los adultos, son distintos. No todos tienen la misma soltura, habilidad y movilidad a la misma edad. Cada niño tiene su tiempo.
Enseñar es una cuestión de perseverancia y de paciencia. Al principio habrá que corregirles más. Luego, poco a poco, cada vez necesitarán menos ayuda y cometerán menos errores. Solo hay darles tiempo.
Una buena forma de enseñar e incentivar su aprendizaje es con un premio o recompensa. Si sabe que le vamos a poner su postre favorito o va a poder tener unos minutos más de juego, puede ser un buen incentivo para que muestre más interés al poner la mesa.
Por último, una cosa que no debemos hacer nunca: levantar la voz, reñirles o utilizar algún calificativo negativo que pueda dañar su autoestima. Un mal día lo tiene cualquiera. Si ha sido el nuestro, no debemos 'pagarlo' con los niños. Paciencia, mucha paciencia.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los anfitriones deben "vigilar" que todo esté en perfecto estado. Así todo pueden cometerse algunos errores que se escapan de su control por un despiste o descuido
-
Es un gesto que pocas veces tenemos en cuenta si lo hacemos bien o mal. Pero no hay una respuesta única y verdadera
-
La invitación es un documento de "entrada" a una ceremonia o celebración, por lo que es apropiado llevarla siempre
-
No es nada agradable ver unos labios o unos dedos marcados en una copa. Por eso la servilleta es un elemento fundamental en una mesa
-
Crear la lista de invitados puede ser mucho más complejo de lo que la mayoría de la gente piensa. Hay que tener en cuenta muchos factores además del tema familiar
-
Una fiesta con amigos se puede hacer, prácticamente, en cualquier sitio. Pero si queremos algo especial el lugar también debe serlo
-
Una de las tareas de los anfitriones es procurar intervenir en las presentaciones de sus invitados haciendo de mediadores
-
La cortesía no debe perderse amparándonos en las prisas y la vida tan acelerada que hay en las grandes ciudades. Los gestos de cortesía mejoran la convivencia
-
Al volante, sobre todo en las grandes ciudades, pasamos mucho tiempo dentro del automóvil. En este tiempo de espera hay que mantener una cierta compostura
-
En algunas ocasiones, por causas diversas, la llamada se corta y perdemos la comunicación con nuestro interlocutor. Es habitual que ambas personas vuelvan a llamar y de la línea como ocupada
-
El envío de las invitaciones debe hacerse con un cierto tiempo de antelación dependiendo del tipo de evento o celebración de que se trate
-
Las conversaciones y los anfitriones son muy importantes para mantener 'viva' cualquier tipo de celebración o encuentro