Sobrescrito y fanqueo de las cartas.
El sobrescrito contiene el nombre de la persona a quien se escribe, su morada y aun su profesión.

Sobrescrito o dirección.
El sobrescrito contiene el nombre de la persona a quien se escribe, su morada y aun su profesión. Si se escribe a un pueblo grande, se designa la calle y el número de la casa.
Si la carta va a un lugar poco conocido, o que no es de tránsito, se pone por tal parte, nombrando la caja a donde va a parar.
Franqueo de cartas.
No está en uso, y aun sería una impolítica franquear las cartas, excepto las que van a países extranjeros. Se pueden franquear también las que se dirigen a los pobres. Terminaré esta instrucción con algunas reflexiones que podrán ser útiles a muchas personas.
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									El decoro no admite medio término entre nuestras acciones y el modo de practicarlas.
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									La demasiada afición al dinero o a la hacienda, es la pasión menos común en los niños, los cuales por lo regular inclinan más al vicio opuesto, esto es, a la prodigalidad.
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									Conocer los afortunados, para la elección; y los desdichados, para la fuga.
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									Nunca hay que comenzar a jugar con una persona de rango muy superior sin que ella lo pida.
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									Las preocupaciones locales prevalecen solo entre el común de las gentes, y no imponen a los espíritus formados y reflexivos.
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									El orden social exige que la ancianidad sea respetada a fin de que los jóvenes oigan con docilidad sus lecciones, y obedezcan prontamente sus mandatos.
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									El espíritu de urbanidad es cierta atención a que nuestras palabras y modales hagan que los demás queden contentos de sí mismos y de nosotros.
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									La higiene es el empleo de los medios necesarios para conservar la salud y una buena imagen personal
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									Las costumbres lingüísticas que la cortesía trataba de erradicar de los repertorios de grupos hegemónicos dentro del mundo urbano se fueron desplazando, bien hacia capas bajas del espectro social, bien hacia el mundo rural
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									El niño y el comportamiento en el juego.
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									Según el hotel, se debe vestir de manera más o menos elegante, y no hacerse notar por demasiada negligencia o por una exhibición de trajes exagerada.
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									Ya no tanto distinguen a los individuos los trajes, como la instrucción, la educación, el ingenio y los talentos acompañados de las gracias y elegancia.
 


