
Gabinete particular y gabinete de recibir. Urbanidad en la casa.
El gabinete de una mujer es un nido muelle y perfumado, en donde descansa de sus cuidados domésticos y mundanos.
Habitaciones destinadas a gabinete para la mujer.
Además de estas habitaciones, la mujer elegante tiene su gabinete íntimo, donde reune los objetos que le son queridos y donde se rodea de la poesía y la dulce intimidad en que no penetran más que los elegidos de su corazón.
Generalmente, el gabinete de una mujer es un nido muelle y perfumado, en donde descansa de sus cuidados domésticos y mundanos. Una chimenea, flores, butacas, la mesita de lectura, el escritorio, la bombonera, la labor en que distrae sus ocios, batidos, tambor, encajes, el piano o el arpa, cuanto se refiere a la vida íntima, las mil bagatelas que forman el encanto de las mujeres y que revelan sus gustos y sus aficiones. Nada demuestra tanto la personalidad de una mujer como su gabinete de descanso y de labor.
Además de éste, hay otro gabinete de recibir, especie de salón menos suntuoso y más íntimo, intermedio entre el gabinete y el salón, que sirve para las reuniones familiares y de los amigos de confianza.
"En el despacho de una dama hacen bien las flores, los bibelots y los tapices mezclados con los libros y los folletos"
Algunas mujeres artistas tienen su gabinete particular hecho escritorio o estudio, según sus aficiones las inclinen a la música, la literatura o la pintura. En estas cosas su gusto y su fortuna son las que pueden dar el patrón del amueblamiento de esas habitaciones.
El despacho de una dama no ha de parecerse nunca al de trabajo de un hombre. Los despachos de los artistas permiten cierta fantasía: se les ve rodearse de tapices, retratos, bibelots y otros mil objetos; pero en los hombres vulgares el despacho debe tener un carácter vulgar y severo, que no excluye la elegancia ni la comodidad. En el despacho de una dama hacen bien las flores, los bibelots y los tapices mezclados con los libros y los folletos.
Pero la mujer no es jamás egoísta con los que ama; ella sabrá atender a su gabinete, al salón, al comedor, a la alcoba, sin dejar de cuidar como lo principal de la casa las habitaciones de los hijos, del esposo, del padre o de las personas de la familia.
Así, la señora cuidará siempre, además de las que dejamos apuntadas, de las que al uso particular de los hombres se refieren, como salita de fumar, sala de billar, etc.
-
8216
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las leyes de la moral imponen al hombre que vive en sociedad, la obligación de ser prudente, discreto, circunspecto, indulgente.
-
Una ciencia que enseña a complacer en el verdadero rol o lugar que nos toca es la civilidad
-
Por grande que sea la dignidad, por alto el empleo que ocupemos, ninguna consideración nos dispensa del respeto que debemos a nuestros padres.
-
Comportamientos vulgares y poco políticos en la vida cotidiana.
-
Hay personas que con tal de agradar a los demás hacen o dicen cosas para ganarse su afecto y confianza.
-
La ley de Moisés no admitía en los tribunales el testimonio de un extranjero.
-
La urbanidad encierra una misión mucho más dulce y más suave que la de dar elegancia a nuestras maneras e iniciarnos en las prácticas escogidas de una sociedad de buen tono.
-
Las personas desocupadas se dedican en los países civilizados a cultivar el talento con la lectura, o se entretienen en amenas e instructivas conversaciones.
-
Los vinos se sirven por la derecha; el criado anuncia: "Vino de X", y se cuidará de que sean lo más variados y finos posible.
-
Sobre el modo de trinchar y servir la mesa, reglas a observar.
-
Estas reglas de urbanidad están escritas para orientar un poquito a la juventud rural en lo más elemental.
-
En todos estos deportes toman siempre parte personas de ambos sexos, y hay que recomendar la mayor corrección