
Cuestiones sobre la urbanidad. IX
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
Cuestiones sobre la urbanidad.
¿Cómo se portará Vd. cuando le hubieren notificado una boda o alumbramiento?
¿En qué otros casos debemos visitar a ciertas personas?
A los sujetos de nuestro mayor aprecio, ¿qué atenciones les debemos en sus días, en las pascuas y siempre que les sobreviniere algún fausto suceso?
¿Se interesará Vd. en la desgracia de otra persona, mayormente si fuese de su particular estimación?
El que va a emprender un viaje, ¿qué debe observar para con sus amigos?
Cuando una persona favorezca por la vez primera nuestra casa, ¿qué atenciones usaremos para con ella?
¿Cuáles son los pasatiempos más útiles y honestos?
¿Qué dice Vd. de los que juegan únicamente por el sórdido interés?
Cuando entren señoras en el juego, ¿qué deferencia les debemos?
¿Qué conducta observará Vd. en un juego por diversión?
Cuestiones sobre la urbanidad
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El conocimiento del mundo solo se puede adquirir en medio del mundo, y por ningún método dentro del gabinete.
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Las niñas bien educadas saben cuándo deben saludar, a quién y como, así como saben desenvolver en sociedad de una forma elegante y educada
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Actos inurbanos o molestos a los presentes.
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Uno de los puntos más esenciales que debe observarse en la buena formación de las cartas, es atender y poner la consideración sobre la persona a quien se escribe
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Los jóvenes deben ser educados para tener buenos modales y evitar que sean personas maleducadas en el futuro
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La moda según algunos, ha introducido, la corrupción, pues a la mujer sin pudor nunca le faltan alhajas, y el deseo de poseer alhajas induce a renunciar al pudor.
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Advierte que hay tanta diferencia entre la cortedad y la modestia, como que ésta es muy recomendable, y aquella es muy ridícula.
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Las conversaciones y el comportamiento de una persona educada al incorporarse o participar en ellas.
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Se puede decir que el modo de vivir, de andar o de presentarse de un hombre dan a entender quien es.
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Todas las acciones nuestras que en las vicisitudes socíales y en la conversación común ahorran incomodidad, tiempo y trabajo a nuestros semejantes.
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Los mejores libros, considerándolos desde el punto de vista que nos ocupa, son indudablemente los libros de viajes.
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La avaricia se echa de ver, por donde quiera, pareciéndose al amor y a los celos.