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Etiqueta digital con el rostro humano

Con el inicio de la pandemia las personas que no estaban acostumbradas a trabajar desde casa debían aprender cosas aparentemente básicas. Por ejemplo, como vestirse en plenitud, incluso si solo la parte superior del cuerpo es visible en la pantalla

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Joven teletrabaja desde su casa
Teletrabajo y pandemia. Joven teletrabaja desde su casa

Trabajar y aprender desde casa: teletrabajo y teleaprendizaje un reto para los nuevos tiempos

La necesidad de trabajar desde casa dio lugar a una gran cantidad de situaciones muy diferentes, que iban de curiosas a dramáticas, y nos mostró plenamente que no estamos preparados para trabajar en línea.

Si recordamos los primeros consejos de los instructores de etiqueta para quienes se ven obligados a realizar videoconferencias desde casa, entonces en casi todas nos toparemos con las mismas recomendaciones: estar completamente vestido, apagar el micrófono y la cámara de video a tiempo, iniciar una videoconferencia a tiempo, etc., etc. Se suponía que todo esto serviría para mantenerse en buena forma, creando la ilusión de estar en el lugar de trabajo.

Todos recuerdan una situación que sucedió mucho antes de la pandemia, cuando los hijos del profesor Robert Kelly irrumpieron en la sala durante su conferencia para la BBC. Su madre corrió tras ellos y trató de sacar a los niños de la habitación en silencio.

Esta situación fue muy comentada y discutida, el profesor y su familia dieron diversas explicaciones.

Con el inicio de la pandemia, cuando todos comenzamos a utilizar la video comunicación, este tipo de situaciones se ha incrementado. Todo esto dio lugar a la creación de ciertas reglas de etiqueta para la realización de sesiones de video comunicación.

Las personas que no estaban acostumbradas a trabajar desde casa debían aprender cosas aparentemente básicas. Por ejemplo, como vestirse en plenitud, incluso si solo la parte superior del cuerpo es visible en la pantalla. O no beber, no comer ni fumar durante el taller. Es decir, lucir y comportarse como si la persona no estuviera en casa, sino en la oficina. Muchas curiosidades también se asociaron a todo esto, cuando, por ejemplo, se cayó una cámara dejando al descubierto unas zapatillas de casa, o cuando se escucharon comentarios en un micrófono sin silenciar que no a todo el mundo le gustaría escuchar.

Después de eso, aparecieron cursos y seminarios web, folletos que comenzaron a explicar lo importante que es monitorear su comportamiento, sus palabras y su apariencia mientras trabaja desde casa.

Pero entonces surgió otro problema. Si una persona se miraba a sí misma y estaba segura de que nada inadecuado le sucedería en el aire, aún entonces no había garantía de que toda la familia también se comportaría de manera impecable. Por ejemplo, que durante una transmisión en vivo o una lección, los niños no irrumpirán en el marco, un perro no ladrará o los vecinos no pondrán música de todo volumen.

En este momento, comenzaron a aparecer discursos de especialistas en etiqueta, quienes reclamaron el hecho de que, si no somos responsables de nuestros vecinos, entonces podemos poner a nuestra familia en orden, que los miembros de la familia están obligados a adaptarse. Incluso hubo un discurso de un especialista que contó en detalle cómo configurar la luz correcta, cómo crear un fondo, cómo controlar sonidos extraños, y al mismo tiempo cómo encerrar a la familia mientras dure la transmisión del video.

Mujer enseña a un cliente su trabajo. Teletrabajo
Teletrabajo, la oficina en casa. Mujer enseña a un cliente su trabajo. Teletrabajo

Pero la necesidad de trabajar desde casa trae nuevos problemas.

1. Cuando personas de diferentes países, de diferentes zonas horarias, se encuentran a través de comunicaciones por video, en vivo.

Debe tenerse en cuenta que, si es tarde o de noche en su punto, entonces es probable que no tenga la oportunidad de encender la luz o hablar en voz alta durante mucho tiempo.

2. Si antes se creía que llamar a una persona a casa o a su móvil, o enviar un correo sobre cuestiones laborales después del final de la jornada laboral es incorrecto, ahora resulta que tiene que responder preguntas de trabajo en cualquier momento y a través de cualquier canal. Y de aquí llega el siguiente punto:

3. La comunicación electrónica por correo, mensajería instantánea y chats grupales tiene sus puntos controvertidos.

¿A qué hora debo responder a un mensaje en el Messenger? Muchos empleados se quejan de que sus mensajes leídos quedan sin respuesta y no saben cómo reaccionar ante ellos. La gente comienza a ponerse nerviosa, piensa que está siendo ignorada, busca otro empleado de quien pueda obtener información, etc.

A menudo, la razón de esto es una desconexión, una falla de Internet, o quedarse sin datos en el teléfono y no es en absoluto un indicador de falta de respeto hacia usted o de ignorar sus preguntas.

4. Si la comunicación por Internet entre adultos tiene sus propias dificultades, entonces la comunicación por Internet de un profesor con alumnos y estudiantes es un tema aparte.

Muchos estudiantes están en contra de encender la cámara y el micrófono durante las conferencias. Por el interior imperfecto de la casa, por conflictos familiares, por querer hacer asuntos suyos durante la lección y que el profesor no se dé cuenta.

Por su parte, el profesor se siente incómodo al ver solo cuadrados negros en la pantalla, no sabe quién está haciendo qué en ese momento. Además, al explicar material nuevo, es indispensable que el maestro vea cuánto se le entendió, y, con las cámaras apagadas, esa oportunidad desaparece.

Por un lado, se debe dar prioridad al docente, como mayor en rango y edad. Por otro lado, no es mala idea ponerse en la piel de un alumno, que depende tanto del profesor como de los padres, y en ocasiones tiene que elegir a quién obedecer.

Los memes fueron el resultado de la situación con una maestra de una universidad mexicana, quien de forma grosera prescribió las reglas de conducta a los estudiantes en sus conferencias. A partir de este punto se sigue con lo siguiente:

5. Cómo nos comunicamos en conferencias o charlas en línea.

Es importante recordar que no solo nuestros empleados o estudiantes, sino también sus familias pueden escucharnos. Una conversación grosera con un estudiante, un tono irrespetuoso con un empleado, todo esto se puede escuchar, grabar y replicar en las mismas redes sociales. Además del hecho de que esto puede traerle problemas a usted personalmente, también puede provocar una situación inapropiada en el hogar de su empleado o estudiante.

Un joven bien vestido trabaja desde el salón de su casa
Teletrabajar desde casa. Un joven bien vestido trabaja desde el salón de su casa

Los padres que escuchan cómo su hijo escolar es reprendido constantemente, o los niños que escuchan que le hablan mal a su padre, pueden reaccionar de manera negativa a lo que escuchan.

Todas estas situaciones a primera vista pueden parecer insignificantes, pero según las estadísticas, el número de divorcios ha aumentado en muchos países. Un gran número de escolares y estudiantes abandonan la escuela. Los conflictos domésticos afectan tanto al rendimiento como al equilibrio mental.

Para hacer esto, usted puede y debe:

1. Recordar que el hogar no es una oficina, ni siquiera la sucursal de una oficina, o un salón de clases, sino, ante todo, un lugar donde vive su familia.

2. Poder comprender la posición de una persona en el otro lado de la pantalla. Esto es especialmente cierto para líderes y maestros. Es muy importante tener en cuenta la vida y las circunstancias del hogar de los subordinados y estudiantes.

3. Ser capaz de expresar sus problemas. Si hay una interrupción del suministro eléctrico o de la comunicación en su área, es mejor avisar al respecto con anticipación.

4. Ser capaz no solo de extinguir, sino de no crear conflictos. No levantar la voz, usar un tono neutral, tener cuidado con las palabras.

5. Si no es posible proteger a los miembros del hogar de una aparición inapropiada en la cámara, no preste demasiada atención al incidente. Basta con disculparse y apagar la cámara un rato.

6. Si sucedió que los niños o los animales se metieron en el encuadre, nuevamente, no hay necesidad de intentar sacarlos "desapercibidos". También basta con disculparse, apagar la cámara y el micrófono y zanjar el incidente.

Tomando en cuenta que la etiqueta social cada vez más se enlaza con la etiqueta profesional, y las dos se mueven al entorno digital, me parece correcto hablar sobre ciertos cambios en ellas, dando una importancia mayor a la parte humana o social.

En el primer lugar tiene que estar el respeto a la persona, sea un alumno o un profesionista, recordando que detrás de la pantalla se encuentra una persona que a la fuerza tiene que combinar su vida privada con su vida laboral – algo, que no ha hecho nadie en tiempos antiguos. De esta manera se podrán lograr mejores resultados tanto en los estudios como en los retos profesionales.

 

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