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¿Qué significa ser civilizado? ¿Es simplemente una cuestión de modales y comportamiento, o es una actitud más profunda hacia los demás y hacia uno mismo?

Ser civilizado significa comportarse de manera educada y correcta. También implica reconocer plenamente la humanidad de los demás, aunque tengan costumbres y creencias distintas a las nuestras

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Una sociedad sin respeto, cortesía y tolerancia es una sociedad abocada al conflicto
Ser civilizado es crucial para poder vivir en sociedad. Una sociedad sin respeto, cortesía y tolerancia es una sociedad abocada al conflicto

Una sociedad civilizada es una sociedad más amable, más tolerante y más empática

Ser civilizado no es simplemente una cuestión de buenos modales y comportamiento apropiado, sino que implica una actitud más profunda hacia los demás y hacia uno mismo. Si echamos un vistazo a la historia, observamos que las reglas de comportamiento no eran simplemente imposiciones arbitrarias, sino respuestas a necesidades reales de la sociedad. Necesidades de convivencia, de evitar conflictos, de estructurar una sociedad cada vez más compleja. 

Pero hoy, en pleno siglo XXI, en una sociedad que ha alcanzado un alto nivel de complejidad y 'variabilidad', ¿siguen siendo relevantes estas reglas de etiqueta, cortesía y comportamiento? La respuesta no es sencilla. Vivimos en una época de constantes cambios, donde la tecnología y la globalización están redefiniendo continuamente lo que significa ser educado. Los modales y comportamientos que se consideraban esenciales en tiempos pasados pueden parecer hoy obsoletos, innecesarios o incluso restrictivos, pudiendo afectar de forma negativa al comportamiento de muchas personas.

Siendo realistas, la esencia de la buena educación no ha cambiado. Por ejemplo, el famoso manual de Manual Antonio Carreño, "La urbanidad de Carreño" tiene muchos conceptos arcaicos y anacrónicos, pero su esencia sigue siendo válida porque hace referencia al respeto y a la buena convivencia. Al final del día, se trata de respeto. Respeto hacia uno mismo y, sobre todo, hacia los demás. En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, donde las acciones de una persona pueden tener un impacto directo en la vida de alguien a miles de kilómetros de distancia, ese respeto es más crucial que nunca.

En las sociedades actuales, con su vasta mezcla de culturas, tradiciones y formas de vida, es importante aprender a entender y valorar las diferencias. Las reglas de buena educación no son más que herramientas que nos ayudan a navegar por este complejo tejido social. Nos proporcionan un marco común, una guía sobre cómo interactuar con los demás de una manera que sea respetuosa y constructiva.

Por supuesto, es vital que estas reglas evolucionen con el tiempo. Lo que era considerado apropiado en la Edad Media puede no lo sea en una urbe moderna. Incluso, que sea considerado como algo grosero o de mal gusto. Pero el principio subyacente, el respeto mutuo, sigue siendo tan relevante como siempre.

Es cierto que algunas normas pueden parecer arcaicas o incluso restrictivas. Pero, las reglas nos dan un marco, y dentro de ese marco, podemos ser libres para expresarnos, para conectarnos con los demás, para construir algo más grande que nosotros mismos. Una sociedad más amable, cordial y pacífica.

Recordemos que las reglas de buena educación no son un vestigio del pasado, sino una herramienta para el presente y el futuro. En un mundo cada vez más complejo y desafiante, nos proporcionan una brújula para navegar, para construir relaciones significativas y armoniosas. Es esencial que sigamos valorando y enseñando estos principios, no como imposiciones arbitrarias, sino como guías para vivir en sociedad, para construir un mundo más respetuoso y comprensivo.

 

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