Cosas que no debemos hacer cuando tenemos invitados en casa. Errores que suelen cometer algunos anfitriones
Los anfitriones ponen todo su empeño para que los invitados se sientan como en su casa. Pero, en ocasiones, cometen algunos errores que pueden evitarse poniendo un poco de atención

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Comportamientos a evitar cuando tenemos invitados en casa
Para ser un buen anfitrión hay que saber encontrar un equilibrio entre ser amables y seguir algunas reglas de etiqueta que no sean demasiado rígidas. Cuando tenemos invitados en casa, queremos asegurarnos de que se sientan bien atendidos y cómodos. Pero, sin llegar a ser pesados o agobiantes. Sin embargo, hay veces, que por descuido o demasiada confianza, hacemos ciertas cosas que nunca deberíamos hacer frente a nuestros invitados. Vamos a ver algunas de las cosas que no deberíamos hacer cuando tenemos invitados en casa.
1. Tareas básicas de la casa.
No es apropiado ponernos a limpiar el polvo, pasar el aspirador, vaciar el lavavajillas, poner la lavadora, etcétera, delante de nuestros invitados. La mayoría de esas tareas debemos hacerlas antes de que lleguen los invitados o después de que se vayan.
2. Discutir con nuestra pareja, hijos, vecinos...
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Las discusiones 'caseras' pueden resultar muy violentas no solo para los participantes en ellas, sino también para las personas que las presencian. Supone involucrarles en nuestros problemas. Discutir acaloradamente o tener un altercado cuando tenemos invitados en casa no es correcto. Hay que saber mantener la compostura y tratar los problemas de forma privada -o al menos, irnos a otro lugar para evitar esta situación tan incómoda a nuestros invitados-.
3. Criticar o hablar mal de otras personas.
Hablar de otras personas, sobre todo cuando no están presentes, es de muy mala educación. Además, los invitados pueden pensar que harán lo mismo con ellos cuando no estén presentes. Podemos comentar alguna cosa sobre un amigo o familiar, pero nunca criticar o cotillear sobre su vida. Es muy habitual en nuestra sociedad hablar de la vida privada de los demás como un tema de conversación.
4. Elegir un tema de conversación.
Hablando de criticar o cotillear sobre los demás, cuidado con los temas 'sensibles': política, religión, algunos deportes, relaciones de pareja, dinero, enfermedades, etcétera. Son temas que deben 'usarse' con mucha prudencia, porque pueden ser el origen de conflictos y acaloradas discusiones. Si se habla de algunos de ellos, hay que ser muy diplomático.
5. Quejarse todo el tiempo. Problemas personales.
No podemos convertir a los invitados en nuestro paño de lágrimas. Quejarnos de la salud, del dinero, del comportamiento de nuestra pareja o de los niños, etcétera, no es de recibo. Esas cuestiones deben quedar para nuestro entorno más íntimo. No hay nada más deprimente y agotador que estar escuchando quejas todo el tiempo. Los problemas personales no se deben ir contando a todo el mundo y menos aburrir a nuestro invitados con ellos.
6. Buenos modales y saber estar.
Hay que atender a nuestros invitados como se merecen. No debemos tener la televisión, la radio o cualquier otro aparato encendido que pueda distraer la atención de nuestros invitados. De los teléfonos celulares-móviles, mejor ni hablar. Deberían dejarse en un cajón. Pero, como no se suele hacer, nada de contestar o hacer llamadas, ver o contestar mensajes y cualquier otra actividad con el teléfono móvil-celular.
Una cosa que hemos visto alguna que otra vez, es no tratar con respeto al personal de servicio de la casa. Todo el mundo merece un trato digno y respetuoso. Aunque se cometa un error, no se deja en evidencia a una persona en público. Se puede y se debe resolver en privado.

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7. Mascotas a buen recaudo.
Nuestros adorables animalitos no tienen por qué ser del gusto de todo el mundo. Para evitar molestias los podemos dejar en el jardín, con un familiar o vecino, en un hotel para mascotas, etcétera. Pero mejor, no encerrarles en un cuarto o en el balcón. Puede ser muy estresante para el pobre animal. Incluso, para los invitados que pueden ver sufrir a nuestra mascota. Si contamos con el permiso de todos ellos, y nuestra mascota está bien educada, podemos dejarle que esté en la casa, siempre que no moleste a los invitados.
Es importante, expresar nuestro agradecimiento y aprecio a nuestros invitados por su grata compañía. Si somos unos buenos anfitriones, debemos ser conscientes de nuestra conducta y tener la amabilidad y los suficientes gestos de cortesía para que nuestros invitados queden satisfechos y encantados. De esta forma, nunca van a decir que no a una invitación nuestra.
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