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B. La civilización del conocimiento. Objetivos. V.

Objetivos, objeto, hipótesis y metodología de la investigacion sobre la civilización del conomiento.

La civilización del comportamiento. Urbanidad y buenas maneras en España desde la Baja Edad Media hasta nuestros días
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Los manuales de buenas maneras no sólo incluyen preceptos relativos a las formas de comportamiento. No les son ajenas reflexiones de cariz filosófico sobre la naturaleza del ser humano o sobre la moral individual y social (Nota: Cfr. Laspalas (1998:201) para esta visión ampliada de los códigos materializados en los libros sobre buenas maneras). El texto clave que paradigmáticamente encarna lo que es un tratado de buenas maneras es De Civilitate Morum Puerilium (1530), obra de Erasmo de Rotterdam (1469-1536). El texto de Erasmo marca la pauta para todos aquellos autores que se deciden a escribir sobre las buenas maneras a lo largo y ancho de Europa. Textos de esta naturaleza aparecerán ininterrumpidamente durante todo el Antiguo Régimen.

Como ya se ha apuntado, los manuales de buenas maneras acometen la tarea de ordenar y encauzar el comportamiento individual con especial atención a aquellas conductas que deben desarrollarse en interacción directa con los demás y en situaciones corrientes, cotidianas o excepcionalmente puntuales (celebraciones, banquetes, fiestas, convites...). Si bien puede haber algunas referencias en la investigación, para ésta no constituye un objeto central el estudio del ceremonial entendido como ambiente, aparato o pompa existentes en actos oficiales y solemnes, y el protocolo, entendido como conjunto de reglas que regulan el ceremonial. Interesan situaciones sociales provistas de menor solemnidad, menor rigidez protocolaria, con un cariz menos ritual y si se quiere, más normalizadas y comunes.

La literatura, ya se trate de novela, teatro o poesía, también contiene muestras acerca de lo que debe ser una persona que tenga unas maneras adecuadas a la hora de comportarse. Su naturaleza básicamente ficcional y su carácter artístico me lleva a desecharla como objeto de estudio de mi investigación. Únicamente emplearé la literatura a título ejemplificador. Este uso tendrá exclusivamente como objetivo ilustrar mediante fragmentos literarios modos de comportamiento, relaciones interindividuales y situaciones sociales. Por eso, en mi caso, la literatura aparecerá subordinada a la explicación sociológica del devenir de los códigos sociales de buenas maneras (Nota: González García (1994) analiza cómo Elias utiliza la literatura para ejemplificar sus propuestas teóricas. Elias también la tiene en mente en su análisis de los orígenes sociales de la obra literaria y para avistar los análisis sociológicos existentes dentro de las propias obras literarias. Estos dos últimos usos quedan fuera de los límites que he fijado para mi investigación. Para un estudio pormenorizado de la utilización de la literatura por parte de Norbert Elias cfr. González García (1994:59 y ss.)).

Los manuales sobre buenas maneras apenas poseen valor literario alguno mas no por ello dejan de ofrecer testimonios sobre las diferentes coyunturas históricas (González García, 1994:66). Por añadidura, los manuales, tal y como señala González García, son medios para el modelaje de la conducta y el pulimento de las costumbres amén de herramientas para la inserción del individuo en las maneras de sentir, pensar y actuar específicas de la sociedad (González García, 1994:66).

La inserción de este tipo de manuales en un contexto social desigualitario provoca que no estén dirigidos a la población en general sino a un círculo conformado por la aristocracia, burguesía próxima a la nobleza y personas afines a las letras y la cultura (procuradores, juristas, profesores, preceptores, profesionales liberales.). En definitiva, estos manuales son recibidos por un círculo más amplio de lectores que el que poseen -como se indicará más adelante- las obras cortesanas sobre buenas maneras, dirigidas con exclusividad a los miembros de la sociedad cortesana.

Su fin último es mostrar la distinción entre lo adecuado y lo inadecuado dando cuenta así del comportamiento que es preciso que el individuo ejecute. Advierten cómo debe ser la conducta individual de acuerdo con el contexto, la situación y el tipo de personas que se hallan presentes. Compilan preceptos acerca del comportamiento agrupados según diferentes categorías y apartados en función de las cuestiones a las que aludan. Así pues, los manuales organizan y sistematizan sus contenidos puesto que tales operaciones facilitan el aprendizaje de los mismos. La sistematización de los contenidos hace que éstos resulten accesibles al lector y revelan la vocación pedagógica que demuestran los manuales. Esta vocación pedagógica es fácilmente perceptible cuando, por ejemplo, se recurre a reglas mnemotécnicas -es el caso del rimado- para facilitar que los contenidos sean recordados incluso por quienes no saben leer y garantizar una difusión mayor -reglas como el rimado facilitan el recuerdo y la transmisión de los contenidos- en épocas en las que la impresión de libros aún no era generalizada.

Las obras cortesanas sobre buenas maneras ( también llamadas genéricamente a efectos de esta investigación "literatura cortesana") se encuentran estrechamente ligadas a la Corte y a la formación social anexa a ésta: la sociedad cortesana (Elias, 1982:9). La literatura cortesana se dirige al integrante de la Corte y al aspirante a cortesano proporcionándoles modelos de conducta y de regulación afectiva en aras de su promoción, consolidación o integración en el círculo cortesano. Por tanto, los receptores de este tipo de publicaciones son los que hacen de la Corte su enclave vital, ya se trate de miembros de pleno derecho, recién ingresados, aspirantes e incluso personas de paso (Nota: A este conglomerado de personas se refiere la definición de Corte de Alfonso X El Sabio, una de las definiciones canónicas y más antiguas que encontramos en nuestro país: "Corte es el logar do es el rey et sus vasallos et sus oficiales con él, que han cotianamente de consejar et de servir, et los otros del regno que se llegan hí por honra dél o por alcanzar derecho o por facer recabdar las obras cosas que han de ver en él". Alfonso X El Sabio, Las Siete Partidas (Partida II, II, 28) citado en Historia de la Literatura Española (Vol. 1), Madrid, Cátedra, 1990, p. 187. [En bibliografía AAVV (1990)] ). Los destinatarios naturales son, pues, la familia real, los grandes señores, los infantes, los títulos nobiliarios, el servicio de la casa real, donceles, criados, cancilleres, escribanos del rey, religiosos próximos al monarca, caballeros e hidalgos.

 

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