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C. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio. II.

La civilización del comportamiento. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio.

La civilización del comportamiento. Urbanidad y buenas maneras en España desde la Baja Edad Media hasta nuestros días
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Junto a estas razones de orden vital y académico coexisten otras de naturaleza intelectual. La sociología eliasiana no se identifica en su totalidad con ninguna tradición teórica -marxismo o funcionalismo- de las imperantes en el momento de ser publicado El proceso de la civilización (Lepenies, 1977:61). Además, la teoría del proceso civilizatorio es construida sin referencias explícitas a teoría sociológica alguna. Si bien, como veremos más adelante, retoma cuestiones tratadas por Hegel, Durkheim, Weber o Freud, y si bien las alusiones a estos dos últimos son más claras, en general Elias no identifica claramente las fuentes de las que bebe su teoría. El autor alega en su defensa que cuando escribió El proceso de la civilización su conocimiento del corpus sociológico clásico era escaso, circunstancia que le permitió, por otra parte, exponer sus propias ideas con mayor libertad al no sentirse lastrado por las aportaciones de los clásicos de la teoría social. Así lo declara Elias:

"Soy muy consciente de que otros me han influido, de que he aprendido de otros, aunque no sólo de los libros sino también de los acontecimientos de mi tiempo. Y si ha sido de los libros, lo que menos me ha influido han sido las teorías de los sociólogos. Creo que probablemente las ideas de Freud han tenido mayor influencia sobre mi pensamiento que las de cualquier otro teórico social. De hecho, creo que mi capacidad para escribir El proceso de la civilización se debe hasta cierto punto al hecho de que mi conocimiento de las obras que ahora se consideran clave para un sociólogo era en aquel momento muy deficiente" (Nota: Citado en Béjar (1993:116)).

Así pues, razones de orden vital, académico e intelectual explican el porqué del abandono de su obra durante tanto tiempo. A finales de los años setenta Elias es descubierto coincidiendo con la obtención del premio Adorno y la publicación en inglés de El proceso de la civilización. Hasta su muerte disfrutaría del reconocimiento que se le había negado y progresivamente verían la luz trabajos que toman en consideración sus aportaciones, ora para discutirlas, ora para trabajar con ellas y sobre ellas (Nota: Smith (2001:13-14) contabiliza el número de publicaciones en el Social Sciences Index que toman el trabajo de Elias como referencia central así como el número de publicaciones que lo citan en su bibliografía. En ambos casos, el número se incrementa paulatinamente desde 1981 hasta 1996). Hoy es, en mi opinión, un autor ya clásico a la altura de aquellos que, curiosamente, Elias afirmó en su momento desconocer (Nota: El proceso de la civilización figura entre los diez libros más influyentes en el trabajo de los sociólogos tal y como declararon en una encuesta los miembros de la International Sociological Association (ISA) con motivo del XIV Congreso de Sociología de Montreal (1998). A los miembros de la ISA se les pidió que mencionaran los cinco libros de sociología del siglo XX que habían sido determinantes en su propio quehacer como sociólogos. Elias y El proceso de la civilización aparecen por detrás de Weber (Economía y Sociedad; La ética protestante y el espíritu del capitalismo), Mills (La imaginación sociológica), Merton (Teoría y estructura sociales), Berger y Luckmann (La construcción social de la realidad), y Bourdieu (La distinción); y por delante de Habermas (La teoría de la acción comunicativa), Parsons (La estructura de la acción social) y Goffman (La presentación de la persona en la vida cotidiana). Con todas las limitaciones que posee este tipo de consulta no deja de ser clarificador el panorama que proporciona de la sociología del siglo XX. Cfr. Lamo de Espinosa (2001:22-30)).

2. El programa teórico de Norbert Elias.

La investigación, que discurre a lo largo de las páginas de El proceso de la civilización, no es únicamente una tesis puntual que explica el cambio conductual y emocional del ser humano sino también un modo de hacer sociología que rechaza frontalmente las convenciones y asunciones teóricas adoptadas por las ciencias sociales, y la sociología en concreto (Nota: Que El proceso de la civilización sea mucho más que una profunda y amplia investigación sociohistórica lo demuestra su larga introducción en la que se abordan debates cruciales para la sociología y en la que Elias esboza alguna de sus propuestas teóricas renovadoras. Véase Elias (1987:9-46)).

A juicio de Norbert Elias, tres son las tareas básicas que debe acometer el sociólogo. La primera es la investigación y explicación de las regularidades concretas a las que se encuentran sometidos los hombres en sociedades específicas. La segunda es desarrollar un aparato conceptual que permita hablar y pensar sobre tales regularidades. La tercera consiste en la provisión de representaciones que se ajusten adecuadamente a las configuraciones sociales formadas por los individuos (Elias, 1999:19). Para enfrentar tales tareas, la sociología ha de liberarse tanto de las dicotomías teóricas reductoras como de una consideración estática de la sociedad. Sólo de esta manera deviene provechoso el conocimiento sociológico. El primer movimiento liberador consiste en la superación de la dualidad 'individuo'/'sociedad' mediante el concepto de configuración. El segundo movimiento remite a la superación del estatismo sociológico gracias a la apuesta por un enfoque dinámico que hace hincapié en el cambio como elemento constitutivo de la vida humana. Veamos a continuación como puede la sociología, según Elias, proceder a ese doble movimiento liberador.

2.1. La superación de la dicotomía individuo/sociedad.

El pensamiento dicotómico ha lastrado la sociología desde su nacimiento. Ésta ha venido desarrollándose de acuerdo con oposiciones conceptuales. Bien puede ser el individuo frente a la sociedad, la estructura frente al cambio o la objetividad frente a la subjetividad. Para Elias, todas estas categorías -individuo, sociedad, estructura, cambio, objetividad o subjetividad- vienen dadas de antemano y de ellas se sirve la sociología para estudiar el acontecer social. Categorías reductoras e insuficientes que han de ser superadas. Para este autor, la contraposición dicotómica más habitual en la sociología es la que se establece entre individuo y sociedad. Individuo y sociedad son concebidos como realidades no discutibles; realidades que interpenetrándose dan lugar a la complejidad de lo social (Nota: Elias (1990:15-84) es imprescindible para esta cuestión).

La sociología presenta una acusada tendencia substancialista según la cual se entiende que bajo cada palabra que utiliza existe una realidad homogénea claramente delimitada (Corcuff, 1998:24-26) (Nota: El propio Elias manifiesta al respecto: "La tendencia de nuestros idiomas a situar en el centro de atención sustantivos a los que se confiere un carácter de cosas en estado de reposo y a expresar todos los cambios y los movimientos mediante atributos o verbos, pero en todo caso como algo adicional, es muchas veces inadecuada". Elias (1999:135)). De esta manera, resultaría evidente la existencia del individuo, de un Yo distinto y separado respecto a una sociedad que es exterior a dicho Yo. Analicemos el primer concepto de la dicotomía, el concepto de individuo.

La noción de ser humano como individuo reenvía a una concepción de hombre como mundo cerrado en sí mismo, como universo que existe con independencia del mundo exterior. El cuerpo sería el recipiente que custodia el auténtico Yo; un Yo básicamente encapsulado. A este modelo de ser humano lo denomina Elias Homo Clausus, modelo que tiene como antecedente teórico el Homo Philosophicus que fundara Descartes. El Homo Philosophicus describe un modelo de ser humano que conoce por sus propios medios; un ser humano que encuentra en su duda metódica la garantía de que su existencia es real y que se relaciona con el mundo a partir de los propios mecanismos que él genera independientemente de las constricciones, condiciones o influjos derivados del marco social.

El individuo, en su versión Homo Clausus, sería lo auténticamente existente y la sociedad poco más que un cúmulo de unidades aisladas, esto es, individuos, cuya esencia reside en su interioridad (Nota: Elias señala que esta distinción entre el interior humano y el mundo exterior está presente en la obra de filósofos como Platón, Leibniz, por supuesto que Descartes, Kant o en la de literatos como Virginia Woolf. Cfr Elias (1987:37). Para la revisión crítica de las nociones Homo Philosophicus y Homo Clausus cfr. Elias (1987:30-42)). La crítica de Elias al Homo Clausus concluye que esta concepción impide un conocimiento cabal del fenómeno humano y social. Mas también es una crítica moral: el concepto de Homo Clausus preconiza un ideal de ser humano encerrado en sí mismo que legitima una convivencia humana acaso menos rica y constructiva. Elias, con su ataque al Homo Clausus y su intento de superación del dualismo individuo/sociedad evidencia una notable preocupación por alcanzar quizá una sociedad más 'humana' o mejor equilibrada entre lo individual y lo colectivo (Nota: El trasfondo moral de la crítica eliasiana al Homo Clausus es señalado por Bouza (1994:83-86) y Béjar (1993:120-123)).

 

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