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Educar, haz lo que quieras

Hay algunos padres que deciden que sus hijos han de ser libres y crecer sin represiones

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La libertad no debe estar reñida con la buena educación
Haz lo que quieras. La libertad no debe estar reñida con la buena educación

La libertad no debe estar reñida con la buena educación

Hay algunos padres que creen que toda disciplina ahoga la creatividad del niño y prefieren que su hijo crezca a su aire y sea absolutamente libre.

Confiados en dejar que el niño haga todo lo que quiera es la mejor manera de evitarle traumas en la edad adulta. Dejan que su pequeño golpee, arrebate, diga groserías, falte al respeto...

Como consecuencia de esta mala educación, a este tipo de niños muy pronto se les deja de invitar a fiestas y se les evita lo más posible. El niño aquí resulta víctima de una educación que pretendiendo apoyar su derecho a ser libre se olvida del respeto que los se merecen.

¿Cómo puede saber exactamente un niño de un año o incluso de cuatro o de cinco qué es lo que quiere? Si según hemos dicho el desarrollo de la conciencia en el ser humano se va dando poco a poco, es evidente que los padres deben ayudar a sus hijos a descubrir una serie de principios que después ellos podrán hacer valer en su vida cotidiana.

Los padres que se encuentran en este extremo casi siempre temen ser autoritarios, pero se olvidan de que son responsables de educar a sus hijos para que ellos, más tarde, puedan ejercer su libertad.

La buena educación no tiene porqué ser siempre coercitiva. impuesta o regida por el miedo. El respeto, así como otros muchos valores deben ser enseñados, razonados y demostrados. Los niños deben llegar a comprender el auténtico y verdadero valor de los principios y de la buena educación para su vida, tanto presente como futura.

 

 

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