¿Qué es la urbanidad? Una habilidad
Habilidad de ordenar de un modo agradable nuestras acciones y palabras en todo lugar, tiempo y relativas a toda clase de personas
Definición de urbanidad según el 'Tratado de urbanidad y cortesía'
Aquella urbanidad
La urbanidad no es otra cosa, sino el arte, o habilidad personal de ordenar de un modo agradable nuestras acciones y palabras en todo lugar, tiempo y relativas a toda clase de personas. Hay que ser educado con todo el mundo.
Al hombre sensato le será fácil adquirirse la estimación y el concepto de urbano y cortés, haciéndose cargo de las circunstancias de su edad y estado de las personas con quienes trata, del lugar y tiempo en que se halla.
En la urbanidad, esta gran ciencia, llave maestra de los corazones humanos, estriba una verdadera y sólida humildad y caridad cristianas. De suerte que la urbanidad del cristiano viene a ser, un particular arreglo de las acciones, arreglo caritativo y honesto, que esparce en los ánimos de todos rayos admirables de afabilidad y dulzura, agradables y atractivos.
Te puede interesar: Aquella urbanidad. Artículos históricos sobre la urbanidad
El carácter propio de las virtudes (como dimanando de la suma bondad de Dios) es el atraer el corazón, y los ojos de los que las ven practicar. El buen ejemplo, es una de las armas más poderosas para educar.
Los niños deben aprender en la edad tierna el secreto de ganarse los humanos corazones, con la posesión de las virtudes, especialmente las dos dichas tan propias de cristiano, tantas veces recomendadas por el Salvador. La urbanidad no pende solamente de vanas ceremonias, de palabras de lisonja y entretenimiento, según se persuaden muchos; estriba en la desestimación de sí propio y en el aprecio y estima de los demás.
Aunque todos los hombres sean iguales en la naturaleza, y a todos debamos un amor fraternal y un cariño entrañable, sin embargo, en la unión de la sociedad, hay ciertas jerarquías, que los distinguen unos de otros, según varios motivos de dependencia y subordinación. Por lo que de un modo tratamos a nuestros padres y maestros, reyes y magistrados; de otro a nuestros iguales; y de otro a nuestros criados e inferiores. Y así en tributar a los mayores los debidos respetos, en amar a los iguales, en hacerse accesible a los inferiores de funda la urbanidad.
-
16043
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Tratar con quien se pueda aprender. Sea el amigable trato escuela de erudición, y la conversación enseñanza culta
-
Obligaciones generales y positivas para el Soberano, la Patria y sus Ministros
-
El aumento de los teatros, disminuyó el concurso de las tertulias particulares; quedando así una misma la necesidad de conversar, fue preciso ser menos escrupuloso en la admisión de nuevos miembros en las tertulias.
-
Nada más propicio a la conservación como un salón dispuesto y amueblado con gusto y sin ningún color saliente que hiera los ojos ni absorba la atención.
-
Ver todas las cosas con claridad perfecta, descubrir los móviles reales que se ocultan tras apariencias engañosas, encontrar el odio bajo la lisonja, la ruindad bajo mentida nobleza...
-
Es un distintivo de vanidad muy notable interrrumpir al que habla para explicar mejor la cosa.
-
La desmedida idea de sí mismo mezclada al desprecio de los otros, constituye el orgullo.
-
En llegando a la escuela, hará cuenta, que entra en la casa de la persona más respetable, por consiguiente, tendrá el debido respeto a este lugar y al maestro.
-
Cuando muchos hablan a un tiempo, parece que oye uno a las ranas que se empeñan a porfía en sobrepujarse unas a otras y procurarse la gloria de ensordecer a cuantos las oyen.
-
La urbanidad prescribe que volvamos las visitas a los que nos las hacen, y que seamos los primeros en hacerlas a las personas superiores
-
Perdidas las riquezas de la nobleza por las causas que diremos, fueron recogidas por personas inteligentes y activas, que sin pertenecer a la clase de comerciantes o fabricantes, supieron hacerlas valer.
-
La buena crianza es la única cosa que a primera vista dispone los ánimos en favor nuestro, pues para conocer los grandes talentos es menester más tiempo.