
Aseo y limpieza personal.
El aseo personal es una parte muy importante en la vida diaria de las personas.
Juan de Escoiquiz, Canónigo de Zaragoza y Sumiller de cortina de S.M.
Tratado de la obligaciones del hombre. 1821
Se lee en 2 minutos.
Del aseo y limpieza.
La primera obligación que nos impone la urbanidad es la de ser aseados; pues de lo contrario causamos, fastidio y asco a todo el mundo.
- Para esto en primer lugar debemos siempre tener la cara y las manos limpias; y además de lavarlas todas las mañanas, repetir esta misma diligencia muchas veces al día si es necesario.
- 2º. Hemos de ir siempre decentemente peinados, y tener la cabeza limpia de los asquerosos insectos que suelen criarse en ella.
- 3º. Debemos cortarnos a menudo las uñas, de modo que no se vea en ellas porquería alguna.
- 4º. Es preciso cuidar de tener siempre la dentadura limpia, y con tanta más razón, cuanto no hay cosa que más la eche a perder, y que más mal olor produzca en la boca que el descuido en esta parte.
- 5º. Nuestros vestidos no han de tener manchas ni mugre, ni han de estar descosidos o rotos.
- 6º. Ha de reinar el mayor aseo en la ropa blanca, como en la camisa, vueltas, pechera y compañía, teniendo cuidado de no ensuciarla, o mudándola cuando se necesite.
- 7º. Las calcetas a medias y zapatos han de estar limpios de polvo y de lodo, sin agujeros ni puntos, y se han de mudar a menudo, principalmente en verano, para evitar el mal olor del sudor.
- 8º. En suma, nada debe notarse en nuestra persona, ni en lo que llevamos encima, que ofenda la vista o el olfato de los demás.
Etiquetas
Nota
-
6288
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
Contenido Relacionado
-
La decencia general consiste en conformarse con las circunstancias de persona, lugar y tiempo.
-
Debo en primer lugar ser muy limpio y aseado, para evitar el asco y el fastidio que produce a todo el mundo un niño asqueroso y sucio
-
En el día se admite en todas las sociedades con pantalón negro por la tarde; pero este pantalón no ha de llegar sino al tobillo a fin de que se vea la media de seda negra
-
El hombre honrado y amable lo es también en su casa; y entre su esposa y sus hijos es donde debe excederse su dulzura.
-
Los sitios de delante pertenecen exclusivamente a las mujeres; los caballeros se colocan un poco detrás, aunque los puestos de delante estén desocupados.
-
Dice el Sabio que hay un tiempo para reír, y es precisamente el tiempo que sigue a las comidas.
-
Para vivir en casa ajena, se necesita mucha prudencia y tolerancia; pero que esto no sea hasta el extremo de mostrarnos esquivos a la cordialidad y franqueza.
-
Manifestar siempre en todos los casos una opinión exactamente conforme con la del interlocutor, aun cuando ésta se rectifique, constituye una disposición de ánimo determinada por muy distintas causas
-
La conclusión de una carta familiar era en otro tiempo un negocio de importancia; hoy se pone menos cuidado, y con mucha razón.
-
Cuando se quiere dar o devolver alguna cosa a otros, hay que entregarla con prontitud.
-
La urbanidad y la finura son, por lo menos, tan indispensables en la vida de la familia como en las relaciones sociales fuera del hogar
-
Los germanos se entregaban a los juegos de azar con tanto empeño y ardor, que cuando habían perdido el dinero se jugaban su misma persona, o sea, su libertad.