Navidad con buenos modales: guía práctica para comprar con calma y tratar bien a quien te atiende
Protocolo social para comprar en Navidad y tratar bien al personal de los establecimientos comerciales

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Navidad y compras: cómo tratar a los dependientes con respeto y cordialidad
La temporada navideña convierte las tiendas y los centros comerciales en una especie de "hora punta" constante: prisas, colas, aparcamientos llenos, estanterías vacías y gente con listas interminables de cosas que quieren comprar lo antes posible. En esas situaciones, es fácil que la paciencia se agote y quienes lo pagan suelen ser las personas que están detrás del mostrador, reponiendo mercancía, cobrando, envolviendo o respondiendo la misma pregunta por quinta vez en diez minutos. Y, sin embargo, casi todo mejora (para ti también) cuando a la hora de hacer tus compras tratas a todo el mundo con educación, empatía y un poco de paciencia, que en estos días hace mucha falta. La amabilidad es una cualidad que cada día escasea más y hay que ponerla más en práctica.
Las tiendas en Navidad, ¿son lugares donde la gente demuestra sus malos modales y su poca paciencia?
1) Ten clara esta idea: no estás en una batalla, estás compartiendo un espacio con más gente
En Navidad, muchas personas entran en modo "comando": hay que conseguir regalos, ir tachando tareas y hay que encontrar las mejores ofertas. El problema es que, cuando tu cerebro va en modo "esto es una guerra", los demás se vuelven obstáculos y enemigos: la cola, el cliente lento, el empleado que "no soluciona una incidencia", el artículo que no encuentras.
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Piensa en esto como en una rotonda: si todos se meten a la vez, hay un gran caos. Si cada uno cede un poco, se circula mucho mejor. En una tienda pasa lo mismo: la buena educación es la forma de conseguir un tráfico más fluido.
Por ejemplo: Sales tarde de compras y ves una cola muy larga. En lugar de soltar un "¿pero qué es esto?", prueba con: "Hola, ¿me puedes decir cuál es la cola para devoluciones? Gracias."
Tu tono no cambia el tamaño de la cola, pero sí cambia la experiencia de ese momento y, seguramente, también cambia la respuesta que recibes. Los malos modales, aunque no debería ser así, puede que te sean devueltos como un bumerán.
2) Planifica bien para no enfadarte: una buena compra empieza antes de salir de casa con un buen plan
Ser previsor es una simple cuestión de logística. La mayoría de los enfados en las tiendas surgen por salir a comprar con el tiempo justo. Incluso, hay expertos que aconsejan no salir de compras con hambre o muy poco descansados.
Además de ser previsores, hay que tener las ideas claras. No hay que salir de compras sin saber lo que quieres comprar. Si no tienes ni idea de lo que buscas, el desaliento y el mal humor están garantizados.
Ser previsor es trazar un buen plan que no hay por qué cumplirlo en un solo día. No hay que solucionar todo en un solo día. Se puede ir por partes. Un día adornos, otro regalos, otros compra comida...
También es aconsejable buscar alternativas: piensa un "plan B" otra talla, otro color, otra tienda... porque no siempre vamos a encontrar lo que queremos en el mismo sitio o con la misma idea que teníamos.
Cuidado con los horarios. Si puedes, evita los picos típicos donde se forman grandes aglomeraciones de gente (las tardes y los fines de semana). Ir a primera hora o entre semana puede ser una mejor opción para no perder los nervios. Y, seguramente, también es una mejor opción para las personas que te van a atender.
Ejemplo práctico: Buscas un perfume muy conocido y publicitado que está agotado. Tu plan B es comprar un set de la misma marca o bien hacerte con una tarjeta regalo. Resultado: no necesitas que todo lo que tienes pensado se cumpla a rajatabla.

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3) Habla a los dependientes como si estuvieras hablando con alguien de tu entorno
Es una recomendación muy sencilla que funciona: trata a la persona que te atiende como si fuera alguien cercano, sin pasarse de familiaridad. No lo haces para fingir amabilidad, sino para recordar que es una persona que está trabajando y que trata de hacerlo lo mejor posible. A pesar de que en algunos casos es bastante complicado.
Puedes probar con alguna de estas frases que rebajan la tensión y no te hacen parecer demasiado cursi o remilgado:
"Perdona, ¿me puedes ayudar un segundo?"
"Gracias por mirarlo tan rápido"
"Entiendo que no depende de ti, ¿qué opciones tengo?"
"Si ahora no se puede, dime cuándo sería mejor volver"
Vamos con un ejemplo práctico: En la caja hay una gran cola. En vez de pensar "esto es un desastre" y enfadarte con el dependiente, prueba con: "Vaya día lleváis, mucho ánimo". Una simple frase como esta demuestra comprensión y empatía hacia los empleados que no dan abasto.
4) Ser comprensivos: el empleado no controla todo lo que sucede
En Navidad, muchos clientes dan por hecho que quien está en tienda puede hacer cosas tales como:
Inventarse stock, cambiar políticas de la empresa en cuanto a cambios o devoluciones, aplicar descuentos arbitrariamente, arreglar errores informáticos en 30 segundos, etc., etc.
Cuando surgen problemas, no siempre se pueden resolver. O, al menos, no de la forma tan rápida que desearías. Por este motivo, cuanto antes lo asumas, menos frustración y enfado tendrás.
Un dependiente es la cara humana de un negocio y está intentando ayudarte con las reglas que le han dado. No le puedes forzar a hacer algo para lo que no está autorizado o capacitado.
Un ejemplo muy típico: Quieres devolver algo fuera de plazo. En lugar de exigir, plantea algo así: "Sé que está fuera de plazo, ¿hay alguna solución posible? Si no, lo entiendo." A veces te ofrecen una alternativa (vale, cambio, excepción). Y si no, pues no te enfadas porque, como dijimos anteriormente, hay que ser comprensivos y acatar las normas que tiene cada empresa.

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5) Preguntar mejor es comprar mejor
La diferencia entre "No tenéis esto, vaya fastidio" y "¿Me ayudas a encontrar una alternativa?" es enorme. Y no solo en las palabras, sino en la forma de decirlo.
Puedes hacer algunas preguntas que sí ayudan, siempre haciéndolas de forma amable:
"¿Hay prevista una reposición del artículo o ya no llega antes de... Navidad, Año Nuevo, Reyes?"
"¿Tenéis algo parecido en otro rango de precios parecido?"
"¿Sabes dónde lo puedo encontrar?"
"¿Me recomiendas otra talla/modelo?"
Un caso típico que a casi todo el mundo le ha pasado: Buscas un juguete en concreto que está agotado. Si preguntas "¿Cuándo llega?", quizá no lo saben. Si preguntas "¿Qué alternativa parecida tienen?", te puedes llevar algo similar y que cumpla las expectativas.
6) Puntos "calientes" y momentos críticos: colas, probadores y caja
En la cola:
* Mantén distancia, no invadas espacio. A nadie le gusta sentir el aliento en su cogote de la persona que tienes detrás. O, peor aún, recibir un buen empujón.
* Evita descargar tu enfado con los demás y menos aún, exponerlo en voz alta.
* Si hay un error, respira y relájate: discutir no hace que la cola vaya más rápida. Toca esperar,
En los probadores:
* Devuelve lo que no te quedas. No hay que dejar el probador lleno de prendas.
* Si una prenda está en mal estado, díselo al dependiente. Parece un gesto pequeño, pero ahorra mucho trabajo.
* No uses el probador de cabina telefónica. Es muy posible que haya gente esperando. Tampoco hagas perder el tiempo a los demás haciéndote selfies con todo lo que te pruebas.
En la caja:
* Ten bien pensado cómo vas a pagar las compras.
* Si necesitas factura, ten los datos a mano.
* Si algo sale mal, TPV que no conecta, la caja que no abre, la pantalla que no se ve... ten paciencia. El empleado hará todo lo posible por solucionar todo lo antes posible. No empieces una discusión ni origines un motín con el resto de la cola.
El típico ejemplo que suele ocurrir cuando llevas más prisa: El datáfono falla. La frase útil es: "No pasa nada, lo intentamos otra vez. ¿Prefieres que pague en efectivo o espero un momento?"
7) Si te notas airado o enfadado, haz una pausa antes de hablar
Hay una técnica simple que evita muchos altercados: la pausa de los 5 segundos antes de decir nada.
Cuando sientas que vas a soltar algo de lo que luego te vas a arrepentir, para, respira y reflexiona.
Una reformulación rápida de cualquier pregunta puede cambiar mucho la situación.
De "Esto es intolerable" a "Estoy un poco justo de tiempo, ¿qué me recomiendas hacer?"
De "Vaya porquería, no tenéis de nada" a "¿Qué alternativa me puede encajar?"
Ante todo, amabilidad. Nuestra prisa, nuestros problemas, nuestros agobios no los pueden pagar los demás.

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8) Lo que ganas tú cuando compras con educación
No es solo "ser educado y buena persona" (que también). Es que:
* Te atienden con más ganas.
* Recibes más atención.
* Te ofrecen más opciones.
* Está todo el mundo de mejor humor.
La buena educación y los buenos modales, tanto en las tiendas como en la vida, hacen que todo vaya mejor.
Resumiendo, la Navidad suele ser una fecha en la que se juntan un binomio de compromisos y prisas. Convertir las compras en una vivencia más agradable y humana no requiere perfección, solo intención: planificar un poco, hablar de forma educada y recordar que quien te atiende está intentando hacer bien su trabajo.
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