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Las tarjetas de Navidad. Los christmas. 10 sugerencias

Las tarjetas deben enviarse a partir de la primera semana de diciembre hasta mediados de ese mismo mes

Se lee en 4 minutos.

Una felicitación de Navidad no es una carta, hay que ser breves y concisos
Escribir una felicitación de Navidad es practicar el arte de la brevedad. Una felicitación de Navidad no es una carta, hay que ser breves y concisos

10 reglas de oro para escribir una buena felicitación de Navidad

A la hora de redactar una felicitación de Navidad, es importante transmitir buenos deseos y sentimientos de cariño hacia la persona o personas a las que va dirigida esa postal. Felicitar la Navidad es una tradición. Si bien es cierto, que las tarjetas de felicitación son cada vez menos utilizadas en beneficio del planeta -consumo de papel, tinta, etcétera- y por el auge de los nuevos medios de comunicación -sms, Whatsapp, correos electrónicos, Telegram, Facebook, etcétera-.

Escribir una postal de Navidad es una excelente manera de mantenerse en contacto con nuestros seres queridos y compartir el tiempo de alegría que supone celebrar la Navidad. Vamos a sacar un poco de tiempo, entre la vorágine de las compras navideñas y de los compromisos sociales para escribir y enviar nuestras tarjetas de Navidad.

Pero no debemos olvidarnos de cuidar algunos detalles a tener en cuenta cuando escribimos una felicitación o tarjeta postal de Navidad. Veamos.

10 sugerencias para escribir una buena tarjeta postal de Navidad

1. Pensar en el destinatario

Cuando escribimos una tarjeta de Navidad debemos tener en cuenta la edad de una persona, sus creencias, su cultura... para elegir la tarjeta adecuada. Por ejemplo, no sería muy apropiado enviar una felicitación con motivos infantiles a una persona de edad avanzada.

2. Ser previsor con los envíos

No hay que dejar las cosas para última hora. Escribir tarde y con prisa se acaba notando hasta en el texto de la felicitación. Hay que tomarse un tiempo para escribir un texto con un buen mensaje. Y hacerlo, por supuesto, con mucho cariño.

3. Escribir a mano

Las nuevas tecnologías nos pueden facilitar textos rápidos y fáciles de leer... pero les falta el calor de unas letras escritas a mano. Si podemos, mejor escribamos nuestros christmas a mano, de puño y letra. Nos lo agradecerán mucho más.

4. Buenos deseos para todo el mundo

Las tarjetas de Navidad son para desear cosas buenas, no para contar problemas o lamentarse por algo. Si no tenemos buenos deseos, es mejor no escribir tarjetas de Navidad. Escribimos una carta normal y contamos lo que queramos.

5. Brevedad: poco y conciso

Además de buenos deseos, las tarjetas de Navidad 'no admiten' historias o relatos. Solo se deben escribir unas pocas palabras. Importan los sentimientos, no la cantidad de palabras. Ponerle una buena dosis de cariño solo requiere encontrar las palabras adecuadas.

No rellenemos la felicitación únicamente de frases hechas. Vamos a ser un poco más originales
Con una pocas palabras, si son acertadas, podemos decir mucho. No rellenemos la felicitación únicamente de frases hechas. Vamos a ser un poco más originales

6. Antes, mejor que después

No hay que enviar las tarjetas de Navidad a finales del mes de diciembre. Es muy posible que lleguen tarde o, incluso, que lleguen después de Navidad. Si las enviamos a finales del mes de noviembre o a principios del mes de diciembre, nos aseguramos que llegarán a tiempo. Por eso, mejor antes que después.

7. Confianzas: las justas

Cuidado con tomarse demasiadas 'confianzas' con las personas que no son familia o amigos. No es lo mismo felicitar a un padre o a un hermano, que felicitar a un cliente o al jefe.

8. Adjuntos: qué acompaña a una felicitación

Si enviamos algún tipo de regalo, puede ser un buen momento para enviar la felicitación de Navidad adjunta al regalo. Da lo mismo cuál sea la 'importancia' del regalo, desde una cesta de Navidad a una participación de lotería. Lo más importante es el detalle, no el valor del mismo.

9. Quién envía el christmas

Al igual que ocurre con las cartas, hay que firmar la tarjeta de Navidad y poner el nombre para saber quién remite esa tarjeta. Además de ser un detalle de mala educación no firmar la tarjeta, es posible que el destinatario no sepa quién es la persona que le está felicitando. Los anónimos pueden acabar en la papelera por no poder identificarlos.

10. Tarjetas solidarias

Siempre que nos sea posible, tenemos que comprar tarjetas solidarias de cualquier organización conocida. Son organizaciones que ayudan y participan en todo tipo de programas de ayuda. Como no podemos nombrar a todas, pondremos como ejemplo una de las más conocidas, las tarjetas de Unicef. Pero hay decenas de ONGs y organizaciones que tienen sus propias tarjetas como Médicos sin fronteras, Aldeas infantiles, Cruz Roja, Fundación Vicente Ferrer, etcétera, etcétera.

 

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