Cómo evitar relacionarnos con personas negativas y sus comportamientos tóxicos
Consejos para reconocer las actitudes que debemos evitar para tener relaciones personales y profesionales exitosas

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Las actitudes hacia los demás y las propias inseguridades condicionan nuestras relaciones
Está demostrado que nuestras actitudes afectan de forma importante a nuestras relaciones personales. Pero no únicamente a las relaciones personales, sino a las profesionales y laborales.
Conocer gente nueva o relacionarse con personas de nuestro entorno -personal, laboral, social- tiene un impacto en nosotros, pero también en la otra persona. Es una influencia recíproca que puede tanto beneficiarnos como perjudicarnos. Veamos algunas de las actitudes que podemos encontrarnos con más frecuencia en la sociedad.
Estar a la defensiva
Una actitud defensiva se caracteriza por la necesidad de protegerse de las críticas o ataques. Es un escudo que nos ponemos para evitar o minimizar los posibles daños que nos pueden hacer las críticas y comentarios de otras personas. Este tipo de personas a menudo se ofenden con cierta facilidad y piensan que todo el mundo está contra ellas. Este tipo de actitud puede dificultar la comunicación, ya que pueden ser reacias a compartir sus pensamientos y sentimientos por temor a las críticas y comentarios. Es un comportamiento muy similar a la desconfianza. No se fían de nadie.
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Las personas negativas
De este tipo de personas nos podemos encontrar muchas, muchísimas. Hasta nosotros mismos podemos ser negativos. Según nos dice la ciencia, tenemos un sesgo negativo muy potente que nos viene de serie. Y es muy difícil luchar contra él. La actitud negativa se caracteriza por el pesimismo, las quejas y una magnificación de las cosas malas de la vida. Las personas con actitudes negativas suelen ser agotadoras porque es complicado sacarlas de este 'pozo' o visión de negatividad.
Falta de humildad
Las actitudes soberbias se suelen dar en personas de todos los estratos sociales. Desde importantes ejecutivos, artistas exitosos, etcétera, hasta personas con una vida normal que actúan como si fueran dioses. Son personas que actúan con aire de superioridad y arrogancia con la que es muy difícil lidiar. Como se creen que son mejores que los demás, se creen con el derecho de menospreciar a quienes perciben como inferiores. Una persona soberbia rompe uno de los principios básicos de la convivencia: el respeto mutuo.
Mentir como norma de vida
Las personas mentirosas generan una gran desconfianza en las personas que se relacionan con ellas. No saben, a ciencia cierta, cuándo puede fiarse de lo que dicen. Se mezclan aquí varias características cuyo resultado y objetivo final es representar a alguien que no son con una vida que no es la suya. Suele utilizar la mentira para conseguir lo que desean.
Porque yo lo valgo
No es una actitud de soberbia, pero este tipo de personas se caracterizan por una creencia en las propias capacidades que no está respaldada por la realidad. Las personas con actitudes demasiado confiadas a menudo toman riesgos innecesarios. Creen tanto en sus capacidades que no están dispuestas a escuchar los consejos de los demás. ¿Consecuencia? Ese exceso de confianza en uno mismo puede llevar a tomar decisiones muy poco afortunadas. Incluso, con resultados desastrosos.
Cómo evitar actitudes tóxicas
Si descubrimos que tenemos una de estas actitudes tóxicas, es importante que tomemos medidas para tratar de cambiarlas. De esta forma, evitaremos que puedan afectar de manera negativa a nuestras relaciones personales y profesionales.
Ser conscientes de nuestra actitud. El primer paso para cambiar cualquier comportamiento es reconocer el problema. Hasta que no reconozcamos nuestra actitud no vamos a poder tomar medidas para cambiar. Es importante tratar de analizar por qué actuamos de esa manera y por qué perjudica a nuestras relaciones con los demás.

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Desafiemos a nuestros pensamientos negativos. Debemos de tratar de practicar el pensamiento positivo. Cuando nos vengan pensamientos negativos vamos a tratar de combatirlos y reemplazarlos por pensamientos positivos. Solo hay que pensar en cosas agradables, en momentos buenos de nuestra vida, en situaciones o lugares en los que somos felices, etcétera.
Una visión externa. Dice una famosa frase que "los árboles no dejan ver el bosque". Es una buena opción pedir la opinión de los demás. Alguien que esté 'fuera del bosque' nos puede aportar una visión distinta a la que nosotros podemos tener. Debemos estar dispuestos a escuchar lo que otras personas nos pueden decir. Es una forma de aprender y darnos cuenta de cosas que, probablemente, no sabíamos o desconocíamos.
Capacidad para cambiar y aprender
Nadie es perfecto, pero si podemos ser capaces de cambiar o de aprender a adaptarnos a nuestro entorno. Si estamos dispuestos a admitir que podemos estar equivocados, es un paso importante para empezar con los cambios. Podemos aprender de los demás y de nuestro entorno. Nosotros también podemos aportar a otras personas.
No olvidemos que nuestras actitudes tienen un gran impacto en nuestras relaciones con los demás. Que estas actitudes negativas terminan por aislarnos, ya que, sin quererlo, provocamos el rechazo de nuestro entorno. Aún estamos a tiempo de cambiar.
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