
Origen del beso. De Roma hasta nuestros días
El beso como forma de saludo es utilizado por gran cantidad de personas en todo el mundo. ¿Cuál fue su origen?
richardmasoner
Besar para saludar. El beso como forma de saludo
El beso es una de las formas de saludo más utilizadas después del conocido e internacionalizado apretón de manos .
El origen de esta forma de saludo se remonta a tiempos de los romanos, según la mayoría de los historiadores. En algunos escritos del tiempo del Emperador Augusto, unas tres décadas antes del nacimiento de Cristo, en Roma ya se utilizaba el beso como forma de saludo. Pero no era una costumbre muy extendida entre todo el mundo; principalmente, era una forma de saludo, entre hombres, y, por regla general, utilizado por las clases más altas de Roma, especialmente, nobles y patricios.
La enfermedad que descubrió el beso como saludo
La curiosa forma en la que se descubre que el saludo entre nobles y patricios era un beso, fue por una enfermedad. Durante el mandato de Claudio I, se extiende una enfermedad de índole vírica por la ciudad. Nadie sabía cómo se propagaba o contagiaba. Después de muchos estudios y observaciones se comprobó que no afectaba a las mujeres, solamente la contraían los hombres.
Te puede interesar: ¿Cómo besar de forma correcta? Cuándo es oportuno besar (con vídeo)
Pero aún hay más. Dentro de este grupo, observaron que no afectaba a todos los varones por igual sino que solo afecta a los hombres de las clases más altas. Los médicos de la época llegaron a la conclusión de que la enfermedad vírica se transmitía por culpa del beso, una forma popular de saludarse este grupo concreto de varones.
Marco
Esta engorrosa enfermedad solo hizo que el beso fuera puesto en "cuarentena" durante un corto período de tiempo, pero pronto se hizo cada vez más popular, y se fue extendiendo al resto de clases sociales y, posteriormente, se fue extendiendo por otras ciudades y países del mundo.
Tanto se extendió esta costumbre que cuentan que el poeta Marcial decía lo imposible que se hacía caminar por las calles de Roma al tener que ir besando y recibiendo besos de tanta gente conocida como se encontraba uno en el camino.
Te puede interesar: ¿Por qué nos besamos? Tipos de besos (con vídeo)
El beso ha llegado hasta nuestros días como una de las formas más populares de saludo - cada país tiene sus propias costumbres desde uno hasta tres o cuatro besos, salvo los orientales que no son muy dados al contacto físico -. Y eso que algunas de las enfermedades modernas, como la tan temida gripe A o porcina, gripe aviar, mononucleosis y otras enfermedades contagiosas muy similares, lo han puesto en varias ocasiones contra las cuerdas.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
El Rey de España, cuando sale viaje, suele llevar un variado vestuario para cumplir con sus compromisos oficiales y privados
-
No hace muchos días me contaron una anécdota muy interesante de la nueva directora de un instituto
-
Por tradición, la ceremonia de la toma de posesión de la prestigiosa escritora mallorquina Carme Riera se debería celebrar en domingo y se traslada a un jueves
-
Los comportamientos que para la gente corriente son 'normales', pueden ser muy diferentes cuando nos referimos a la compleja etiqueta Real
-
El Rey ha pasado de los dictados del protocolo del ceremonial a la dictadura del protocolo médico.
-
Los reyes también son personas que tienen sentimientos y realizan actividades familiares siempre que sus obligaciones se lo permiten
-
Anécdota del Presidente de la República Argentina rompiendo el protocolo en un acto.
-
Una curiosa imagen que nunca, o al menos, no se recuerda, se había visto antes en el Vaticano
-
Cuentan que un día, durante un paseo campestre, la esposa de Luis XVI cayó del caballo en que iba montada.
-
En ocasiones los actos oficiales dejan anécdotas poco protocolarias.
-
El traje occidental de etiqueta llegó a Yucatán hasta principios del siglo XX y se le conoció con el nombre de flux, del francés flux, flujo, terno. Atuendo de hombre que consta de saco o chaqueta, chaleco y pantalón
-
Los buenos modales y la buena educación no tienen ninguna relación, ni directa ni indirecta, con el amaneramiento de una persona