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El orden en la casa.

Las distintas dependencias de la casa, utilizadas por todos los componentes de una familia, deben guardar unas normas y, sobre todo, un orden en general.

Ediciones de la Sección Femenina, Departamento de Cultura. 1.955
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Convivencia Social. Formación Familiar y Social. Tercer curso.

En el cuarto de baño.

Muy raras familias disponen de varios cuartos de baño. Lo más corriente es que un solo cuarto de aseo sirva para el uso de varias personas.

Por tanto, desde que se entra en el cuarto de baño tenemos que pensar en el que vendrá después.

Uso del cuarto de baño.

Al usar los enseres y objetos de aseo, tenemos que tener presente lo que no se puede hacer:

1. No dejar el agua sucia en el lavabo, en el bidé o en el baño.

2. No dejar el jabón en un charquito de agua o con un cerco de agua jabonosa.

3. No dejar las toallas revueltas o en el suelo.

4. No dejar el peine mojado y con pelos.

5. No dejar el tubo del dentífrico abierto.

6. No dejar el cepillo de uñas con jabón.

7. No dejar el cepillo de dientes fuera de su vaso o perchita.

8. No dejar la esponja con jabón y sin estrujar.

Cómo hay que dejar el cuarto de baño.

Antes de dejar el cuarto de baño, etc., conviene hacer lo siguiente:

1. Lavar la jabonera.

2. Enjuagar el lavabo, baño o bidé.

3. Tender las toallas, si se han mojado mucho, en la ventana, o dejarlas bien extendidas y ordenadas en el toallero.

4. Secar el agua derramada en el suelo.

5. Quitar los pelos del peine y lavar éste si se ha ensuciado.

6. Abrir las ventanas para que se ventile.

7. Cerrar los tubos de dentífricos o cremas, cerrar el tarro del agua de colonia.

8. Enjuagar las esponjas y estrujarlas.

En resumen, que quede el cuarto de baño en perfecto orden y con todos los objetos en condiciones de ser usados por otra persona sin repugnancia y con comodidad.

Persona desconsiderada.

Pero si entramos en un cuarto de baño y encontramos el lavabo sucio, el baño con agua, el peine con pelos, las toallas mojadas y revueltas, el dentífrico abierto, las esponjas chorreando y gotas de agua en el suelo, diremos que por el cuarto de baño ha pasado una persona sucia, perezosa, descuidada y desconsiderada. En resumen, una persona sin educación.

En el caso contrario.

Un cuarto de baño limpio y cuidado, atractivo, revela el grado de civilización de los habitantes de una casa. El respeto de los unos por los otros, el respeto que cada cual tiene a sí mismo y la energía de la dueña de la casa para imponer una disciplina absolutamente necesaria para una convivencia familiar decorosa.

Hay que tener amor propio en ese sentido. Una mujer que lo es de verdad, ha de tener el orgullo de la limpieza y el decoro, y la decencia de su propia vivienda. El amor al lujo es antieconómico y pecaminoso. Pero el amor al decoro, al aseo, al orden, es una cualidad necesaria en la mujer para hacer felices a cuantos la rodean.

Como hijas de familia, todas las niñas han de colaborar en sus casas en el mantenimiento del orden y de la limpieza, así como en el decoro en los cuartos de baño y aseo.

 

Nota
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