
Los buenos modales también son para los niños
Siempre es peor ver a un adulto perdiendo la compostura en la mesa, pero ver a un niño comportarse de mala manera
foto base skeeze - Pixabay
Los niños y los buenos modales en la mesa
Personalidad y modales
Siempre es peor ver a un adulto perdiendo la compostura en la mesa, pero ver a un niño comportarse de mala manera, por muy pequeño que sea, no es del gusto de nadie.
Si se educa a un hijo como es debido, ¿por qué olvidarse de las buenas maneras a la hora de sentarse a comer?
Los niños tienen que tener nociones de protocolo lo más pronto posible, como parte de su aprendizaje natural.
Le recomendamos una serie de puntos para adaptar las buenas maneras a los más pequeños.
Sugerencias a tener en cuenta para antes de sentarse a la mesa
Un punto fundamental es la higiene.
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Deben saber que se tienen que lavar las manos y peinarse antes de sentarse a la mesa.
Es importante que esta buena costumbre salga de ellos mismos, tienen que aprender a hacerlo, y sin protestar, ya que si se produce la "lucha" entre padres e hijos, será muy incómodo para los demás comensales.
Si los niños vienen de jugar en la calle o llevan ropa de deporte, es aconsejable que también se cambien.
Si ellos mismos no pueden vestirse, tiene que ayudarles con tiempo para no llegar tarde al almuerzo. La puntualidad es fundamental también a esas edades.
Ser puntuales. La puntualidad es fundamental también a esas edades.
Consejos para antes de empezar a comer
Cada niño debe tener un sitio asignado y lo tienen que respetar, ya que, si no, el almuerzo se puede convertir en el 'juego de las sillas'. Si no entran en razón, hay que intentar explicarles por qué tienen ese sitio asignado, 'suyo, único y especial'.
Hay que ayudarlos y acostumbrarlos a que permanezcan erguidos en la silla, ni muy cerca ni muy lejos de la mesa, y que no se levanten hasta que no quede nada en el plato. Es fundamental que desde pequeños sepan esperar, aunque les cueste y estén deseando levantarse de la mesa para jugar. Procure que no balanceen los pies, para evitar esas 'pataditas' al comensal de enfrente, y que permanezcan sentados.
Los brazos tienen que estar colocados sobre la mesa, apoyando los antebrazos a ambos lados del plato. Nada de hacer ruido con la vajilla, la cubertería o los vasos, cosa que suele ser una gran tentación para ellos, sobre todo cuando se reúnen unos cuantos niños en una mesa.
El comportamiento durante la comida
Si ya tienen la edad suficiente, lo primero que deben hacer al sentarse a la mesa es colocar la servilleta sobre sus rodillas. Utilizarla en el cuello no es de buena educación, ya que para eso están los baberos. Piénselo, ya son mayores para no mancharse y, si lo hacen, seguro que tiene solución.
Las manos no se esconden debajo de la mesa y la cabeza no se baja para comer, es el brazo el que, con el cubierto, pone el alimento a la altura de la boca.
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Enséñeles a comer por sí solos lo más pronto posible. Que sepan el uso de cada cubierto y lo que no se puede hacer con ellos, por ejemplo; el tenedor sirve para comer los alimentos y el cuchillo sirve para cortarlos, ¡nunca para llevárselo a la boca!
Si falta algo en la mesa, serán los primeros en darse cuenta. Acostúmbreles a que siempre lo pidan por favor y que den las gracias por todo.
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