Urbanidad y civismo.
¿Cómo se educa en las familias y en la escuela a los chicos que tienen la ciudad llena de pintadas y los que tiran por el suelo papeles?

Urbanidad y civismo.
Tenemos que volver al pasado para recuperar, con carácter generalizado, la urbanidad y el civismo, pero no sólo en las aulas, como parece que se quiere conseguir (o se debería perseguir) con la nueva asignatura de formación ciudadana, sino en el seno de las familias, de las empresas, de los sindicatos, de las formaciones políticas y hasta en las comunidades de vecinos.
Urbanidad y civismo no son la misma cosa, pero suelen ir de la mano. Cualquiera habrá comprobado que aquellas personas que, en el trato social, se muestran amables y educadas, también se comportan como buenos ciudadanos. Los chicos que no sólo no saludan cuando se cruzan con vecinos, sino que ni siquiera contestan al saludo de éstos, lo más probable es que sean los autores de las pintadas en los ascensores.
¿Cómo se educa en las familias y en la escuela a los chicos que tienen la ciudad llena de pintadas y los que tiran por el suelo papeles y botes de refresco cuando tienen al lado una papelera o un contenedor de basura? ¿Y los que destrozan fachadas de edificios y cristaleras de escaparates? Seguramente son hijos de quienes cuando les cedes el paso para entrar en las dependencias de Tráfico, por ejemplo, ni te miran aunque estés sujetando la puerta para que no les golpee las narices.
Un ochenta por ciento de conciudadanos, aproximadamente, no se digna pedir perdón cuando invade la zona por donde deambulas y te da un empujón del carajo ni aún cuando seas tú el que dice «perdone», una reacción automática de urbanidad que se mama en casa (ya que no en la escuela) o ya no se adquiere jamás.
La urbanidad podría ser un antídoto contra la crispación. Valdría incluso para los políticos. Como el civismo, como el comportamiento de buen ciudadano, todo lo contrario de quienes hacen gala, permanentemente, de mezquindad, vileza y grosería. Si ser cortés y caballeroso es una antigualla, es preciso un esfuerzo de los diseñadores del futuro para recuperar (como se hace con la moda) esos valores para la pasarela de una sociedad que ha perdido el norte, el sur, el este y el oeste, vamos que está desorientada.
Se supone que somos más cultos que nunca, pero no es creíble mientras suspendamos en urbanidad y civismo, dos asignaturas que hay que implantar de nuevo. Pero ya y comenzando por la familia y las aulas. Por favor. Please.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La compostura. La compostura es el sentido negativo de la elegancia en cuanto designa ausencia de fealdad en la figura y conducta personales
-
En qué momento se pasa de un halago en un piropo a un acto delictivo en esta sociedad en la que solo vemos peligros por todos los lados
-
Un abanico a destacar es el abanico mágico, cuya novedad más grande consiste en que es reversible y se puede utilizar por ambos lados
-
La cortesía es una ceremonia, un ritual, y todos los rituales tienen algo de sagrado.
-
Nuestros hijos son nuestro espejo. ¿Cómo queremos vernos reflejados en ellos?
-
Los ciudadanos de a pie necesitan ciertas convenciones protocolares para poder convivir. Para los funcionarios, es parte de su trabajo. Pero muchos de ellos no las necesitan
-
Hablar por teléfono es algo natural y cotidiano para la mayoría de los habitantes del mundo
-
Los gestos pueden servir para reafirmar lo que se dice con las palabras
-
Si usted no tiene nada que vender, si no le gusta el fútbol como juego, o deporte ni está entusiasmado con el programa del "Mundial cultural", lo mejor que puede hacer es huir
-
Demos en esta materia razón a Kant y concluyamos que un hombre, al fin de cuentas, es lo que la educación hace de él.
-
Estos nuevos manuales derivan hacia la superficialidad, la frivolidad y, en muchos casos, la simple estupidez vestida de pretensiones
-
¿A qué se debe este renovado interés por los modales, incluso en una sociedad como la norteamericana, en la que se supone que justamente no importan tanto?








