
Tratamiento con los superiores. I
Para tratar con los superiores y aun para con los iguales, debe el niño llevar la regla de no pronunciar palabra que cause disgusto...
Tratamiento con los superiores.
Para tratar con los superiores y aun para con los iguales, debe el niño llevar la regla de no pronunciar palabra que cause disgusto, pena, asco o enfado, y ser comedido en las acciones.
Al encontrarse con cualquiera persona digna de respeto se quitará el sombrero, la saludará con las palabras y expresiones más cultas que pueda, y no se cubrirá a no ser que se le mande, porque no parezca terquedad, y entonces manifestará que solo lo ejecuta por obedecer.
La vista nunca la fijará de hito en hito en la persona con quien hablare, ni se arrimará tanto que huela con el aliento, mucho menos si es desapacible, ni salpicará con la saliva.
No jugará con los pies, con las manos, ni con los vestidos, no hará acción alguna que de a entender poca atención y aprecio de la persona y de su conversación.
El cuerpo no ha de estar en figura arrogante, y menos el rostro, ni tampoco desairado y mal puesto.
No hablará en presencia de otras personas mayores sin ser preguntado, ni se entremeterá a decir lo que sabe, sin que sea para ello requerido; y entonces manifestará su parecer con sencillez, sin arrogancia y sin porfía, cediendo, a los mayores, en el caso de contradecirle, lo que es también loable entre iguales.
Tampoco soplará o hará gestos, para encarecer una cosa, como los rústicos. Las manos ni las tendrá en los bolsillos, ni las echará atrás; no pondrá una pierna sobre la otra, no se tocará los labios, morderá ni cortará las uñas, estirará el vestido, ni hará otra acción ridícula. El alabarse o despreciarse será también falta de civilidad.
Si se ofrece toser, escupir, limpiarse las narices, etc., lo hará apartándose un poco, porque no parezca mal, ni salpique. Si bosteza, sin poderlo evitar, pondrá la mano delante de la boca, por ser cosa fea aquella figura.
Tampoco señalará a otro con el dedo, ni le llamará a gritos, ni con modos extraños. No mentará cosa alguna asquerosa, ni la manifestará, sea contra el olfato, vista o cualquier sentido.
El rogoldar es descortesía enfadosa.
Nunca manoseará a la persona con quien hablare, menos si es de calidad, ni jugará con cosa suya. No restregará las narices con las manos, y menos sonará con ellas; no las frotará una con otra, y sonándose no mirará la suciedad en el pañuelo.
Tampoco se limpiará las narices sacando los mocos con los dedos, ni se rascará las orejas para sacar la cerilla. No tocará, ni llevará cosa que huela mal, o que tenga el olor muy subido porque uno y otro son molestos; mucho menos convidará a los demás. diciéndoles que lo huelan.
- Tratamiento con los superiores. I
- Tratamiento con los superiores. II
-
16053
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
El servicio de mesa es una cuestión importante a tener en cuenta en cualquier tipo de comida.
-
El abate Cosson explica una serie de cosas que no se deben hacer en la mesa
-
CAP.06. La comida de Don Quijote en casa de los Duques (cuento de Sancho Panza).
-
La dignidad en los modales son la prueba de la buena crianza, porque tanto se falta a ella por carta de más, como por carta de menos.
-
No dependen las perfecciones de un solo agrado: tantos son los gustos como los rostros, y tan varios.
-
Se llama inscripción el título que se da a los sujetos a quienes se escribe, y se pone al principio de la carta.
-
La obligaciones que todo hombre de bien tiene para consigo mismo.
-
El orden que se debe observar para el lavado de las manos es el hacerlo según el rango que se tiene en la familia; o si se come en compañía, según el rango que se tenga entre los invitados
-
Para hablar bien y hacerse entender por los demás, es preciso abrir perfectamente la boca, y tener cuidado de no apresurarse al hablar
-
Tratamientos debidos a las distintas personalidades y autoridades en siglo XIX
-
En la mesa es donde se ve la torpeza y mala educación del hombre que no es buen gastrónomo
-
Antes de soltar la lengua informaos de los genios de aquellas personas con quienes estéis en sociedad, porque en todas partes abundan más las cabezas desarregladas, que las de sano juicio.