
Preliminar de las cartas de Lord Chesterfield.
Dotado de tan recomendables prendas, y tan admirables cualidades, ninguno era más a propósito para dictar un sistema de buena crianza.
Pocas personas, entre la nobleza de este siglo, son mejor conocidas que el Lord Conde de Chesterfield; porque su extraordinario y perspicaz talento, y su franco y amable carácter, le distinguían en las tertulias nobles, en las juntas de Estado y en las academias de los literatos; y como tenía un perfecto conocimiento de los hombres, y un tino singular para tratar a cada uno, era un caballero completo y un compañero, agradable.
Dotado de tan recomendables prendas, y tan admirables cualidades, ninguno era más a propósito para dictar un sistema de buena crianza; pero con todo este carácter es muy probable que no aparecería en el mundo bajo este título, a no haber tenido por fortuna para la posteridad un hijo natural (de una Señora francesa, llamada Madame Du Bouchet, concretamente Elizabeth du Bouchet), al cual quería y amaba con toda la ternura de padre, y cuya educación fue por muchos años el primer empeño de su vida.
Estas cartas se componen de retazos extraídos de su grande obra, y contiene solo aquellos consejos que escribía a su hijo, con el deseo de formar un hombre completo como él lo era; de modo que se han reunido en esta colección sus más hermosos pensamientos sobre el conocimiento del mundo; sus juiciosas reflexiones sobre el corazón humano; y últimamente, sus lecciones utilísimas e indispensables para formar un hombre fino con modales y virtudes políticas; en una palabra, el espíritu de la urbanidad de Chesterfield.
Lo cierto es, que la obra es digna de leerse, de estudiar y de grabarse en los corazones de los jóvenes, cuyo provecho, y no el mío, es lo que se busca con la publicación de estas cartas.
-
6707
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
-
No hay cosa más fácil, como ya se ha dicho, que dar consejos, ni más difícil que tomarlos.
-
Es gran descortesía impacientarse en el juego, cuando a uno no le salen las cosas como quisiera.
-
La entrevista no es un monólogo pero tampoco una conversación. Solo debe responder cuando se le pregunta
-
Cómo se ha de conformar el niño con las circunstancias de lugar, tiempo y personas.
-
Cualquiera acción o dicho que voluntaria e ilegítimamente nos roba la estimación ajena o nos expone al desprecio, se llama injuria.
-
Las tertulias y encuentros amenizados por un músico u orquesta.
-
El mentir o cambiar una cosa, que es lo mismo, para disculparnos de lo que hemos dicho o hecho, y para evitar el peligro o la vergüenza que pueda resultarnos, manifiesta la gran cobardía y doblez de nuestro corazón
-
La conversación es el palenque en donde se ponen a prueba todas las cualidades de talento, amabilidad y finura.
-
Jamás entréis en partido alguno de las familias; esto no os toca, y si fuereis llamados para intervenir, apaciguad, endulzadlo todo.
-
El gabinete de una mujer es un nido muelle y perfumado, en donde descansa de sus cuidados domésticos y mundanos.
-
Las conversaciones, alabanzas y los paseos a pie o en coche.