
Las personas aduladoras.
Hay personas que con tal de agradar a los demás hacen o dicen cosas para ganarse su afecto y confianza.
Las personas aduladoras.
Un conocimiento exquisito de nuestras obligaciones, y una exacta fidelidad en cumplirlas, es otra de las bellas cualidades de la política y la urbanidad. Es menester que no nos perdamos de vista, y que estemos siempre sobre nosotros para no desconcertarnos cuando tratamos con personas cuyo caracter es difícil e intolerable. Debemos disimular sus debilidades, y hacer como que entramos a la parte con sus sentimientos y sus opiniones; puesto que por extrañas y desvariadas que nos parezcan , si las miramos por cierto semblante las podemos interpretar de manera, que con un poco de sagacidad y de finura, las conduzcamos a su debido término , y doblemos por último aquella dureza de carácter, que al principio nos parecía inflexible.
El que sabe el secreto de acomodarse al humor de las personas que trata; el que tiene discernimiento para conocer la situación en que se hallan y conformarse con ella; el que posea cierta delicadeza de espíritu, cierta flexibilidad de carácter que sabe amoldarse por decirlo así, a los genios de todos, ese es un político fino; pero, ¿cuántos hay que a falta de este difícil arte, recurren a la torpe y baja adulación?
En ocasiones, una persona suele pretender agradar, y aspirar a ser tenido por el político más delicado. Para alcanzar esta reputación renuncia a su propio honor, y a todos los principios de la sana moral. Estudia con cuidado el carácter de aquellos cuya amistad pretende ganarse, y observa sus flaquezas y sus debilidades hasta que encuentra la pasión que les domina. Entonces se aprovecha de todos los artificios de la adulación , prostituye toda suerte de alabanzas sin elección ni discernimiento, tiene por lícito cuanto le parece conveniente para el logro de sus fines, atropella por todas las reglas de la probidad; y a fuerza de viles sumisiones, de torpes bajezas y de los más infames sacrificios adormece dulcemente a su objeto, y llega a manejarlo a su arbitrio.
¿Cuántas personas se vea envueltas en lazos tal vez imposibles de romper, por haberse dejado engañar de las encantadoras voces de estas sirenas? ¿a cuántas les ha costado bien caro el vano incienso de algunas alabanzas? ¿cuantas altivas bellezas se han dejado seducir hasta doblar su altivez, y pagar con los últimos favores algunas palabras lisonjeras? ¿y cuántas veces la insolente adulación arrebata los premios debidos al mérito modesto?
No creamos pues de ligero, vivamos con cautela, guardémonos de esta peste de la sociedad, y no permitamos que se nos acerque ningún personaje como el descrito.
-
16715
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Una de las economías mal entendidas y más perniciosas de que debe abstenerse toda ama de casa, es la de la falta de alumbrado.
-
Servicio de mesa. Los manjares que se sirven con cuchara y se cortan en rodajas o lonchas. Los aderezos.
-
La murmuración había de ser evitada, por principio, entre otras razones porque era augurio de malos presagios en las relaciones cívicas
-
Así como no conviene tener los cabellos muy cortos, cosa que desfiguraría a la persona, hay que procurar también que no sean demasiado largos y en particular que no caigan sobre los ojos
-
La reputación de los ancianos procura estimación a aquellos a quienes honran con su amistad. Solo su experiencia puede sugerir los consejos necesarios en la carrera de la vida
-
El niño mirará siempre con horror tod acción o palabra, que de a entender desobediencia, desprecio, burla o poca atención a sus padres.
-
No olvidemos que nuestra casa refleja nuestra cultura y por eso debemos conservarla en perfectas condiciones de orden y limpieza
-
Las costumbres domésticas influyen notablemente en el modo como nos conducimos entre extraños; porque no basta saber las reglas de buena crianza, es preciso tener la costumbre de practicarlas.
-
Cartas para dar enhorabuenas, hacer felicitaciones o conceder elogios merecidos.
-
Entre las cartas misivas el escrito más respetuoso es el memorial, conocido también bajo el nombre de solicitud o instancia.
-
El paso apresurado es mal visto, así como el pesado, el artificioso y femenil da a entender soberbia o livianidad.
-
Cuando se trata de dar una comida, es preciso que todo esté dispuesto para el momento en que lleguen los convidados.