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El protocolo pone el orden en todas las cosas

Entrevista a María del Pino Fuentes. María es de esas personas que te preguntas cómo es posible que no las hayas conocido antes

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Mesa presidencial, Estados Unidos.
Mesa. Mesa presidencial, Estados Unidos.

Entrevista a María del Pino Fuentes

Del protocolo al diseño de banderas

María del Pino Fuentes es de esas personas que te preguntas cómo es posible que no las hayas conocido antes. Como experta en protocolo ha organizado multitud de actos que todos, alguna vez, hemos vivido en persona o hemos visto en televisión. Varias banderas de las Islas han sido diseñadas por ella; ha presentado galas del Carnaval y programas de radio y televisión en prácticamente todas las cadenas y emisoras de las islas. Trabajó en la anterior legislatura en el equipo del presidente del Gobierno de Canarias y, ahora, entre otros proyectos ha regresado a la radio en Onda7. Su currículum es tan variado que hasta tiene un premio de periodismo, el del General Gutiérrez, por un texto sobre el Cañón Tigre.

La pregunta puede parecer sencilla pero... ¿Para qué sirve eso del protocolo?

"Tiene la importancia de poner el orden de las cosas. Existe desde el principio del Mundo. Desde que se crea primero al hombre, a Adán y luego a Eva; así Dios estaba estableciendo una preeminencia... de uno y dos. Las personas y las banderas se ordenan así cuando existe una presidencia par. El protocolo es antiquísimo, el rey Darío I ya daba instrucciones a sus ministros para que la gente estuviese contenta y se estableciese un orden. El Código de Hammurabi (1760 a. C.) marca las normas de la época y se colocaba en las esquinas de los pueblos para que la gente leyera las órdenes. Tenemos registros muy antiguos de normas y protocolos. En España, el protocolo entra de la mano de Felipe III y más que de él, de su madre María Ana de Baviera".

¿Es una materia que despierta mucho interés?

"Sí, interesa mucho. De hecho soy profesora de Relaciones Institucionales en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Vigo; fui profesora del Grado en esta misma materia en la Universidad de La Laguna y también he estado dando clases en centros privados".

En estos tiempos, ¿no puede parecer un poco pretencioso que se llame de ilustrísimos y excelentísimos a los políticos cuando son personas igual que los demás? ¿No es anacrónico?

"Algunos de estos tratamientos ya no se utilizan sino en la documentación oficial. En realidad es una señal de respeto pues en ese momento no se está saludando a Paulino Rivero como ciudadano, sino al presidente de todos los canarios. Recientemente se ha convenido quitarle el tratamiento de excelentísimo al rector y en eso no lo comparto".

¿Por qué?

"La excelencia se ha cuantificado en España siempre más por el saber de las personas. Los tratamientos han ido ligados a la nobleza y a las mentes preclaras. Un rector, cuando llega a su puesto ya ha demostrado por esos méritos, mientras que un político, cuando llega al cargo aún no ha demostrado nada".

¿Cuáles son los mayores problemas del protocolo?

"Las personas. Muchos te exigen un determinado ordenamiento, puesto o lugar que realmente no les corresponde. Nosotros trabajamos con las vanidades humanas".

¿Critica cuando los reyes u otras personas se saltan el protocolo?

"En esos casos no creo que el protocolo se salte. El protocolo es un saber estar. Cuando una persona está intelectualmente preparada, el protocolo es todo en la vida. Uno sigue un ritual, sigue una secuencia... en definitiva, un orden".

¿Quizá sean más importantes las pautas de comportamiento que el protocolo?

"El protocolo social son las pautas por las que nos regimos: saludar y dar las gracias... Forman parte de la educación del individuo, de la corrección de las personas. En general, somos bastante maleducados. Hay que recuperar el placer de la lectura y esa es la diferencia entre la educación actual y la integral del individuo. Ahora no se genera la curiosidad por pensar, por leer...".

Entre sus funciones está la de confeccionar banderas, ¿cómo se diseñan?

"Todo se hace en función de las leyes de la heráldica. Ahora estoy asesorando a distintas administraciones públicas e incoando expedientes de reglamentos de honores, distinciones y ceremonial. Por ejemplo, he hecho el de Tejeda en Gran Canaria, el de Santa Úrsula, San Juan de la Rambla o Tacoronte, entre otros. Mías son, por ejemplo, la bandera de Arico y la de Tacoronte".

¿Y cómo se eligen concretamente los colores de una bandera?

"Una bandera, según las leyes de la heráldica moderna, cuando emana del escudo, tiene que llevar los colores que predominan en este. Buscamos entre todas las existentes, para que no se repita las particiones y se hacen varios diseños que se pasan a la comisión correspondiente pasando por toda la normativa legal al respecto hasta llegar al Gobierno de Canarias. Por ejemplo, en la bandera de Arico predomina el azul porque el futuro del municipio en ese momento estaba en el mar. Por eso, predomina el color azul porque estaba proyectada la construcción de un parque acuático. El verde es escaso porque los pinos fueron erradicados del municipio por una tala masiva para obtener la pez para construir barcos".

Además de su profesión como experta en protocolo, su otra gran faceta profesional es la relacionada con el mundo de la comunicación... ¿cómo empezó en ello?

"Con 13 años comencé a colaborar en el periódico El Día. Fue de la mano de Alfonso González García, el médico de mi pueblo que es Valle de Guerra. En ese momento me fascinaba todo lo relacionado con la comunicación. Vivía con las voces de la radio maravillosas de Fabri Díaz o César Fernández Trujillo. Más tarde compartí con ellos muchos escenarios como ocurrió también con Teresa Afonso. Escenarios y programas, siempre con una actitud hacia ellos de respeto y veneración porque han sido grandes comunicadores".

Y ¡qué voces tan intensas!

"Las nuevas generaciones deberían aprender mucho de ellos. Sabían respirar delante de un micrófono, vocalizaban...".

¿Cómo se enfrenta a presentar una gala, algo que es muy de la idiosincrasia de cada municipio, de cada barrio?

"Presentar una gala o un acto de este tipo es un placer inmenso para mí. Es en ese momento cuando percibes el calor del público que se acerca a ti gracias a tu palabra, a tu verbo...".

Pero... ¿cómo se inició en este tipo de actividad?

"A raíz de colaborar en el periódico, en el colegio me pedían presentar los festivales de final de curso. Luego, lo hice en el Instituto Antonio González de Tejina, donde estudiaba; y de ahí me llevaron a La Laguna a presentar un festival en el Cabrera Pinto. Eso me dio una especie de espaldarazo porque, casualmente, entre el público había un concejal del Ayuntamiento que me invitó a presentar una primera gala no escolar...".

De ahí a presentar carnavales y el Festival Sabandeños...

"Pues sí. He sido voz del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife muchos años y he presentado los actos más importantes de esa fiesta. Desde que, desgraciadamente, falleció César Fernández Trujillo, soy la presentadora del Festival Sabandeños. He presentado el Festival Internacional de Folclore de Ciudad Real o el Festival Nacional de Seguidillas... y he viajado a países como Cuba o Venezuela para presentar todo tipo de actos, especialmente los vinculados al folclore, que es una de mis grandes pasiones".

¿Qué es lo más difícil en un escenario?

"El empezar siempre es lo más difícil y lo asumes con un cierto nerviosismo. Lo más desagradable es cuando alguna persona ebria te increpa desde el público. Otra cosa importante es que tenemos que decir que cuando los presentadores de un espectáculo estamos demasiado tiempo en el escenario no es por afán de protagonismo sino que estamos disfrazando la realidad y cubriendo imprevistos".

Ha pasado usted por casi todos los medios de comunicación de la Isla...

"Sí, he trabajado en Teide Radio Onda Cero, en la Cadena Ser, en la Cope, Azul Televisión... En la Ser puse en marcha un programa que se llamaba Noches de Carnaval que continuó Pilar Socorro".

¿Algo por hacer en este ámbito?

"Tengo la espinita de no haber hecho nunca un programa en televisión de folclore. Los programas de divulgación de nuestras costumbres deben estar manejados con mucha prudencia. Lamentablemente se oyen comentarios muy peregrinos".

Con respecto a las galas de Carnaval, ¿cómo las ve desde fuera? ¿Prefiere las galas más televisivas o las antiguas?

"He presentado la gala en dos ocasiones. Soy una persona muy aburrida. Personalmente, me gusta una gala muy elegante. El Carnaval es luz, color, bullicio y se le debe dar prioridad al espectador. Se ha perdido la esencia. No podemos volver a las galas del Teatro Guimerá, que eran preciosas pero a mí me gustan mucho las de Azpilicueta y Tamayo, que son directores acostumbrados al ritmo, al movimiento y a ese control de los tiempos... No quiere decir que quienes lo hagan ahora no sean buenos profesionales".

¿Cómo está viviendo el cambio en los medios de comunicación?

"Hablando en la televisión, no estamos viendo un momento nada bueno. No entiendo que haya una tertulia con gente comiendo, mal sentada e interrumpiéndose".

¿Cuál es su proyecto más inmediato?

"Mi proyecto más inmediato es vivir y seguir encontrándose la magia a la vida. No quisiera perder nunca la capacidad de emocionarme porque me permite disfrutar de los abrazos de los míos".

 

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