Todo por no bajar una simple escalera.
Anécdota sobre el capricho de un soberbio embajador que costó muchas vidas al pueblo.
Una visita y una escalera.
Mr. Hofman, cita una anécdota sobre el ceremonial observado en las visitas diplomáticas, y los inconvenientes que hay en dispensarse de ellas.
Cuando el conde de Avaux fue nombrado plenipotenciario en el congreso de Munster para la paz de Westalia , iban tomando los negocios un buen giro, más una visita recibida de un modo indebido lo trastornó todo y prolongó la guerra por más de seis meses.
Habiendo ido Mr. Contarini , embajador de Venecia , a hacer su visita diplomática al conde de Avaux, solamente le acompañó el embajador de Francia hasta la escalera, sin que el conde bajase un solo escalón. El orgulloso veneciano se incomodó de tal modo por esta falta de miramiento, que tomó inmediatamente la posta y fue a dar la queja a su gobierno.
Venecia, aunque debilitada, conservaba aún toda su soberbia, y declaró que no volvería a enviar su embajador sino cuando se arreglasen los honores que le eran debidos. La Francia estaba cansada de guerra, y después de grandes negociaciones, durante las cuales morían bastantes hombres, y se incendiaban no pocas ciudades, mandó el Regente al conde de Avaux que satisfaciese plenamente la quisquillosa vanidad de Mr. Contarini.
Éste volvió triunfante y visitó al conde que le acompañó hasta el pavimento de la puerta cochera, permaneciendo allí hasta que el Veneciano subió en su coche y le saludó profundamente cuando volvió la esquina, y Mr. Contarini le volvió el saludo, porque todos estos movimientos se habían estipulado en el "ultimátum"de Venecia.
-
7042
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
En ocasiones los actos oficiales dejan anécdotas poco protocolarias.
-
Un Rey también tiene sus momentos en los que no puede dejar de decir lo que piensa
-
Los reyes también son personas que tienen sentimientos y realizan actividades familiares siempre que sus obligaciones se lo permiten
-
El libro The Amy Vanderbilt Complete Book of Etiquette es considerado la Biblia de la urbanidad moderna. Fue escrito por Amy Vanderbilt
-
Allá por el año mil setecientos y pico se empezaban a construir en Madrid las primeras aceras, pues anteriormente a estas obras era todo calzada
-
Luis XI de Francia, apodado el Prudente, era una persona muy cercana, espontánea y campechana
-
Don Juan Carlos siempre se ha caracterizado por tener una respuesta ágil ante situaciones imprevistas
-
El traje occidental de etiqueta llegó a Yucatán hasta principios del siglo XX y se le conoció con el nombre de flux, del francés flux, flujo, terno. Atuendo de hombre que consta de saco o chaqueta, chaleco y pantalón
-
En algunas ocasiones tomar una copa de vino no es una tarea nada sencilla si eres un rey
-
Anécdota de lo que vale tener experiencia. Winston Churchill resuelve una situación comprometida durante un banquete oficial
-
La zona norte de España, País Vasco y la zona del País Vasco-Francés, parece que fueron las pioneras en ser una de las zonas de vacaciones preferidas
-
Además de saber estar y conocer las reglas de protocolo, muchas de las personas que ocupan cargos importantes deberían contar con un buen bagaje cultural