Cuestiones sobre la urbanidad. V
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
Cuestiones sobre la urbanidad.
¿Aprueba Vd. la conducta de los alumnos soplones?
Al salir de la escuela, ¿qué deben hacer los niños bien criados?
¿Estamos obligados a respetar a nuestros Soberanos y a las demás autoridades que nos gobiernan?
¿Qué le parece a Vd. de aquellos niños insolentes que se mofan de los viejos y de los infelices estropeados?
¿Qué consideraciones son debidas a los mayores en edad y saber?
¿Cedería Vd. su asiento a una persona respetable que viese estar en pie?
Si un superior mal informado le reprendiese sin motivo, ¿se manifestaría Vd. ofendido?
¿Qué acciones bajas tienen que evitarse principalmente delante de los mayores?
Cuando se dirige la palabra a otra persona, ¿cuál debe ser el tono de la voz?
Cuestiones sobre la urbanidad
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Cuando ven los niños a otro más acariciado, más alabado y más premiado por los maestros y los padres, se consumen de envidia y de rabia.
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Servir la mesa de forma ordenada y correcta es todo un arte, así como saber realizar otras tareas propias de un buen anfitrión.
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Generalmente son los abuelos o los padrinos de boda de los padres los que sirven de padrino y de madrina al recién nacido
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No tienen la voluntad ni poder de proteger a nadie.
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Ofendemos a otro, en la persona matándole, hiriéndole, maltratándole, tratádole con desprecio o insolencia, molestándole o inquietándole de cualquier manera.
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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La urbanidad prescribe que devolvamos las visitas a quien nos las hace, y que seamos los primeros en hacerlas a nuestros superiores
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No hay cosa más importante ni más preciosa que la reputación; y así el quitarla a otro es muchas veces mayor delito que ofenderle en su hacienda o en su persona.
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Es menester distinguir la maledicencia que descubre las inofensivas debilidades por el solo gusto de denigrar, de la otra que descubre delitos verdaderos que pueden ser dañosos al prójimo.
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Un cumplimiento largo no puede tener gracia, sino que fastidia, como fastidia el elogio si dura mucho.
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Nunca un criado se permitirá familiaridades con visitantes ni con nadie de la casa.
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El gorro de noche debe colocarse de forma precisa para que no estropee ni el cabello ni el peinado.