Tratamientos protocolarios en la televisión
Los medios de comunicación y, en concreto la televisión, deben guardar unas ciertas normas a la hora de utilizar los tratamientos y referirse a terceras personas
Fórmulas de cortesía y tratamientos protocolarios utilizados en la televisión
Los tratamientos protocolarios estrictos y las fórmulas de cortesía arcaicas no se incluirán en los noticieros. Basta con indicar, al comienzo de un vídeo, el nombre y el cargo, o la profesión de quien se trate. No es necesario tampoco recurrir al tratamiento de don. Lo correcto es decir, por ejemplo, el vicepresidente del Gobierno, Javier Arenas, pero no lo sería decir el excelentísimo señor ministro de la Presidencia, don Javier Arenas.
Esta regla es válida para cualquier miembro de los poderes legislativo, ejecutivo o judicial, de la Administración Local o de cualquier institución civil, religiosa o militar. También abarca a cualquier corporación o entidad, sea pública o privada.
En este contexto, para evitar repeticiones sucesivas, se puede aludir a una persona sólo por su cargo (el ministro de..., el secretario general de...), o su apellido, sobre todo si no hay posibilidad de confusión: Aznar, Chaves, Rajoy, Zapatero...
Te puede interesar: Los tratamientos de cortesía a lo largo de la historia (con vídeo)
Como norma general, una persona será aludida por su nombre de pila y el primer apellido (Felipe González, Manuel Fraga), salvo que sea alguien reconocido socialmente por los dos apellidos (Alfredo Sánchez Monteseirín, Juan Manuel Sánchez Gordillo, Juan de Díos Martínez Soriano) o incluso por el segundo (Zapatero) pero es preferible que esta fórmula la empleemos sólo como segunda referencia de José Luis Rodríguez Zapatero, a quien nunca debemos referirnos como José Luis Rodríguez.
Igualmente quedan excluidos de los textos, como norma general, los tratamientos jerárquicos (excelentísimo, ilustrísimo...); títulos nobiliarios (conde, duque, marqués...) o cargos honoríficos (rector magnífico, honorable...). En el caso de rangos militares (general, coronel...) podrán emplearse cuando tengan sentido informativo.
La norma es extensible a la rotulación. No escribiremos General José Antúnez, Jefe de la Región Sur, sino José Antúnez, General Jefe de la Región Sur.
Te puede interesar: Tratamientos y Honores. Historia y evolución de los tratamientos en el siglo XX
Los cargos de gobiernos autonómicos en los que haya cooficialidad de la lengua vernácula y el castellano, es preferible mencionarlos en su versión castellana. Diremos consejero y no conseller (de la Generalitat de Cataluña o del Gobierno Balear) o conselleiro (de la Xunta de Galicia). La única excepción es el presidente del Gobierno Vasco, al que podremos referirnos por su denominación protocolaria original de lendakari, aunque descartaremos tratamientos honoríficos como muy honorable o molt honorable, referido al presidente de la Generalitat de Cataluña.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Hoy no se encontraría apenas un hijo que diese a su padre o madre el tratamiento de usted, y menos quien les llamara "señor" o "señora"
-
Un pequeño reflejo del uso y, en muchos casos, el abuso que se hace de los tratamientos por parte de organizadores de eventos
-
Los tratamientos de cortesía debidos, en idioma valenciano, de la Administración Estatal
-
Los títulos son hereditarios a partir del título de Baronet. El título de caballero no es hereditario
-
Los tratamientos reales a lo largo de la historia de 1800 a 1900
-
Los tratamientos reales a lo largo de la historia de 1700 a 1800
-
Los tratamientos más habituales utilizados para las autoridades civiles y otros cargos
-
Los miembros de la Cámara de los Lores, tienen distintos tratamientos en función del título que ostenten
-
La iglesia y sus distintas jerarquías tiene unos tratamientos especiales en función del cargo ocupado
-
Los tratamientos debidos dentro de los ámbitos sociales de la Comunidad Autónoma de Valencia
-
En la Monarquía española, los miembros de la familia real son el Rey, la Reina, el príncipe de Asturias, las infantas y los padres y hermanas del Rey, pero no sus cuñados, primos o sobrinos
-
Los tratamientos tienen carácter honorífico y van unidos al rango del beneficiario, o a título personal, y pueden ser temporales o permanentes (es decir, con carácter vitalicio).