
Las escaleras, pasillos y otras zonas comunes. Etiqueta social (con vídeo)
Según las reglas de cortesía más clásicas, la mujer sube delante del hombre y baja detrás de él
Anthony Easton
Encuentros en pasillos y escaleras: reglas de etiqueta
La escalera y sus reglas
La escalera suele ser un lugar donde frecuentemente una persona se cruza con más gente, sobre todo en los edificios donde no se cuenta con ascensor -elevador-. Debemos, siempre que nos encontramos con alguien, saludar amablemente. Si es un conocido, amigo, familiar, etcétera, no debemos pararnos en el medio de la escalera para charlar -platicar-, sino que debemos subir o bajar hasta un rellano o un punto similar donde no estorbemos. Si la escalera es un poco estrecha, el hombre debe ceder el paso a la mujer y a las personas mayores. También a las personas que van cargadas con paquetes o bolsas.
Las reglas de cortesía más clásicas, indican que la mujer sube delante del hombre -aunque haya quien diga que se hace para verle el "trasero y las piernas" a la mujer- y baja las escaleras detrás de él. Este orden viene dado para preservar la seguridad de la mujer, quien en caso de tener un traspiés siempre podrá recibir mejor ayuda si el hombre camina detrás de ella al subir la escalera o delante de ella al bajarla.
Los niños cuando suben una escalera, también deben subir delante de un adulto para vigilarlos y bajar delante la persona adulta por la misma razón que hemos expuesto anteriormente. En todo momento debemos evitar que los niños suban o bajen corriendo, gritando, jugando, botando una pelota, etcétera.
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El pasillo y las reglas de cortesía
En un pasillo, sobre todo cuando hay oficinas, es habitual encontrarse o cruzarse con otras personas. En estos casos, hay que saludar amablemente, aunque no conozcamos a la persona con la que nos cruzamos. Si nos encontramos con algún amigo o familiar, o vemos a alguien con el que queremos charlar no lo debemos hacer en el pasillo; hay que buscar un lugar donde no estorbemos, salvo que el pasillo tenga una anchura suficiente como para no estorbar a los demás.
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Si el pasillo es muy estrecho y tenemos que ceder el paso, e incluso retroceder un poco para poder pasar, será el hombre quien ceda el paso a la mujer, a una persona mayor, a una persona con alguna discapacidad o impedimento, a una persona cargada con paquetes o bolsas, etcétera. Si no podemos ceder el paso, debemos retroceder un poco para despejar el camino. Cuando coinciden personas del mismo sexo, la edad será la que determine quién cede el paso a quien -la persona más joven deja pasar a la de más edad-. Si alguien va cargado con paquetes o bultos muy grandes, es una muestra de cortesía ceder el paso a quien va cargado.
Si entablamos una conversación en un pasillo, no debemos gritar ni molestar a los posibles vecinos o clientes (si se trata del pasillo de un hotel, de una clínica, de un hospital, etcétera). No debemos charlar o platicar en un pasillo público si es a altas horas de la madrugada, aunque sea el pasillo de nuestra oficina o del edificio donde vivimos.
El pasillo no es el patio de recreo de un edificio; por lo tanto, si tenemos niños, no les debemos dejar salir a jugar, o enviarles nosotros mismos al pasillo a jugar para que no den la lata.
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Reglas de cortesía para otras zonas comunes
El rellano de la escalera, la entrada del portal, en el garaje, etcétera. son lugares donde no es nada extraño que nos crucemos con un vecino o con un conocido. Hay que saludar amablemente siempre, con independencia del vínculo que nos una a esa persona. Es una cuestión de educación, simplemente. Por mal que nos llevemos con un vecino, no podemos dejar a un lado la buena educación y debemos seguir unas mínimas normas de cortesía.
Gestos tan sencillos como abrir la puerta cuando un vecino va cargado con bolsas o paquetes, adelantarse para dar la luz del rellano o del garaje, esperar o sujetar la puerta del ascensor cuando observamos que alguien se acerca a tomarlo, etcétera, son gestos cotidianos que nos ayudan a hacer más fácil y agradable la convivencia con los demás.
En las zonas comunes, bien sean de nuestra casa, de la oficina o de cualquier otro lugar, se deben respetar las normas establecidas. Son sitios, como su nombre indica -comunes-, que utilizan muchas personas y no es posible que cada cual haga lo que quiera sin atender a las reglas generales de uso y disfrute de estos espacios.
Reglas de cortesía en las escaleras
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